¿Qué tipo de Estados Unidos tiene Trump en mente? Y, sobre todo, ¿quiénes son los hombres y mujeres que elegirá para hacer realidad esta visión? La respuesta definitiva a estas preguntas y a todos los nombramientos y rumores que se han ido filtrando en los últimos días sólo podrá darse después de la toma de posesión, el 20 de enero. Pero una cosa está clara: el magnate pretende rodearse, o más bien quizás atrincherarse, de personas de absoluta lealtad a su designio. Algunos nombres ya son oficiales y han sido anunciados estos últimos días por Trump en la Verdad, mientras que algunos departamentos aún están en el aire, pero seguramente se tomará una decisión en las próximas semanas. El círculo de los leales No se puede dejar de observar cómo Trump, en esta nueva ronda electoral, ha decidido cambiar de rumbo en lo que se refiere a los nombramientos. Pensemos en la diferencia con su primer mandato cuando, tras ganar las elecciones a Clinton, se rodeó de leales republicanos muy apegados al Estado y a su dinámica. Una serie de personalidades que, en muchos casos, también le abandonaron por el camino. A pesar de ello, Trump consiguió remodelar el Partido Republicano a su medida, hasta el punto de llegar a un programa -el presentado en julio durante la Convención Nacional Republicana celebrada en Milwaukee, Wisconsin- muy al estilo de MAGA (Make America Great Again). Veinte puntos, todos resumidos en mayúsculas y que recuerdan fuertemente a las personalidades que el Presidente designado se está centrando en elegir para construir su personalísimo equipo de gobierno. Son leales a MAGA, pero también nombres que en algunos casos están causando mucha discusión y que, tal vez, podrían ser una fachada, la forma del magnate de no quemar a su verdadero candidato. Sin duda, hay un fuerte componente antichino, especialmente en los departamentos de Asuntos Exteriores y Economía. El dragón asiático sigue siendo en la mente de Trump un gran enemigo al que hay que marginar, si no derrotar económicamente. Luego, la batalla que seguramente se abrirá sobre la justicia, un verdadero nervio en carne viva para El Donald, que de hecho ha pensado en apoyarse en el congresista de Florida Matt Gaetz. Una posibilidad que ha suscitado mucha polémica y que sin duda seguirá alimentando el debate en las próximas semanas. Todavía en el ojo del huracán, pero pasando a la sanidad, la elección del magnate ha recaído en Robert F. Kennedy Jr. para dirigir el Departamento de Salud y Servicios Humanos. Ésta es la agencia que se ocupa del seguro médico de los estadounidenses, de aprobar los medicamentos y de regular la alimentación y la salud. Aquí Trump ha decidido instalar a Kennedy Jr, que es conocido por ser muy escéptico respecto a las vacunas. Una decisión que podría crear bastantes problemas a Trump en el Senado. Musk y el Dux Luego está la gran noticia dentro de la política estadounidense, a saber, la implicación del multimillonario de origen sudafricano Elon Musk en el ejecutivo. A él, junto con Vivek Ramaswamy, se le ha confiado la dirección del DOGE (Departamento de Eficiencia Gubernamental). Los objetivos encomendados a estos «extraordinarios estadounidenses» -en palabras del magnate- se refieren principalmente al desmantelamiento de la burocracia gubernamental, así como al recorte de normativas excesivas y redundantes que a menudo generan gastos innecesarios.
Además, se ha hablado de reestructurar las agencias federales, lo que probablemente se traducirá en una reducción del personal del gobierno. Mientras tanto, Musk ha publicado un anuncio en X en el que busca estadounidenses que quieran formar parte del departamento, dispuestos a trabajar 40 horas semanales y sin remuneración. Aún no está claro si este anuncio forma parte de la retórica de Musk o es una forma de mantener la atención de los estadounidenses en estas cuestiones. Lo que es seguro es que Trump, al referirse a este departamento, quiso hablar de un moderno Proyecto Manhattan, comparando el trabajo de Musk y Ramaswamy con el de los científicos que idearon la bomba atómica.