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China a Prueba de Aranceles: ¿Cuáles serán las políticas y contramedidas del Dragón?

Comercio y Economía - abril 22, 2025

La suspensión temporal de los aranceles estadounidenses decidida por el presidente Donald Trump no ha hecho cambiar de opinión a varios analistas sobre el papel que China está desempeñando en este asunto.

UN ANILLO DE ESTRELLAS Y RAYAS
El dragón, de hecho, según varios periódicos y analistas internacionales, no es otro que el verdadero objetivo de Trump y, en caso de que logre sus objetivos, también estaría dispuesto a dar marcha atrás (esta vez para siempre) con el resto del mundo. Un análisis que sin duda examina los movimientos, declaraciones y acciones del magnate no sólo en esta legislatura, sino también en los años de su primera presidencia. Sin olvidar las indiscreciones que han salido en los últimos días de las páginas del Wall Street Journal. Según el diario económico, de hecho, los emisarios de Trump en los diálogos que se abrirán con más de 70 países de todo el mundo, todos ellos encaminados a que EEUU reduzca sus aranceles, se centrarán fuertemente en las relaciones con China. El elemento central será la garantía por parte de estos países de que no sólo no se abastecerán en el mercado Made in China, sino sobre todo de que no harán posible que mercancías procedentes del dragón pasen por sus territorios, para eludir y evadir los aranceles del magnate. El objetivo de esta estrategia sería colocar a Estados Unidos en una posición más elevada en una eventual mesa de negociaciones con Xi Jinping. De hecho, la esperanza del presidente Trump sería debilitar la economía china y obligar a China a negociar. Esto es especialmente cierto si los distintos países con los que Estados Unidos entablará negociaciones se comprometen a no aprovechar las lagunas jurídicas para los productos chinos.

EL MOVIMIENTO DEL DRAGÓN
Por supuesto, en la arena internacional, China no se queda de brazos cruzados. No hay ninguna razón para que Xi Jinping siga el camino de la negociación con Donald Trump, y menos a corto o medio plazo. Para China, de hecho, toda la partida debe jugarse llamando al farol del presidente estadounidense, al tiempo que se mantiene alta la moral interna, lo que se hace asegurando que el país poseería suficientes herramientas para contrarrestar la guerra comercial de Trump. Para Pekín, no se trata de una guerra abierta, sino de una serie de medidas útiles para contrarrestar las maniobras del magnate. Las contraofensivas se han impuesto, por supuesto. No podría haberse hecho de otro modo, sobre todo después de las declaraciones de Trump. Sin embargo, ha habido otras iniciativas, como el control de la exportación de tierras raras, o el creciente control de las operaciones de las empresas de las barras y estrellas que operan en China. Una especie de represalia «blanda» que, si bien podría al menos mellar la pantalla de los aranceles impuestos por EEUU, al mismo tiempo puede presentar a los inversores extranjeros una estrategia que no es nada atractiva. Todo ello en un momento en que Pekín no puede permitirse perder inversiones extranjeras. Hay, por tanto, otras dos estrategias contenidas en las maniobras que el dragón aplicará a corto y medio plazo. En primer lugar, las políticas (ya anunciadas por algunos analistas atentos a la dinámica china) destinadas a aumentar el consumo interno. Después, la aceleración de la elaboración de acuerdos comerciales ante todo con los socios más próximos. Los recientes viajes de Xi Jinping a Vietnam, Malasia y Camboya se inscriben en esta línea, al igual que el intento de lograr el desbloqueo del acuerdo de libre comercio China-Japón-Corea del Sur.

EL PAPEL DEL ANTIGUO CONTINENTE
Por parte china, sigue siendo necesario ampliar cada vez más el diálogo con la Unión Europea. Un verdadero tablero de ajedrez en el que se enfrentarán las dos grandes potencias. Por un lado, Xi Jinping intentará encontrar nuevas salidas en los mercados europeos y también formas de eludir los aranceles estadounidenses. Por otro, Trump está dispuesto a utilizar el coco chino en las negociaciones sobre la reducción de aranceles. En medio se encuentran los Estados miembros de la Unión Europea que, una vez más, se verán en la difícil tesitura de optar por una respuesta firme y unida, o afrontar esta nueva coyuntura internacional sin seguir un plan compartido.