Italia puede participar en la operación en el futuro
Italia puede participar en la operación en el futuro
Alemania lidera la iniciativa que prevé la creación de un «escudo antimisiles de protección» para Europa y ha firmado en Bruselas, junto con los ministros de Defensa de otros 14 países de la OTAN y Finlandia, una carta de intenciones para poner en marcha la operación en la que también podría participar Italia en el futuro. El desarrollo de la «Iniciativa Escudo del Cielo Europeo» prevé la adquisición conjunta, por parte de los países implicados, de equipos de defensa militar y misiles para reforzar la estructura de defensa aérea y antimisiles integrada de la OTAN.
Esta decisión se tomó con la intención de hacer más eficiente el actual sistema de defensa aérea en Europa ante el empeoramiento de la situación geopolítica internacional, especialmente en el frente de la guerra entre Rusia y Ucrania y en respuesta a las amenazas de ataque del Kremlin. En esta iniciativa participan principalmente las naciones de Europa del Este por su mayor proximidad a los territorios atacados por Rusia y, además de Finlandia, también están Bélgica, Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Noruega, Eslovaquia, Eslovenia, Rumanía y Hungría, mientras que los únicos países «occidentales» afectados hasta ahora por el proyecto son Bélgica, Alemania, Países Bajos y Reino Unido, a la espera de Italia, que podría formar parte de él en los próximos meses.
La plataforma del programa de defensa, de hecho, es abierta y renovable, para permitir que otras naciones participen para integrar la red operativa. En la gestión de las operaciones también participan Estados Unidos y Francia, que, sin embargo, ha decidido no firmar, por ahora, el acuerdo, porque pretende hacer más completo su propio sistema de defensa nacional, sin dejar de estar estrictamente vinculado a la estructura militar general de la OTAN.
La definición del programa europeo de defensa aérea tuvo lugar en los mismos días en los que la mayoría de los países europeos y la OTAN realizan ejercicios militares rutinarios en los que se utilizarán aviones capaces de transportar ojivas nucleares que sobrevolarán los cielos de toda Europa naturalmente con armas no disparadas a bordo. Estos ejercicios, a pesar de realizarse cada año y de la misma manera, nunca se han considerado tan útiles como en este periodo, precisamente por las continuas amenazas nucleares de Moscú.
Mientras tanto, a pesar de estar fuera del grupo de países firmantes del pacto para el escudo antimisiles europeo, Italia ya forma parte de un sistema de defensa integrado, denominado MAMBA, en colaboración, sobre todo, con Francia y también se ha sumado al proyecto Twister (Timely Warning and Interception with Space-based Theater Surveillance) junto con la propia Alemania, activa en prácticamente todos los programas de defensa común, España, Holanda y Finlandia. Este programa consiste en la construcción, por parte de la empresa europea MBDA y la italiana Leonardo, de un interceptor endoatmosférico para reconocer a tiempo las amenazas aéreas de dispositivos de nueva generación y armas de tecnología extremadamente compleja que puedan golpear a Europa, a partir de 2030, año en el que está previsto el desarrollo del proyecto, en adelante.
Todos los programas de defensa común que se están desarrollando en Europa representan el efecto directo de la presencia de la OTAN y, en consecuencia, de los Estados Unidos en los territorios del viejo continente definidos como estratégicos y hacen aún más evidente la influencia americana en las decisiones militares de los países de Europa, por lo demás todavía demasiado desunidos para un entendimiento constante, a efectos de una estabilidad geopolítica. La situación de la guerra en Ucrania en las últimas semanas no es fácil de interpretar ya que, tras la anexión por parte de Rusia, de algunas regiones de Ucrania y el posterior avance de las fuerzas de defensa del país invadido, en el proceso de recuperación de los territorios perdidos, la sensación de que el conflicto podría degenerar repentinamente es cada vez más clara. La creación de programas de defensa comunes para Europa, como el escudo antimisiles, el MAMBA y el Twister, servirá para estar preparados en la desafortunada eventualidad de que los ataques rusos se dirijan a la parte occidental del continente.
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