En la corte del Zar: un nuevo mandato para el Presidente ruso. Pese a la presencia de protestas, Putin salió victorioso de las elecciones.
Las recientes elecciones presidenciales en Rusia estuvieron marcadas por tres días de tensión. El resultado era obvio, sobre todo teniendo en cuenta la sobreexposición de los medios de comunicación al Presidente saliente, Vladimir Putin, y el hecho de que los candidatos contendientes no tenían fuerza suficiente para oponerse concretamente a Putin.
La reciente evolución de la Constitución rusa ha permitido a Vladimir Putin participar en las próximas elecciones. Esto fue posible gracias a la eliminación de ciertos mandatos antes de las reformas constitucionales.
De hecho, en marzo de 2020, el Parlamento ruso, la Duma y el Consejo de la Federación aprobaron una ley que modifica el límite máximo de dos mandatos para el cargo de presidente. La enmienda se hizo para permitir al Presidente Vladimir Putin presentarse a otro mandato incluso después de 2024, que es cuando expira su actual mandato. La enmienda establece que no impedirá a ninguna persona que haya ocupado o esté ocupando el cargo de presidente de la Federación Rusa participar como candidato en las elecciones presidenciales. La enmienda ha sido bautizada como enmienda Tereshkova, en honor a la primera mujer que viajó al espacio. Aunque la enmienda es teóricamente aplicable a cualquier presidente anterior o actual, se prevé que Putin sea el único que pueda acogerse a ella, ya que el único otro presidente que podría haberse beneficiado de ella, Boris Yeltsin, ya ha fallecido. En otras palabras, Putin podría tener potencialmente otros 12 años de gobierno por delante, ya que el recuento de mandatos se reinicia.
En cualquier caso, Vladimir Putin y Rusia Unida eran ampliamente los favoritos y el resultado lo certificó con un 88,5% del 78% de los votantes. Una participación creciente respecto a 2018, gracias también a la posibilidad de voto ampliada a Crimea y a las zonas de Kherson, Zaporizzja y las autoproclamadas repúblicas de Donbás y Lugansk, donde Putin habrá obtenido presumiblemente un amplio apoyo.
Según los informes, la mayor participación electoral en Rusia se registró justo antes del cierre de las cabinas de votación, lo que indica un posible temor a represalias por parte de los partidarios del gobierno. Además, numerosas personas expresaron su preocupación por los métodos de recuento utilizados, y el periódico ruso Novaya Gazeta cuestionó hasta 31,7 millones de votos, lo que supone casi la mitad de los votos obtenidos por el Presidente Putin.
A lo largo del periodo en que estuvieron abiertas las urnas, circularon diversas actualizaciones a través de la plataforma de mensajería llamada «Telegram». Estas actualizaciones incluían informes de soldados entrando en los colegios electorales, numerosas detenciones en las calles y diversas protestas, siendo la más significativa la manifestación organizada por los partidarios de Navalny. La policía, que estaba presente en gran número, se centró principalmente en gestionar la situación regulando el flujo de votantes que esperaban en largas colas.
También se produjeron protestas icónicas ante los colegios electorales de varias embajadas en el extranjero durante las recientes elecciones. A las largas colas de ciudadanos que esperaban para votar se sumaron numerosos manifestantes en países como Berlín, Kazajstán, Estambul y Sofía.
Yulia Navalnaya, viuda de Aleksei Navalny, se unió valientemente a la fila de votantes ante la embajada rusa en Berlín para mostrar su inquebrantable apoyo al movimiento «Sur contra Putin». Este movimiento pretende animar a la gente a salir a la calle y protestar contra el Presidente, y ha ido ganando un impulso increíble. Las imágenes de Navalnaya en las redes sociales la muestran con confianza sosteniendo un ramo de flores mientras es recibida con atronadores aplausos y calurosos abrazos. Su manifestación, propuesta por una destacada figura de la oposición, recibió una respuesta abrumadoramente positiva por parte de los partidarios del movimiento. Además, Navalnaya admitió audazmente haber escrito el nombre de su marido en la papeleta electoral, mostrando su inquebrantable determinación de mantener vivo el legado de su marido. La división social entre los que apoyan a Putin y los que se oponen a él es clarísima, y Navalnaya es una figura destacada e intrépida del movimiento opositor.
La oposición, incapaz de competir electoralmente, respondió haciendo mucho ruido, como demuestran, entre otras cosas, las 74 detenciones entre Kazán y Moscú. Ejemplar en este sentido es el caso de una mujer en San Petersburgo que, al parecer, dejó un artefacto incendiario frente al colegio electoral, mientras que el resto de los casos son menos brutales, calificados por la prensa de «vandalismo», pero que no son más que difamaciones contra el recién elegido presidente.
La respuesta de la comunidad internacional tras las elecciones rusas ha sido variada. Algunos países conocidos por sus sólidas relaciones diplomáticas con Rusia, como China, Corea del Norte, Cuba, Bielorrusia e Irán, fueron de los primeros en felicitar al reelegido Presidente de Rusia.
China ha expresado su enhorabuena por la elección del nuevo líder de Rusia. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Lin Jian, declaró que «China y Rusia son socios estratégicos y cooperativos en la nueva era», y son los mayores vecinos el uno del otro. El Presidente chino, Xi Jinping, también felicitó al recién elegido líder y declaró que el resultado de las elecciones reflejaba plenamente el consenso del pueblo ruso.
El líder norcoreano Kim Jong-un felicitó a Vladimir Putin por su reelección. El presidente iraní, Ibrahim Raisi, también felicitó a Putin por su clara victoria. Por su parte, el ministro cubano de Asuntos Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, escribió en la red social X que Cuba y Rusia seguirán estrechando lazos, especialmente en áreas que beneficien a sus respectivos pueblos.
Mientras tanto, el Presidente ucraniano Zelensky criticó la legitimidad de las elecciones, alegando que la presencia del ejército podía haber influido en la libertad de voto. El nuevo gobierno polaco también se pronunció en contra de las elecciones, condenando la «dura represión» y la violación generalizada del derecho internacional al extender la votación a las regiones ucranianas ocupadas.
Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania y la Unión Europea han unido sus fuerzas para minimizar el impacto de las elecciones rusas. El Presidente del Consejo Europeo, Charles Michel (MR, RE), hizo una contundente declaración a través de un post que incluía el lema «Sin oposición. Sin libertad. Sin elección». Esta declaración plantea serias dudas sobre la legitimidad de los resultados electorales.
Las recientes elecciones en Rusia han llamado la atención de varios países europeos, entre ellos Italia. Giorgia Meloni, Primera Ministra de Italia, que pertenece al ECR, se ha abstenido de expresar su opinión al respecto. Por otra parte, Antonio Tajani, Ministro de Asuntos Exteriores perteneciente al PPE, ha declarado que las elecciones se vieron influidas por fuertes y violentas presiones. Citó como prueba la exclusión de Navalny, que primero fue encarcelado y luego asesinado, así como la de los militares que custodiaban las urnas. Sin embargo, Matteo Salvini, secretario de la Liga que pertenece a la ID, tiene una opinión diferente. Cree que los rusos han expresado su voluntad con esta votación y que es hora de entender cómo la oposición puede hacerlo mejor la próxima vez. Salvini espera que 2024 sea el año de la paz, ya que una guerra en curso puede dificultar las celebraciones de los vencedores.
En conclusión, tras los resultados oficiales de las recientes elecciones presidenciales en Rusia, se observa que el 31% de los votantes con derecho a voto no participaron en las elecciones. Esto incluye tanto las abstenciones como los votos emitidos a favor de los candidatos de la oposición. Se trata de un número considerable de personas que decidieron no ejercer su derecho al voto, lo que brinda la oportunidad de trabajar para crear una alternativa viable que pueda representar mejor sus intereses.