La chica también estudia gráfica publicitaria y es un gran ejemplo de la inclusión perpetrada por el nuevo mundo laboral italiano.
Alice Gennaro es una joven de 20 años que vive una vida extraordinaria llena de retos, demostrando al mundo entero que el síndrome de Down nunca es un obstáculo para realizar los propios sueños y alcanzar grandes metas. Nacida en Prato, cursó con éxito el último año del Instituto Profesional Marconi, especializándose en gráfica publicitaria. Pero su vida es mucho más que el estudio: es una ferviente entusiasta de la danza contemporánea y la natación, actividades que practica con dedicación y pasión. Su día está lleno de sonidos y ritmos, entre las notas de su música favorita y las apasionantes tramas de las series de televisión estadounidenses, que sigue con entusiasmo en las redes sociales, donde comparte selfies y momentos de la vida cotidiana en plataformas como Instagram y TikTok.
Sin embargo, hay un aspecto de la vida de Alice que la hace única en el panorama italiano: es la primera actriz de doblaje con síndrome de Down del país. Su voz dio vida a la protagonista de la película española «Valentina», ganadora del prestigioso premio Goya a la mejor película de animación en 2022. El personaje de Valentina, interpretado por una niña con síndrome de Down, encontró su auténtica voz a través de Alicia. Esta extraordinaria oportunidad nació con motivo del Día Mundial del Síndrome de Down, que se celebra el 21 de marzo de cada año, cuando la película se adaptó al público italiano gracias a la colaboración con la Asociación Italiana del Síndrome de Down, de la que Alice es miembro activo en la oficina de Prato.
La experiencia del doblaje fue una aventura emocionante y gratificante para Alice, aunque no exenta de desafíos. «Fue fantástico dar voz a Valentina porque Valentina es simpática y alegre. A veces fue difícil, pero lo conseguí», dice Alice con orgullo. Su madre, Simona Becheri, también comparte el entusiasmo de su hija y revela los sacrificios que acompañaron a esta experiencia única: «Durante una semana trabajó en Roma en la sala de doblaje: hacía turnos de tres horas por la mañana y por la tarde tenía que relajarse porque él había dado mucho. Pero nos echó literalmente a su padre y a mí de la sala porque no nos quería». El vínculo entre Alice y el personaje de Valentina va más allá del simple doblaje: ambas son mujeres que afrontan los retos con valentía y determinación. Alice tiene grandes sueños y ambiciones para su futuro. «Ser una estrella, una cantante o una modelo fotográfica para marcas de lujo. Ahora he descubierto -explica- que también me gusta hacer doblaje».
El talento y la determinación de Alice no pasaron desapercibidos: la Ministra de Discapacidad, Alessandra Locatelli, elogió a Alice y a todos los que contribuyeron al éxito de la película. El reconocimiento de la importancia del trabajo de Alice y de su capacidad para superar retos es un mensaje de inclusión y aceptación que resuena en toda Italia. La presentación de la película «Valentina» en la Casa del Cine de Roma fue un momento emotivo para todos los que trabajaron duro para llevar esta historia a la gran pantalla.
Simona Becheri, la madre de Alice, describe a su hija como una persona llena de vida y deseosa de conectar con sus compañeros. A pesar de su inclinación natural por la ropa de moda y los iconos del pop, Alice también es consciente de los retos que puede plantear su síndrome de Down, sobre todo en lo que se refiere a las relaciones personales. Sueña con encontrar el amor y ser madre algún día, con los nombres de sus futuras hijas, Meg y Anna, ya en mente. Sin embargo, se enfrenta a la realidad de una sociedad que no siempre comprende del todo sus aspiraciones y deseos, aunque en evolución positiva en comparación con décadas pasadas.
A pesar de sus retos e incertidumbres, Alice se enfrenta a la vida con determinación y fe en el futuro. Su historia es una historia de valor, amor y esperanza, que inspira no sólo a las personas con síndrome de Down, sino a cualquiera que se enfrente a obstáculos en su camino. Con su talento y determinación, Alice demuestra que no hay límites para la realización de los sueños, y que cada voz, independientemente de las circunstancias, merece ser escuchada y celebrada, tanto en Italia como en el resto de Europa y del mundo.