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Italia: El déficit mejora y el PIB crece un 0,7% en 2024

Comercio y Economía - marzo 4, 2025

En 2024, la economía italiana registró un crecimiento del PIB del 0,7%, confirmando la tendencia positiva ya observada en 2023

Según el Istat, la mejora de los indicadores económicos se debe principalmente a la contribución positiva de la demanda interna (+0,5%) y de la demanda exterior neta (+0,4%), mientras que la variación de existencias tuvo un impacto ligeramente negativo (-0,1%). Por el lado de la oferta, el valor añadido aumentó en varios sectores, con la agricultura a la cabeza (+2,0%), seguida de los servicios (+0,6%) y la industria (+0,2%).

Uno de los datos más significativos del informe del ISTAT se refiere al déficit público. El ratio déficit/PIB se situó en el -3,4%, lo que supone una clara mejora respecto al -7,2% registrado en 2023. Este dato representa una señal positiva para la estabilidad de las finanzas públicas italianas y para la confianza de los inversores. El saldo primario, que excluye los intereses de la deuda, también registró un cambio de tendencia, pasando del -3,6% al +0,4%. Esto significa que, netos de intereses, el Estado ha recaudado más recursos de los que ha gastado, un factor clave para la sostenibilidad de la deuda pública a largo plazo. Istat destacó un aumento de la presión fiscal, que en 2024 alcanzó el 42,6% del PIB, frente al 41,4% en 2023. El aumento vino determinado por un incremento de los ingresos por impuestos y cotizaciones (+5,7%), superior al crecimiento del PIB a precios corrientes (+2,9%). Esta cifra refleja una mejora de la capacidad recaudatoria del Estado, pero al mismo tiempo pone de manifiesto una mayor carga fiscal para los ciudadanos y las empresas. A pesar de la mejora del déficit, la ratio deuda/PIB registró un ligero aumento, pasando del 134,6% en 2023 al 135,3% en 2024. Sin embargo, si se compara con los datos de 2021 (145,7%) y 2022 (138,3%), se aprecia una progresiva contención de la deuda pública. El reto para los próximos años será mantener esta tendencia a la baja, garantizando un crecimiento económico sostenible y una mejora del saldo primario. Los datos publicados por el Istat superaron las previsiones del gobierno, lo que suscitó comentarios positivos del Ministro de Economía y Hacienda, Giancarlo Giorgetti. «Los datos de hoy del Istat confirman, como siempre se ha mantenido con firmeza, que las finanzas públicas están en mejores condiciones de lo previsto», declaró el ministro. A continuación, Giorgetti subrayó cómo el superávit primario representa una «satisfacción moral» para el gobierno, que actualizó sus estimaciones de crecimiento en diciembre. A pesar de los signos positivos, la ministra subrayó la necesidad de no bajar la guardia: «Por supuesto que todo esto es reconfortante y un motivo de satisfacción. Pero no podemos detenernos ahora: el reto es el crecimiento en un contexto muy problemático, no sólo en Italia, sino también en toda Europa».

2024 marca un año de consolidación para la economía italiana, con un crecimiento del PIB del 0,7%, una mejora significativa del déficit y un saldo primario positivo. Sin embargo, la creciente presión fiscal y la todavía elevada deuda pública siguen siendo retos a los que habrá que hacer frente para garantizar un crecimiento sólido y sostenible en los próximos años. El gobierno tendrá que seguir trabajando en políticas económicas dirigidas a reforzar la competitividad del país, estimular las inversiones y apoyar el empleo para mantener la tendencia positiva. De cara al futuro, será esencial incentivar la productividad y la innovación, favoreciendo sectores estratégicos como la digitalización y la transición ecológica. Además, el contexto europeo y mundial, caracterizado por incertidumbres geopolíticas y económicas, requiere una estrategia clara para proteger el crecimiento y reducir las desigualdades. Las reformas estructurales y una política fiscal equilibrada serán herramientas cruciales para afrontar los retos de la próxima década y garantizar la estabilidad económica del país. Además, será importante vigilar las políticas monetarias del Banco Central Europeo, que podrían influir en el coste del crédito para las familias y las empresas. Unos tipos de interés estables favorecerían las inversiones, contribuyendo a un mayor crecimiento. Italia también tendrá que reforzar su posicionamiento en los mercados internacionales, mejorando la competitividad de las empresas y apoyando las exportaciones. Por último, la inversión en formación y competencias digitales será crucial para afrontar los retos de un mercado laboral en constante evolución.

 

Alessandro Fiorentino