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Debemos ver Europa, el viejo continente, con nuevos ojos. Nuestra rica historia y cultura tienen un efecto magnético sobre la gente de todo el mundo.
La diversidad de Europa no tiene parangón. Desde bulliciosas ciudades modernas hasta antiguas villas medievales. De los bosques salvajes a las playas más soleadas. Somos privilegiados porque lo tenemos todo. No es de extrañar que el turismo sea una de las industrias clave de nuestro continente, especialmente para los Estados miembros de la UE de la cuenca mediterránea. La pandemia paralizó gran parte de las economías de estos países y puso de manifiesto la vulnerabilidad de nuestras redes de transporte y sistemas sanitarios, que hacen tan atractiva la visita a Europa.
Apostar por el sector es lo más, sobre todo teniendo en cuenta los retos que hemos experimentado en los últimos tres años. La industria turística representa 256.000 millones de euros de ingresos. Esa cifra sólo muestra el enorme potencial que podría tener el sector si promovemos un conjunto de políticas que incentiven la inversión turística como motor de oportunidades de empleo y desarrollo económico en los países y regiones de la Unión. Europa necesita una perspectiva conservadora para lograr este resultado. Ése era precisamente el objetivo de la Fiesta ECR durante su último «Fin de semana cultural» en Ischia, la majestuosa isla del Golfo de Nápoles (Italia).
La combinación de un clima mediterráneo fresco y un suelo volcánico hacen de Ischia una región fértil con una producción de vino y aceite de oliva de categoría mundial. Con sus playas cristalinas y su gastronomía napolitana, «la isla verde» sirvió de escenario perfecto para el Fin de Semana Cultural. De hecho, es uno de los principales puntos turísticos del mar Tirreno.
Decenas de conservadores europeos se reunieron durante el Fin de Semana Cultural para abordar los retos y oportunidades de la industria turística, con especial atención a la normativa y la colaboración europeas. Entre los ponentes se encontraban Daniela Santaché, ministra italiana de Turismo; Adela Mirza, presidenta del partido Alternativa Dreaptă de Rumanía; y la directora para Europa de la Organización Mundial del Turismo (OMT), Alessandra Priante.
El programa analizó las perspectivas empresariales y las estrategias conservadoras para impulsar la industria europea, especialmente mediante el desarrollo del turismo religioso. Este tipo de perspectiva no sólo ofrece a los turistas europeos y extranjeros la oportunidad de descubrir las raíces mismas de nuestra identidad civilizacional, sino que también sirve de fuente de ingresos para las economías locales, impulsando el crecimiento de las pequeñas empresas hosteleras, generalmente familiares. El Camino de Santiago, que atraviesa el norte de España (y partes de Francia y Portugal), es un ejemplo clave. Con su vasta tradición cristiana, Europa podría convertirse en el centro mundial del turismo religioso. Necesitamos voces valientes en todo el espectro conservador para defender estas ideas.
En Ischia, los panelistas y asistentes abordaron los numerosos problemas de la movilidad regional e internacional, así como la fuerza e importancia del sistema de aviación. Las perturbaciones de COVID en los viajes internacionales han sido notorias. Pero incluso en las fases de recuperación y post-recuperación, según un boletín del Banco Central Europeo, «hay efectos duraderos en el sector [tourism] a través de la aversión al riesgo y un cambio en las preferencias». Los conservadores deben luchar contra esta mentalidad transmitiendo a la opinión pública europea e internacional un mensaje de seguridad. Es seguro viajar por Europa. Hemos salido de esta pandemia con más fuerza y mayor determinación.
Este fin de semana en Ischia formaba parte de la serie ECR Culture Weekend. Esta iniciativa permite a los conservadores de todas las edades y países descubrir, aprender y establecer contactos en los lugares de interés cultural más significativos de Europa y del extranjero, una incursión en la diversidad de tradiciones, paisajes y culturas europeas.
Este año, Sofía y Jerusalén han acogido otros dos Fines de Semana Culturales. Asegúrese de
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