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La Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) se confirma una vez más como el principal acontecimiento del movimiento conservador en Estados Unidos. Fundada en 1974, la convención reúne a personalidades políticas, intelectuales y activistas para debatir políticas de derechas, con un fuerte énfasis en los valores tradicionales y el nacionalismo económico. En los últimos años, la CPAC se ha convertido en una plataforma privilegiada para el ala trumpista del Partido Republicano, que combate las ideologías progresistas y la llamada «cultura cancel».
Este año, entre los invitados internacionales destacados, sobresalió Giorgia Meloni, Primera Ministra de Italia y líder de Fratelli d’Italia, que participó por videoconferencia. Su presencia solidificó la conexión entre el conservadurismo italiano y europeo y su homólogo estadounidense.
Discurso de Meloni: Identidad y pragmatismo
Meloni abrió su discurso reafirmando su firme defensa de los valores conservadores, tocando temas muy queridos por el público estadounidense: la familia, la lucha contra la cultura del cancel, la oposición a las políticas medioambientales radicales y la omnipresencia del socialismo. El Primer Ministro subrayó que «la libertad debe defenderse por todos los medios», haciéndose eco de algunos de los temas abordados por el Vicepresidente estadounidense J.D. Vance en la conferencia de Munich.
Uno de los segmentos más esperados de su discurso versó sobre la guerra en Ucrania. Meloni reafirmó el apoyo de Italia a Kiev, hablando de una «paz justa y duradera», al tiempo que evitaba la confrontación directa con Donald Trump, que en los últimos días ha adoptado una postura más ambigua sobre la cuestión. En una declaración que suscitó muchos comentarios, dijo: «La paz en Ucrania sólo puede construirse con la contribución de todos, pero sé que con Trump no volveremos a ver el desastre que ocurrió en Afganistán hace cuatro años.»
En el frente de las relaciones transatlánticas, Meloni envió un mensaje claro: «Nuestros adversarios esperan que Trump se distancie de nosotros, los europeos. Le conozco: es fuerte y eficaz. Apuesto a que demostraremos que se equivocan». También reconoció la necesidad de que Europa aumente el gasto militar, un tema cercano al corazón de la administración Trump.
La cuestión de los aranceles y el futuro de las relaciones comerciales
Otro tema delicado abordado por Meloni fueron los aranceles y el riesgo de un conflicto comercial entre Europa y Estados Unidos. «No necesitamos explicar lo interconectadas que están nuestras economías y cómo los impredecibles resultados de una guerra comercial sólo beneficiarían a otras grandes potencias», advirtió el Primer Ministro, en evidente referencia a China.
El discurso de Meloni reforzó su imagen de líder conservadora global, captando también la atención de los observadores políticos estadounidenses. Su cercanía al ala del Partido Republicano alineada con Trump se equilibró con un enfoque pragmático destinado a evitar fracturas con los aliados europeos.
Fidanza: «La amistad no es sumisión»
Carlo Fidanza, jefe de la delegación de los Fratelli d’Italia en el Parlamento Europeo y vicepresidente de los Conservadores Europeos, comentó la participación de la Primera Ministra: «Giorgia Meloni ha demostrado que la amistad no es sumisión. Ha hecho un llamamiento al resurgimiento de Occidente y a la unidad entre Europa y América. Sobre Ucrania y los aranceles, ha demostrado que no somos meros ejecutores, sino socios con una visión autónoma.»
Fidanza también defendió a Meloni de las críticas de la izquierda: «La oposición esperaba que, para honrar a Trump, abandonaría el apoyo a Ucrania, pero se equivocaron. Algunos en la corriente dominante europea atacan a Trump simplemente porque es un ‘estadounidense de derechas’, sin comprender que el verdadero reto es mantener un puente sólido entre ambos lados del Atlántico.»
Reacciones y controversias en Italia
En Italia, la participación de Meloni en la CPAC provocó reacciones encontradas. La oposición, desde Elly Schlein a Giuseppe Conte, criticó la presencia de la Primera Ministra en la convención conservadora, acusándola de ser «vasalla de Estados Unidos». Nicola Fratoianni pidió incluso que se cancelara su discurso, mientras que Angelo Bonelli lo calificó de «propaganda de derechas».
Carlo Calenda adoptó una postura más matizada, reconociendo la coherencia de Meloni en su apoyo a Ucrania, al tiempo que mantenía reservas sobre su excesiva cercanía a los republicanos de Trump. «Las palabras de Meloni sobre Ucrania fueron claras y decisivas en un contexto muy difícil. Merece crédito por ello», dijo el líder de Azione.
Por otra parte, el centro-derecha defendió la decisión del Primer Ministro. Tommaso Foti, ministro de Asuntos Europeos, reiteró: «Una alianza con EEUU no significa sumisión; la política exterior requiere pragmatismo».
La CPAC sigue siendo un acontecimiento estratégico para la política conservadora internacional, y Giorgia Meloni aprovechó la oportunidad para reforzar su papel como líder mundial. Su discurso equilibró la identidad ideológica con el pragmatismo diplomático, enviando un mensaje claro: Italia pretende seguir siendo un puente entre Europa y Estados Unidos sin subordinarse a nadie. Ante la proximidad de las elecciones europeas, la intervención de Meloni podría tener repercusiones no sólo en las relaciones transatlánticas, sino también en los equilibrios políticos internos de la UE.