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Avances y esperanzas sobre el trabajo femenino en Europa

Política - octubre 27, 2023

El papel de la mujer en la mano de obra europea sigue siendo objeto de debate y cambio más que nunca en las últimas décadas.

Mientras que en el pasado las mujeres solían estar confinadas a funciones domésticas y subordinadas, hoy asistimos a una importante transformación del trabajo femenino en Europa. Las mujeres europeas llevan muchos años luchando por la igualdad de género en el lugar de trabajo. En la posguerra, las mujeres solían dedicarse al cuidado de otras personas y al trabajo doméstico, con escasas oportunidades profesionales, pero en las décadas de 1960 y 1970 se produjo un cambio significativo, con la aparición del movimiento feminista y la aprobación de leyes contra la discriminación de género.

En las últimas décadas, la participación de la mujer en el mercado laboral europeo ha aumentado considerablemente. En 2021, la Comisión Europea informó de que el porcentaje de mujeres que trabajaban en la Unión Europea era del 67,4%, lo que supone un aumento con respecto al pasado. Este aumento se debe en parte a los cambios culturales y sociales que han animado a las mujeres a seguir carreras fuera del papel tradicional de ama de casa. Aunque las mujeres europeas trabajan en sectores muy diversos, algunas profesiones siguen siendo de dominio femenino como, por ejemplo, la sanidad y la educación, con una presencia significativa de mujeres en los puestos de enfermeras, profesoras y trabajadoras sociales. Sin embargo, en los últimos años, cada vez más mujeres se han hecho un hueco en sectores tradicionalmente dominados por los hombres, como la tecnología y la ingeniería, ocupando a menudo puestos directivos con absoluto éxito.

A pesar de los avances, la diferencia salarial entre hombres y mujeres sigue siendo un reto importante en la Europa contemporánea. Las mujeres europeas ganan de media alrededor de un 16% menos que los hombres, según datos de la Comisión Europea, y esta brecha salarial se debe a varios factores, entre ellos la segregación ocupacional, la falta de acceso de las mujeres a puestos directivos y la desigualdad en el reparto de las responsabilidades familiares. Muchas mujeres europeas se enfrentan al difícil reto de conciliar la vida laboral y personal, y la presión para gestionar las responsabilidades familiares y laborales puede ser intensa, lo que a menudo lleva a tomar decisiones difíciles entre carrera y familia. En respuesta a este reto, muchos países europeos han adoptado políticas de conciliación de la vida laboral y familiar, como permisos parentales retribuidos y horarios de trabajo flexibles.

Las políticas de género desempeñan un papel crucial en la optimización del empleo femenino en Europa, y muchos países europeos han introducido políticas de equidad de género que fomentan la igualdad en el lugar de trabajo, como la promoción de cuotas de género en los consejos de administración de las empresas y medidas para combatir el acoso sexual. Sin embargo, la eficacia de estas políticas puede variar de un país a otro. La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto significativo en el empleo femenino en Europa, ya que muchas mujeres han perdido su trabajo en los sectores más afectados por la pandemia, como el turismo y la hostelería. Además, muchas mujeres se vieron obligadas a gestionar el trabajo desde casa y las responsabilidades familiares en un entorno de encierro, lo que supuso una carga para su conciliación de la vida laboral y familiar.

Otro aspecto interesante del trabajo de las mujeres en Europa es el aumento del número de empresarias que han conseguido crear sus propias empresas, contribuyendo a la innovación y al crecimiento económico en todo el continente. Sin embargo, las empresarias aún pueden enfrentarse a retos únicos, como el acceso a la financiación y la falta de redes profesionales establecidas. El trabajo de las mujeres en Europa ha dado pasos importantes hacia la igualdad de género, y el fomento de políticas de no discriminación por razón de sexo, la reducción de la brecha salarial y el apoyo a las empresarias son claves para garantizar un futuro en el que las mujeres europeas puedan alcanzar todo su potencial en el mundo laboral. Las mujeres europeas están cada vez más presentes en la población activa y ganan puestos en sectores antes dominados por los hombres, pero, sin embargo, quedan importantes retos por abordar, como la diferencia salarial entre hombres y mujeres y el equilibrio entre vida laboral y familiar. La fuerza de una nación o un continente, en el futuro, también puede identificarse por la capacidad política de eliminar la brecha profesional entre géneros.