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El trabajo de Vox España en 2023 ha servido para poner en contacto a la ECR con personas y organizaciones afines de América Latina.
El único partido conservador de España ha desarrollado una amplia agenda internacional que lo distingue de la labor de otros partidos del espectro, al tiempo que se ha hecho un hueco importante dentro de la oposición.
Queda lejos decir que Vox tiene una agenda de política exterior centrada en América Latina. Aunque merece la pena destacar su trabajo con partidos ideológicamente afines en Europa, son las iniciativas de Vox en los países de lo que denomina la «Iberosfera» (el área de influencia histórica y cultural de España y -en menor medida- Portugal) las que se llevan la palma.
Vox es hoy el tercer partido de España, justo por detrás del Partido Socialista (PSD) y del Partido Popular (PP, PPE). La primera, ha contribuido a impulsar el auge de los movimientos socialistas en los países latinoamericanos. Esta última se ha desentendido de contrarrestar estas fuerzas.
Vox llena este vacío con una labor muy necesaria para contener a las fuerzas contrarias a los valores democráticos europeos. Su vehículo para impulsar su agenda internacional es su think-tank Fundación Disenso. Santiago Abascal, líder de Vox, es el presidente de esta organización.
En poco más de tres años, Disenso ha establecido una amplia red de políticos y organizaciones de la sociedad civil tanto de América Latina como de la Unión Europea. Su labor ha servido para conectar a los parlamentarios y establecer alianzas estratégicas para luchar contra la influencia del Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla. Estas organizaciones de izquierda dicen defender el progresismo y los valores de la justicia social. Sin embargo, son poco más que guaridas de dictadores narco-comunistas como Nicolás Maduro, la familia Ortega, y sus porristas brasileño y colombiano Lula Da Silva, y Gustavo Petro, respectivamente.
La iniciativa emblemática de Disenso es Foro Madrid. Su declaración de objetivos incluye el compromiso de defender «la libertad, la democracia y el Estado de Derecho».
La «Carta de Madrid» es el documento fundacional de Foro Madrid. A finales de 2023, más de 400 parlamentarios de Europa y América Latina lo habrán firmado, entre ellos destacados miembros de partidos vinculados a ECR, como la Primera Ministra italiana, Giorgia Meloni. Al otro lado del océano, el recién investido presidente de Argentina, Javier Milei, destaca como uno de los firmantes de la Carta.
A través de Foro Madrid, Disenso -y, por extensión, Vox- se ha convertido en un baluarte contra el Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla, un hecho reconocido incluso por Pedro Castillo, el encarcelado ex presidente peruano de izquierdas que intentó dar un golpe de Estado.
La labor de Disenso en América Latina es palpable. Se han convertido en observadores internacionales registrados para casi 10 elecciones generales y regionales en América Latina. Su presencia durante las elecciones ha proporcionado la legitimidad y las garantías necesarias a la comunidad internacional sobre estos procesos electorales.
Además de la red de parlamentarios, más de 18.000 políticos, empresarios y líderes de la sociedad civil han firmado la «Carta de Madrid».
A través de este trabajo, Vox intenta tender un puente entre los partidos europeos y los grupos políticos latinoamericanos que luchan contra los ataques al Estado de Derecho por parte de las dictaduras de su región y sus aliados.
La influencia del Foro de Sao Paulo y del Grupo de Puebla va más allá de América Latina. Tienen vínculos y supuestamente han financiado a partidos políticos europeos. No es ningún secreto la admiración de la viceprimera ministra española Yolanda Díaz por el régimen venezolano, por ejemplo.
El ex primer ministro socialista español José Luis Rodríguez Zapatero se ha convertido en uno de los principales embajadores de estos regímenes. Junto con sus frecuentes viajes a China, se están planteando muchas preguntas sobre las lealtades de los partidos socialistas europeos.
Aunque la marea socialista parece estar volviendo atrás con las recientes victorias de la libertad en Argentina, Ecuador y Paraguay, aún queda trabajo por hacer para contener al Foro de Sao Paulo y al Grupo de Puebla. Su red y su influencia (tanto en América Latina como en Europa) no deben subestimarse. Por eso, apoyar la lucha por la libertad, la democracia y el Estado de Derecho se convierte en una cuestión de supervivencia para nuestro modo de vida.