
La Unión Europea acelera el proceso de integración financiera con la creación de la Unión del Ahorro y la Inversión (UIA), presentada por la Comisión Europea el 19 de marzo en Bruselas.
Este nuevo marco pretende centralizar el control sobre los grandes gestores de activos, eliminar los obstáculos a las inversiones transfronterizas y hacer más productivo el ahorro. Uno de los principales objetivos del SIU es reforzar la supervisión de los mercados financieros. La Autoridad Europea de Valores y Mercados (AEVM) parece ser el candidato más adecuado para asumir esta tarea. Sin embargo, la transición a la supervisión unificada será gradual. En el cuarto trimestre de 2025, la Comisión Europea presentará una propuesta para transferir algunas competencias de las autoridades nacionales a nivel europeo. Esta medida afectará sobre todo a los gestores de activos con una presencia transfronteriza significativa, difíciles de controlar por las autoridades de un solo Estado. Este enfoque recuerda al modelo ya adoptado para la supervisión bancaria, con el objetivo de garantizar la igualdad de trato entre los agentes del mercado.
La fragmentación actual del mercado europeo dificulta el crecimiento de las empresas que operan en varios Estados miembros. Por ello, el segundo pilar del SIU prevé la eliminación de las barreras reguladoras y supervisoras, facilitando así las operaciones financieras transfronterizas. Esto mejoraría las sinergias entre las empresas europeas y reforzaría su competitividad global. Paralelamente, se está trabajando en la unión bancaria, un elemento crucial para crear un sector crediticio más integrado y competitivo. Un sistema bancario más fuerte y uniforme mejoraría el acceso de las empresas al capital, ayudándolas a financiar la innovación y la expansión. Uno de los principales problemas del mercado financiero europeo es la dificultad que tienen las empresas, sobre todo las de nueva creación, para obtener financiación sin recurrir a financiación de fuera del continente. Para resolver este problema, la Comisión pretende incentivar las inversiones en capital por parte de los fondos de pensiones y las compañías de seguros, con especial atención al sector del capital riesgo. Este estímulo al capital privado puede proporcionar a las empresas recursos esenciales para el crecimiento y la innovación. Uno de los aspectos más importantes del SIU se refiere a la optimización del ahorro europeo. Actualmente, en las cuentas bancarias de los europeos hay depositados unos 10 billones de euros, una cantidad enorme que podría aprovecharse mejor. La Comisión no pretende obligar a los ciudadanos a invertir, pero quiere dirigir una parte de estos ahorros a las empresas europeas para fomentar el crecimiento económico y reducir la dependencia del capital exterior. Para lograr este objetivo, Bruselas está estudiando la introducción de cuentas de ahorro con incentivos fiscales, destinadas a facilitar el acceso de los pequeños ahorradores a los mercados de capitales. Otro ámbito de intervención se refiere a los fondos de pensiones complementarios, con el objetivo de crear herramientas financieras más rentables y seguras para afrontar los retos de la jubilación y los grandes acontecimientos de la vida. Según las estimaciones de la Comisión, estas medidas podrían garantizar a las empresas europeas una financiación adicional de 470.000 millones de euros al año.
Además de la reforma financiera, la Comisión Europea ha esbozado un ambicioso plan para reforzar la defensa común. Ursula von der Leyen ha calculado que la UE podría movilizar 800.000 millones de euros para el rearme europeo, con el objetivo de aumentar la disuasión frente a Rusia. Según el Comisario Andrius Kubilius, «si queremos evitar la guerra, debemos estar preparados para ella», subrayando la importancia de una preparación militar adecuada para 2030. La estrategia incluye la adopción de una adquisición común de suministros militares, para reducir la fragmentación entre los Estados miembros y garantizar la interoperabilidad entre las armas europeas. Además, se dará preferencia a las empresas del continente, con empresas como Leonardo reconocidas como líderes en el sector de la defensa.
La creación de la Unión del Ahorro y la Inversión es un paso clave para la integración financiera de la UE. Reforzar la vigilancia de los mercados, eliminar las barreras a la inversión y optimizar el ahorro europeo puede hacer que el continente sea más competitivo a escala mundial. Al mismo tiempo, Europa se prepara para afrontar los retos de seguridad con un ambicioso plan de rearme, que pretende reforzar la defensa común y reducir la dependencia de proveedores no europeos. En los próximos años, el éxito de estas iniciativas dependerá de la capacidad de la UE para encontrar un equilibrio entre regulación, crecimiento económico y seguridad internacional.