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El Elíseo a prueba de la moción de censura

Política - diciembre 6, 2024

Todo se está jugando esta semana y en el Elíseo la partida nunca ha estado tan clara. La crisis del gobierno francés, que ocupa las páginas de noticias extranjeras también en nuestro país, tiene su origen en la decisión que tomó Macron el 9 de junio, tras las elecciones europeas, de volver a poner su mandato en manos de los electores. Una decisión que, aunque parcialmente, recompensó a la Agrupación Nacional de Le Pen con un resultado que, en las últimas elecciones para la renovación de la Asamblea Nacional celebradas el 30 de junio y el 7 de julio, vio un interesante crecimiento de la derecha francesa. Ahora el peso tanto de Jean-Luc Mélenchon como de Le Pen se suma al de Macron, siempre en bandos opuestos, pero en este caso con el objetivo común de forzar la dimisión del jefe del Estado, adelantando las elecciones presidenciales a mucho antes de 2027. EL CHOQUE SOBRE EL BIENESTAR
Es, por tanto, en estos días cuando se producirá el choque, y sabremos si el gobierno que lleva menos de tres meses en funciones logrará completar la maniobra sobre el bienestar -la fecha límite es el 31 de diciembre- sin toparse con la «tormenta» evocada en los últimos días por el primer ministro Barnier. Uno de los elementos de esta tormenta (que quizás, a día de hoy, no sea más que una turbulencia menor) es sin duda el peso de los mercados y el diferencial, que ya ha alcanzado un nivel muy alto. También está la moción de censura presentada por el Nuevo Frente Popular de la Gauche, mientras que Le Pen ya ha anunciado que no se limitará a votar el documento ya presentado, sino que la Agrupación Nacional elaborará el suyo propio para presentarlo a la Cámara. El objetivo es no permitir que el gobierno apruebe las medidas que expiran, calificadas por Le Pen de «injustas para el pueblo francés». Entre los elementos más criticados estarían los recortes previstos sobre la clase media y el recorte, juzgado demasiado insignificante, a los medicamentos gratuitos para los inmigrantes ilegales y sans papier: una medida que costaría 1.600 millones de euros al año de los que Macron sólo recortaría 200 millones. Aún quedan algunas posibilidades técnicas para «salvar lo salvable» y asegurar la maniobra. En concreto, Barnier podría recurrir al artículo 49 de la Constitución, que permite aprobar la ley sin debate, y al mismo tiempo modificar el texto para hacerlo más digerible para los aliados del gobierno y superar el punto muerto. EL FACTOR ECONÓMICO
Queda muy poco tiempo para llegar a un equilibrio, tiempo que viene dictado sobre todo por los resultados de los bonos del Estado francés -actualmente iguales a los de Grecia-, así como por el valor del Spread, que ahora mismo está en los mismos valores de la crisis de 2012. Por supuesto, los mercados financieros tampoco tardarán en pronunciarse sobre la crisis, ya que la inestabilidad podría hacer que los capitales internacionales emigraran rápidamente a otras costas. Por último, el frente económico interno, con la maniobra financiera que debe votarse antes del 31 de diciembre. A falta de una nueva ley, la única solución viable sería una prórroga del texto de 2024, a la espera del verano y de la posibilidad de volver a la voluntad de las urnas. LA POSIBLE CRISIS
El ejecutivo nombrado el 5 de septiembre podría convertirse en el más breve de la historia de la V República, y en el primero en ser cuestionado formalmente desde 1962. En esa fecha, de hecho, el primer ministro Georges Pompidou fue primero recusado y luego puesto de nuevo en marcha por el general De Gaulle.

Por el momento, los analistas franceses hablan de 320 diputados en contra, cuando 289 serían suficientes para una moción de censura. Pero, en cualquier caso, ¿cuál podría ser el futuro a medio plazo de la mayoría que se remodeló el verano pasado? El riesgo de una remodelación por apoyo matemático está a la vuelta de la esquina, y continuar la legislatura con una crisis en ciernes -como una espada de Damocles-, además de una moción de censura, no es fácil. Especialmente con el actual escenario internacional y un papel protagonista que intentar mantener. Parece que más de la mitad de los franceses esperan actualmente una caída, sin duda los 11 millones de votantes de la Agrupación Nacional de Le Pen. Una moción de censura tras otra podría llevar al gobierno francés a la parálisis. Otro elemento a tener en cuenta en este caso, sin embargo, sería el peso del dictado constitucional, que impediría una nueva ronda electoral antes del verano, con Macron obligado a disolver la Assemblée sólo a partir de junio.