La recién concluida cumbre del G20 en Nueva Delhi (India) fue un gran éxito para el Primer Ministro Narendra Modi y su país. Mientras China tiene problemas económicos, India ocupa un lugar cada vez más importante en la escena mundial.
India, «una democracia alborotada y robusta» según el Washington Post, ya ha superado a China en población este año y también se prevé que supere a China en crecimiento económico para 2023.
India, a la ofensiva
A los anfitriones indios no les falta confianza. Muchas vallas publicitarias de gran tamaño estaban cubiertas con imágenes de la flor de loto, la flor nacional de la India. Pero también es el símbolo del partido gobernante, el BJP. Este símbolo era visible por todas partes en Nueva Delhi y otras ciudades, incluso en el logotipo oficial del G20.
Modi se anotó un tanto diplomático al invitar a la reunión del G20 a los 55 miembros de la Unión Africana. Fue una muestra de cómo el Primer Ministro indio está trabajando para hacer de India una voz para el Sur Global.
Muchos observadores no creían que hubiera una declaración final debido a los evidentes conflictos entre Occidente, por un lado, y Rusia y China, por otro. Sin embargo, el Primer Ministro del país anfitrión, Modi, presionó a los países participantes para que acordaran un comunicado que denunciara el uso de la fuerza para obtener beneficios territoriales, aunque el país aparentemente designado -Rusia- no se mencionaba en el texto.
Esta acción ha llevado a los observadores a preguntarse: «¿Ha descifrado India el código del consenso diplomático?». El Consejo Atlántico concluye que India forja un nuevo modelo de diplomacia integradora. Cuando la cumbre llegó a su fin, quedó claro que los objetivos de India no se habían desviado, a pesar de la cruel guerra de agresión que Rusia está llevando a cabo en Ucrania y que divide a los países del G20.
China, a la defensiva
La forma en que Modi dirigió la cumbre lleva a los expertos a afirmar que está consolidando su liderazgo en el Sur Global, mientras que el Presidente chino Xi se «contuvo». La ausencia de Xi Jinping «fue la gran noticia y proyectará la sombra más alargada sobre los asuntos mundiales», opina el corresponsal de Exteriores Michael Schuman, afincado en Pekín.
Xi fue el mayor perdedor del G20 al abandonar la escena y dejar que Modi y el Presidente estadounidense Joe Biden promovieran su perspectiva. La reunión puso así de manifiesto el creciente aislamiento de China respecto a otras grandes potencias mundiales.
Nuevas infraestructuras: Corredor de la India a Europa
Para contrarrestar las inversiones económicas de China en la región, paralelamente a la reunión del G20 se anunció una nueva red de tránsito barco-ferrocarril que conectará India, a través de Oriente Medio, con Europa. El plan se considera una gran victoria no sólo para Europa, sino también para India y países como Israel, Jordania, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos.
Este nuevo Corredor Económico (IMEC) fue descrito como «mucho más que un ferrocarril o un cable» por la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Es un «puente verde y digital» entre continentes y civilizaciones, afirmó.
Pero hasta ahora sólo se han compartido escasos detalles sobre IMEC.
La dirección es la energía renovable
En materia de medio ambiente, el comunicado también respalda el objetivo de triplicar la capacidad mundial de energías renovables para 2030 y se compromete a «una reducción progresiva del carbón» en función de las circunstancias nacionales. Tanto India como China están aumentando su consumo de carbón a pesar de la preocupación por el cambio climático mundial.
Líderes europeos como el presidente francés, Emmanuel Macron, no se mostraron satisfechos con la redacción, alegando que el mundo debe reducir la quema de carbón muy rápidamente.
Contrapeso a la China comunista
La mayoría de los observadores coinciden en que la mayor democracia del mundo se está convirtiendo en un actor importante en la escena mundial, algo que ha confirmado la acogida del G20. El Primer Ministro Modi ha promovido a su país como mediador entre Occidente y Rusia. India también se ha convertido en un importante contrapeso a las ambiciones de China.