En Europa la media es de 6,5 y existe un proyecto para eliminarlas
En el debate sobre la educación y los deberes, Italia aparece como un caso de estudio significativo, con datos que indican una media de 11 horas semanales para los estudiantes de secundaria, significativamente superior a la media europea de 6,5 horas. Este fenómeno suscita interés y preocupación no sólo a escala nacional, sino también internacional, con una serie de estudios y proyectos destinados a comprender el impacto de los deberes en el aprendizaje de los alumnos y a esbozar nuevas estrategias educativas. El análisis de los datos, incluidos los recogidos por OCDE-PISA en 2018, destaca cómo los jóvenes italianos dedican una cantidad significativa de tiempo a los deberes, especialmente en las escuelas medias y secundarias. Estos datos, combinados con la clasificación relativamente baja del sistema educativo italiano según la revisión Pearson, plantean dudas sobre la eficacia y equidad del sistema.
En comparación con otros países europeos, es evidente la variedad de enfoques, desde la reducción de los deberes en países como Dinamarca, Finlandia y Suecia, hasta su completa eliminación en Bulgaria, Rumanía, Letonia y Dinamarca. Incluso Francia, a pesar de tener una importante presencia de deberes, está por debajo de la media italiana. Fuera de Europa, países como Brasil, Argentina, Japón y el Reino Unido dedican menos tiempo a los deberes que Italia. Hay varias razones pedagógicas que apoyan la reducción o eliminación de los deberes. En primer lugar, el tiempo que se pasa en casa debe dedicarse al descanso y la relajación, que son cruciales para el desarrollo general de los alumnos, y en segundo lugar, los deberes pueden agravar las desigualdades, ya que no todos los estudiantes disponen de los recursos o el apoyo necesarios para completarlos con eficacia.
La eliminación de los deberes en casa podría conducir a una mayor equidad en el sistema educativo, permitiendo a los estudiantes pasar más tiempo en la escuela realizando actividades prácticas, colaborativas e interactivas. Este enfoque fomenta el aprendizaje activo y la adquisición de competencias interpersonales fundamentales para triunfar en el mundo moderno. Para aplicar con éxito una estrategia de reducción o eliminación de los deberes, es necesario invertir en recursos educativos adicionales, como profesores bien formados, equipos didácticos modernos y espacios adecuados para el aprendizaje colaborativo. Además, es importante implicar activamente a los estudiantes en el proceso de toma de decisiones relativas a las actividades educativas, animándoles a participar en el diseño de los planes de estudios.
El análisis de las prácticas educativas en países como Finlandia, Alemania y España ofrece ideas interesantes para una revisión de los deberes también en Italia. En Finlandia, por ejemplo, no existe una normativa estricta sobre los deberes, y se fomenta mucho el equilibrio entre las tareas escolares y el tiempo libre de los alumnos. Los profesores finlandeses fomentan el aprendizaje activo y la exploración, reduciendo así la dependencia de los deberes. Incluso en Alemania y España existen normativas y directrices que regulan la cantidad y el tipo de deberes asignados, haciendo hincapié en el equilibrio entre las tareas escolares y el tiempo libre de los alumnos. El enfoque activo de los profesores y la implicación de los padres son elementos clave en estos contextos.
La Unión Europea, aunque no tiene una normativa específica sobre los deberes, promueve políticas que influyen indirectamente en la práctica educativa, como la movilidad de los estudiantes, el uso de las tecnologías digitales y la inclusión. Iniciativas como el Monitor Europeo de la Educación y la Estrategia Europa 2020 proporcionan un marco para mejorar la calidad de la educación y promover un aprendizaje más activo e integrador. Analizar el impacto de los deberes en la educación y el bienestar de los alumnos requiere un enfoque holístico y un compromiso común para encontrar soluciones innovadoras y equilibradas. La adopción de prácticas educativas basadas en el aprendizaje activo y colaborativo durante el horario escolar podría contribuir a mejorar el bienestar de los alumnos, reduciendo las desigualdades y preparándoles mejor para los retos del futuro.La calidad cultural de una nación requiere planteamientos modernos y vanguardistas sobre cuestiones aparentemente insignificantes como los deberes, pero que pueden resultar fundamentales en el panorama comunitario europeo.