El reciente acuerdo entre el Partido Socialista de Navarra (PSN) y EH Bildu para desbancar a Cristina Ibarrola de la Alcaldía de Pamplona ha desatado un profundo descontento entre la población navarra. Este acuerdo, apenas 179 días después de que Ibarrola jurara su cargo con el apoyo de sus nueve concejales y dos del Partido Popular (PP), plantea serias dudas sobre la integridad política y ética del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
Desde el principio, la izquierda abertzale y el PSN han llevado a cabo una campaña contra Ibarrola, mientras EH Bildu facilitaba la investidura de Pedro Sánchez. Sin duda, este acuerdo pone de manifiesto la prioridad del PSOE por asegurar su permanencia en el poder, aun a costa de los principios fundamentales.
Uno de los aspectos más preocupantes es la relación entre EH Bildu y el PSOE. Resuenan con fuerza las críticas del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, señalando que el PSOE cede la Alcaldía a un partido con miembros vinculados a ETA.
El alcalde Ibarrola, igualmente preocupado por el pacto, acusa al PSOE de vender Pamplona en un trueque político con EH Bildu, calificándolo como el «pago del impuesto revolucionario de Bildu al Partido Socialista.» Este acuerdo podría interpretarse como una concesión del PSOE a los intereses de una coalición vinculada a un pasado de violencia y separatismo.
El secretario de Organización del PSN, Ramón Alzórriz, justifica el pacto argumentando que no se trata de un acuerdo de gobierno sino de un pacto político para dar a Pamplona «la oportunidad de vivir un tiempo nuevo.» Sin embargo, esta declaración parece restar importancia a la gravedad de alinearse con una coalición que incluye a individuos vinculados al terrorismo.
La negociación del pacto en Navarra, en coordinación con Santos Cerdán, número tres del PSOE, plantea dudas sobre la coherencia del partido a nivel nacional. ¿Cómo puede justificar el PSOE un acuerdo con EH Bildu en Pamplona mientras busca el apoyo de otras fuerzas políticas, como Junts, a nivel nacional?
En una protesta a la que asistieron miles de personas en la plaza del Ayuntamiento de Pamplona el pasado domingo, los ciudadanos expresaron su profundo rechazo al pacto entre el PSN y el PSOE. Durante el acto, de una hora de duración, resonaron cánticos contra Pedro Sánchez y María Chivite, demostrando la indignación popular.
A la protesta, encabezada por Javier Esparza, presidente del partido Unión del Pueblo Navarro (UPN), y Cristina Ibarrola, asistieron Alberto Núñez Feijóo y representantes de Vox, como el vicepresidente de Castilla y León, Juan García-Gallardo. También se vieron banderas constitucionales de Navarra, de apoyo al actual alcalde, y de oposición al pacto entre el PSN y EH Bildu.
Alberto Núñez Feijóo, en declaraciones previas a la protesta, reafirmó que su presencia en Pamplona era una «obligación democrática, moral y constitucional.» Volvió a criticar el «pacto enmascarado» entre el PSOE y EH Bildu, afirmando que ahora se destapa «la primera factura y la última mentira de Sánchez». Feijóo destacó la importancia de preservar la memoria y la dignidad frente a la indignidad y el olvido que promueve el pacto.
Javier Esparza concluyó el acto denunciando el «atropello» cometido por los socialistas navarros y acusando a Sánchez de convertir la política en un «Juego de Tronos donde no existe la decencia.» Destacó que el PSN cruzará una línea roja sin precedentes al ceder sus votos para dar poder al «fascista vasco», y vaticinó que la traición no saldrá «barata». También advirtió de que Pamplona no olvidará esta moción, calificándola de «censura contra todos los demócratas.»
El polémico pacto entre el PSN y EH Bildu en Pamplona ha desatado una honda preocupación entre quienes valoran la estabilidad democrática y la memoria histórica. Este acuerdo, que permitió la moción de censura para destituir a la alcaldesa legítimamente elegida, Cristina Ibarrola, plantea inquietantes interrogantes sobre la integridad del Partido Socialista de Navarra (PSN) y sus prioridades políticas.
En este contexto, está por ver qué otros compromisos y acuerdos secretos ha adquirido Pedro Sánchez para mantenerse en el poder. La opacidad en la negociación con EH Bildu y la falta de transparencia en las motivaciones del pacto generan incertidumbre sobre el futuro político no sólo de Pamplona sino de España, planteando serias dudas sobre la integridad del PSOE en su intento de mantener el control.