El panorama migratorio europeo está experimentando una importante transformación con la entrada en vigor del Pacto sobre Migración y Asilo.
Este complejo marco legislativo pretende coordinar mejor la gestión de las solicitudes de migración y asilo entre los Estados miembros de la Unión Europea (UE).
A partir de hoy, la Comisión Europea ofrecerá apoyo técnico a medida y asesoramiento especializado a nueve Estados miembros, entre ellos Italia, para facilitar la aplicación de este nuevo plan.
El Pacto de Migración y Asilo entró formalmente en vigor el 11 de junio, tras un proceso legislativo que duró toda una legislatura.
Sin embargo, la aplicación efectiva de las nuevas normas aún tardará dos años.
El plan común de aplicación definido por la Comisión Europea incluye diez componentes interdependientes, necesarios para el funcionamiento de la compleja legislación.
Entre ellos, Italia recibirá ayuda en ocho de los diez bloques temáticos, excluyendo Eurodac y el funcionamiento de la solidaridad.
El Pacto representa un paso adelante en la armonización de las políticas de migración y asilo de la UE, tratando de equilibrar la solidaridad y la responsabilidad entre los Estados miembros.
Con la fecha límite del 12 de diciembre de 2024 para presentar sus planes nacionales de aplicación, los Estados miembros tendrán que desarrollar rápidamente sus estrategias y estructuras de coordinación.
La Comisión Europea abrió en junio una convocatoria para ayudar a los Estados miembros a preparar sus planes nacionales de aplicación.
Nueve países respondieron a la oferta: Bélgica, Estonia, Alemania, Grecia, Irlanda, Italia, Portugal, la República Checa y Rumanía.
Estos países recibirán asesoramiento específico de expertos durante cuatro meses (hasta finales de noviembre), con el objetivo de actualizar la legislación nacional y revisar los procesos administrativos y judiciales.
En el caso de Italia, el apoyo de la Comisión Europea se centrará en ocho bloques temáticos, excluidos Eurodac y la solidaridad.
Las áreas de intervención incluirán reformas legislativas en el ámbito de la responsabilidad, el análisis de la estructura actual de la Unidad de Dublín, la organización y la dotación de personal.
Además, se hará hincapié en cuestiones horizontales como la garantía de asesoramiento jurídico gratuito, las alternativas a la detención, la representación y protección de los menores no acompañados y la creación de un mecanismo independiente de control de los derechos fundamentales.
El nuevo sistema del Pacto sobre Migración y Asilo se basa en un delicado equilibrio entre solidaridad y responsabilidad.
La gestión de los migrantes estará regulada por el Reglamento sobre la gestión del asilo y la migración (RAMM), que mantiene el principio del Reglamento de Dublín de 2013: el primer Estado miembro de entrada es responsable de examinar las solicitudes de asilo.
Este principio ejerce una presión considerable sobre los países de primera entrada, como Italia, Grecia, Malta, Chipre y España.
Una de las principales novedades es la introducción de un mecanismo de solidaridad obligatorio para todos los Veintisiete, que entrará en vigor 24 meses después de la publicación del Reglamento en el Diario Oficial de la UE.
La solidaridad se expresará a través de tres formas: reubicación de los migrantes, contribuciones financieras o apoyo a terceros países.
Este sistema pretende distribuir equitativamente la carga de la gestión de la migración entre todos los Estados miembros, basándose en criterios como el PIB y la población.
Italia tendrá que hacer frente a varios retos al preparar el plan nacional de aplicación. Entre ellas se incluyen la adaptación de las infraestructuras, la actualización de la tecnología de la información, la gestión de los costes y las adquisiciones, y la formación del personal.
Otro aspecto crítico será la aplicación de los procedimientos fronterizos, que prevén la detención de facto de los migrantes, sin exenciones para las familias con niños menores de 12 años.
El Reglamento sobre Procedimientos de Asilo (RPA) impone obligaciones estrictas a los países de primera entrada, aumentando el periodo de responsabilidad en la gestión de las solicitudes de asilo y manteniendo unos procedimientos fronterizos rigurosos.
Italia tendrá que garantizar que las solicitudes de asilo se tramitan en un plazo de seis meses, y gestionar la detención de inmigrantes de acuerdo con la nueva normativa.
La ayuda de la Comisión Europea representa un apoyo crucial para Italia y otros Estados miembros en la fase de aplicación del Pacto de Migración y Asilo.
El reto para Roma será adaptar rápidamente su legislación y sus estructuras operativas para cumplir los plazos establecidos, garantizando al mismo tiempo el respeto de los derechos fundamentales de los migrantes y los solicitantes de asilo.
El objetivo común es crear un sistema europeo de migración más justo y sostenible, que combine eficazmente solidaridad y responsabilidad.
La colaboración entre los Estados miembros y el apoyo de la Comisión Europea serán esenciales para alcanzar este objetivo ambicioso y necesario.