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Kilkenny y el establecimiento de una agenda conservadora

Cultura - noviembre 8, 2023

Defender la Naturaleza con el hombre dentro, defendiendo así la agricultura tradicional y la biodiversidad abrazando la innovación desde una perspectiva conservadora. Este es el resumen del manifiesto surgido de la Conferencia del Partido ECR irlandés, de tres días de duración, que tuvo lugar entre Dublín y los bellos alrededores de Kilkenny, en el marco del Fin de Semana de la Cultura, del 3 al 5 de noviembre. La Conferencia se tituló «Tradiciones e innovación: Un futuro conservador para los agricultores europeos».

Cuando describe la visión antropocéntrica del ecologismo conservador, a la presidenta de ECR, Giorgia Meloni, le gusta recordar a menudo las palabras de Roger Scruton: «La ecología es la quintaesencia de la causa conservadora porque es el ejemplo de esa alianza que defendemos entre los muertos, los vivos y los no nacidos». El filósofo conservador situó en el centro de su pensamiento verde el concepto de oikophilia, o amor a la propia casa, en un sentido más amplio, amor al medio ambiente como la casa en la que todos vivimos. Una idea que contrasta con la visión fuertemente ideológica de la izquierda «verde» y los movimientos del cambio climático, que ven el medio ambiente como algo que la humanidad debe expulsar porque es peligroso para su propia supervivencia.

En Kilkenny, donde se desarrolló la mesa redonda de la ECR, el conservadurismo verde planteó grandes interrogantes sobre el futuro de la agricultura en Europa.

Desde una perspectiva conservadora, la tesis fuertemente ideológica de que la agricultura es una de las actividades con mayor impacto en el medio ambiente es sencillamente paradójica. En los debates quedó claro que el agricultor es el primer «centinela» medioambiental de la tierra, sobre todo porque, como empresario, le interesa garantizar el bienestar del mundo natural que le rodea.

La misión es apostar por la innovación y desarrollar la economía verde, pero defendiendo la tradición, el pragmatismo y el sentido común, como quedó claro en una de las conservaciones más importantes entre el Ministro de Agricultura italiano, Francesco Lollobrigida, y el Comisario europeo de Agricultura, Janusz Wojciechowski. Combinar el bienestar medioambiental y económico con vistas a proteger la biodiversidad y las especificidades nacionales tradicionales son los puntos clave sobre los que desarrollar una agenda conservadora verde, también de cara a las próximas elecciones europeas.

En la misma línea, se subrayó la importancia de la lucha contra los alimentos sintéticos, como la de una economía verde que ofrezca mayor comodidad al consumidor pero también prosperidad a las empresas europeas, la defensa de los agricultores, ganaderos y pescadores que corren el riesgo de pagar un precio muy alto por las políticas actualmente incluidas en el Pacto Verde Europeo. Además, también se acordó que no debe haber ningún etiquetado Nutriscore que no respete la diversidad, la tradición y los productos típicos nacionales.

Por último, los conservadores se proponen apoyar firmemente los productos naturales y la capacidad de producción europea, porque la falta de crecimiento nunca es feliz y sólo significaría un aumento de las importaciones. A su vez, aumentarían nuestra dependencia de países extranjeros que siguen protocolos de producción y medioambientales completamente distintos. Una razón más para recordar, como hizo el Comisario Wojciechowski, que «la carne sintética no es carne, la leche sintética no es leche», por lo que el modelo europeo no puede ser el de los alimentos sintéticos, producidos en grandes fábricas en el extranjero, mientras nuestros agricultores se ven obligados a cerrar sus explotaciones por estúpidas opciones ideológicas.

El modelo conservador europeo de agricultura contrasta fuertemente con la mayoría de las políticas adoptadas en la UE sobre este tema hasta la fecha, con un enfoque excesivamente burocrático arraigado en las ideologías de extrema izquierda. Será absolutamente necesario un esfuerzo de toda la familia ECR, en las próximas elecciones europeas, para cambiar el equilibrio de poder en el Parlamento Europeo y en las demás instituciones implicadas, para que por fin sea posible en Europa un nuevo modelo de desarrollo respetuoso con el medio ambiente, pero también con el hombre y sus actividades.