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Informe sobre asilo 2023. Datos y comentarios sobre la situación actual

Legal - agosto 30, 2023

La Agencia de Asilo de la Unión Europea (AEUE) es una agencia de la Unión Europea cuya función es apoyar a los Estados miembros en la aplicación del paquete de leyes de la UE que regulan el asilo, la protección internacional y las condiciones de acogida, conocido como Sistema Europeo Común de Asilo (SECA).

La Agencia de Asilo de la Unión Europea publica una vez al año el llamado «Informe sobre asilo», que contiene datos exhaustivos relacionados con la evolución que experimentan los Estados miembros de la Unión Europea, Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza en materia de asilo.

Este año el informe se publicó en julio y contiene datos referidos al año 2022. El informe de la AEU es especialmente significativo porque investiga una de las cuestiones que más han resonado en la Unión Europea desde 2015. La migración y el asilo son dos factores clave para la UE y fuera de ella, por lo que las políticas que se pongan en marcha en estos frentes deben ser cuidadosamente supervisadas y evaluadas.

Como se describe en ese informe, el año pasado hubo una enorme cantidad de personas en busca de protección, y se analizó un fuerte aumento de las solicitudes de asilo presentadas en Europa y el desplazamiento forzoso de millones de personas desde Ucrania también como consecuencia de la invasión rusa. Por ello, la Unión Europea y sus Estados miembros tuvieron que movilizar un gran número de recursos.

Una de las principales que desató una presión sin precedentes en el sistema de acogida fue la guerra entre Rusia y Ucrania. De hecho, con el inicio del conflicto, a los refugiados que ya llegaban de otras partes del mundo se sumaron decenas de miles de refugiados ucranianos que tuvieron que recurrir a la UE para huir de la guerra, con la consiguiente presión sobre unos sistemas de acogida ya saturados.

Evidentemente, la Unión Europea no podía echarse atrás, teniendo que acoger obedientemente a todas aquellas personas que, obligadas por la brutalidad de la guerra desencadenada por la invasión rusa, fueron justamente dejadas entrar en el territorio de los Estados miembros.

En cuanto a las solicitudes de asilo presentadas durante 2022, las solicitudes de protección internacional fueron cuantitativamente muy superiores a las de años anteriores. El número total de estas solicitudes ascendió a unas 996.000, lo que supone un aumento de cerca del 50% respecto a las registradas en 2021.

La mayoría de las solicitudes se presentaron en Alemania, Francia, España, Austria e Italia. La mayoría de los solicitantes de asilo eran ciudadanos de Siria, Afganistán e Irak, así como de la mencionada Ucrania.

Por el contrario, en cuanto a la retirada de solicitudes, en 2022 las solicitudes que se retiraron se situaron en un número cercano a las 140.000, lo que supone el doble que en 2021 y la cifra más alta desde 2016.

899.000 solicitudes de asilo estaban pendientes de decisión a finales de 2022, lo que supone un aumento de casi una quinta parte respecto al año anterior. Esta cifra señala que el año pasado se registró el mayor número de casos pendientes desde abril de 2020. El saldo de casos pendientes fue muy superior al nivel anterior a la crisis en 2014, lo que aumentó la presión sobre los sistemas nacionales de acogida.

Las solicitudes de asilo presentadas entonces tenían un porcentaje relacionado con menores. Hubo 42.000 solicitudes de asilo relacionadas con menores extranjeros no acompañados, la cifra más alta desde 2016, un aumento de tres quintas partes con respecto al año anterior y ligeramente superior al crecimiento de las solicitudes totales (+53%). Sólo dos nacionalidades juntas representaron dos tercios de las solicitudes de menores extranjeros no acompañados: casi la mitad (20.000) fueron presentadas por afganos y 10.000 por sirios.

Como ya se ha mencionado, el año 2022 fue un año récord para los solicitantes de asilo y los desplazados de Ucrania, que superaron los 4 millones, y que pidieron protección temporal.

Unas cifras tan elevadas supusieron una gran presión para los sistemas nacionales, agravada por una situación que todos los Estados miembros de la UE viven desde hace casi una década y a la que tienen que hacer frente por todos los medios posibles, tanto a escala nacional como de la UE.

En particular, la Unión Europea ha respondido a la crisis de los refugiados ucranianos protegiendo a todas aquellas personas que se han visto obligadas a abandonar su tierra, su hogar y, a veces, incluso a su familia. La legislación europea ha contribuido a hacer frente a esta difícil e inesperada situación que ha afectado a todo el mundo.

La respuesta europea se basa en el principio de solidaridad. Solidaridad no sólo entre los países pertenecientes a la gran familia de la Unión Europea, sino también entre los distintos actores que fueron capaces de movilizar grandes recursos y destinarlos a un mismo fin. Estos actores han sido las instituciones y agencias de la UE, las distintas autoridades nacionales y locales̀, las diversas organizaciones internacionales y de la sociedad civil, y también las comunidades y los ciudadanos particulares que se han unido y han desplegado sus respectivas competencias para aportar soluciones eficaces.

La crisis ruso-ucraniana también hizo aún más evidente la necesidad de proceder a la reforma del Sistema Europeo Común de Asilo. Por eso, después de mucho tiempo, también se logró finalmente la reforma del llamado pacto de migración y asilo. Un pacto que debe ser lo más eficaz posible y que por fin concrete la importancia de la dimensión exterior y la defensa de las fronteras europeas, así como la cooperación con los países de tránsito y origen.

El principio que debe perseguirse en el proceso de asilo en Europa no sólo tiene que ver con la modernización de la gestión de las fronteras, sino que ese proceso también debe proporcionar protección a quienes la buscan, siempre en el entendimiento de que deben cumplir los requisitos y que la seguridad dentro de la UE está garantizada una vez que cruzan las fronteras.

La actual situación geopolítica mundial exige que el Derecho se adapte constantemente a la evolución del contexto, interviniendo rápida y oportunamente para colmar las lagunas legislativas que puedan existir. En materia de asilo, en la Unión Europea es más prioritario que nunca. En el último año se han hecho algunos progresos, principalmente porque la situación de la migración y los solicitantes de asilo había llegado a un punto en el que resultaba imposible no intervenir.

En este escenario internacional, también es crucial comprender la importancia de la cooperación y la colaboración a todos los niveles, desde el local al nacional, pasando por el supranacional y el internacional. También es importante que, a nivel de la Unión Europea, todas las instituciones viajen en la misma longitud de onda, poniéndose a disposición unas de otras para diseñar y aplicar soluciones adecuadas a los problemas que plantea el contexto geopolítico.

También desempeña un papel importante la Agencia de Asilo de la Unión Europea, que se propone colaborar cada vez más estrechamente con los países miembros para verificar la aplicación operativa y técnica de las obligaciones jurídicas de la UE y ayudar a los Estados miembros a detectar posibles limitaciones de los sistemas de asilo y acogida, contribuyendo en última instancia a una mayor armonización del sistema de asilo de la UE.

El proceso que puede hacer que la Unión Europea sea capaz de abordar estructuralmente el problema de los inmigrantes y los solicitantes de asilo es aún largo, sobre todo teniendo en cuenta los numerosos acontecimientos que se han producido y que no parecen cesar con el paso del tiempo, haciendo que las políticas europeas de asilo y migración sean más de emergencia que generales. Sin embargo, hay que reconocer que durante 2023 esta cuestión ha recibido una nueva y renovada atención por parte de las instituciones europeas, debido principalmente al empuje de algunos países que consideran esencial trabajar para asegurar las fronteras exteriores de la UE y adoptar estrategias concretas para contener el fenómeno migratorio.