Ensayos - agosto 29, 2023
La competencia por la influencia entre Estados Unidos y China en África se ha intensificado en los últimos años, ya que ambas naciones reconocen la importancia estratégica del continente. A finales del año pasado, el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, fue el anfitrión de la Cumbre de Líderes África-Estados Unidos, que reforzó aún más el compromiso de Estados Unidos con África.
Durante la cumbre, de tres días de duración, se hizo un esfuerzo concertado para estrechar los lazos entre Estados Unidos y sus socios africanos, centrándose en los principios del respeto mutuo y los intereses y valores compartidos. La cumbre no sólo proporcionó una plataforma para el diálogo, sino que también facilitó el compromiso activo con los homólogos africanos en áreas vitales que tanto Estados Unidos como África consideran fundamentales para el futuro del continente y de nuestra comunidad global.
China, por su parte, ha proporcionado miles de millones de dólares en ayuda e inversiones a los países africanos. Esta competencia por la influencia ha creado un dilema para muchas naciones africanas que desean beneficiarse tanto del apoyo chino como del estadounidense. También está creando un entorno cada vez más arriesgado para las empresas que operan en el continente, a medida que los intereses de ambas naciones divergen. Para seguir siendo competitivas en este entorno, las empresas deben encontrar la manera de navegar entre los diferentes intereses estratégicos de cada nación, especialmente en sectores como la tecnología, las telecomunicaciones y las infraestructuras. Las empresas deben ser conscientes tanto de las iniciativas chinas, como la Belt and Road Initiative, que pretende conectar Asia con Europa a través de África, como de las estadounidenses, como Power Africa, cuyo objetivo es proporcionar acceso a la electricidad a millones de africanos.Además, las empresas deben considerar cómo equilibrar la necesidad de inversiones chinas y la intervención diplomática estadounidense en tiempos de conflicto. Por ejemplo, la oferta china de préstamos con bajos tipos de interés podría resultar atractiva para un país como Etiopía, que busca desarrollar sus infraestructuras; sin embargo, este préstamo podría crear tensiones políticas con Estados Unidos si se considera demasiado beneficioso para China. Las empresas que desean invertir en África deben comprender las implicaciones geopolíticas de este tipo de inversión y cómo podría afectar a sus decisiones empresariales. Además, las empresas deben ser conscientes de la importancia de colaborar con los gobiernos y las comunidades locales cuando invierten en países africanos, ya que no hacerlo puede acarrear graves repercusiones. La reciente visita del Presidente chino Xi Jing Ping a Sudáfrica refuerza el firme compromiso del país de fortalecer su presencia en el continente. Durante su visita elogió a los países en desarrollo por «sacudirse el yugo del colonialismo» e instó a los líderes del BRICS, un club de naciones emergentes, a acelerar sus esfuerzos de expansión acogiendo a nuevos miembros. Sin embargo, a pesar de los posibles beneficios económicos del aumento de las inversiones chinas, es importante que los países africanos comprendan las implicaciones geopolíticas que conllevan estas transacciones. Por ejemplo, el creciente poder e influencia de China supone un reto para la hegemonía regional de Estados Unidos, y es importante que los países africanos sigan siendo estratégicos en sus negociaciones y tratos con China. Además, algunas de las inversiones chinas pueden conducir a una trampa de la deuda, en la que los países africanos se vuelvan cada vez más dependientes de los prestamistas chinos y no puedan devolver los préstamos.
Un aspecto crucial de la rivalidad entre Estados Unidos y China en África es la competencia económica entre ambas naciones. Ambos países han realizado importantes inversiones en diversos sectores, como infraestructuras, minería y manufacturas. Estados Unidos ha lanzado la iniciativa Prosper Africa, destinada a ampliar los lazos comerciales y de inversión con las naciones africanas. Por el contrario, la Iniciativa china «Belt and Road» (BRI) ha dado lugar a importantes inversiones en proyectos de infraestructuras africanos. Esta competencia entre Estados Unidos y China ha tenido diversas repercusiones en los países africanos. Por un lado, el acceso al capital de ambas naciones ha permitido a muchos países africanos mejorar las infraestructuras y fomentar el crecimiento económico. Por otra parte, esta competencia puede verse como una carrera por el dominio de África, en la que cada nación compite por la influencia geopolítica a expensas de las democracias locales. Históricamente, esta competencia se ha centrado en los recursos naturales de África, especialmente el petróleo y los minerales. Sin embargo, con la cambiante economía mundial, cada vez se hace más hincapié en la tecnología, con una demanda creciente de mano de obra cualificada en campos como la informática y la ingeniería. Tanto Estados Unidos como China han tratado de invertir fuertemente en estas áreas, proporcionando financiación a empresas tecnológicas de nueva creación y a instituciones de investigación. Esta inversión ha tenido un efecto positivo, aumentando el acceso a la educación y creando más oportunidades de empleo para la juventud africana.Al mismo tiempo, puede considerarse que la competencia entre China y Estados Unidos tiene un impacto negativo en los países africanos. Muchas de estas naciones ya se enfrentan a altos niveles de corrupción y a instituciones democráticas débiles. La afluencia de dinero extranjero de ambas partes ha dificultado la gobernanza eficaz de los gobiernos africanos, lo que ha llevado a una dependencia aún mayor de la ayuda y la inversión extranjeras. No obstante, el efecto global de las inversiones de EE.UU. y China en tecnología sigue siendo ampliamente positivo para los países africanos. La mejora del acceso a la educación y a las oportunidades de empleo conlleva un mayor crecimiento económico, que a su vez puede contribuir a aliviar la pobreza y la desigualdad. Además, la creciente competencia entre las dos superpotencias ha abierto oportunidades para que los países africanos adquieran mayor independencia y poder. Por ejemplo, muchos países africanos han empezado a utilizar la tecnología como plataforma para desarrollar sus propios productos, servicios e industrias. A su vez, esto podría conducir a un mayor crecimiento económico y estabilidad en la región.
Además de la competencia económica, Estados Unidos y China realizan maniobras geopolíticas en África para asegurarse alianzas políticas e influir en la dinámica regional. Ambos países realizan visitas diplomáticas de alto nivel, proporcionan ayuda militar y participan en organizaciones regionales. Estados Unidos mantiene una importante presencia militar a través de su Mando en África (AFRICOM), mientras que China ha establecido en Yibuti su primera base militar en el extranjero. Empresas estadounidenses y chinas compiten por los recursos africanos, incluidos el petróleo, el gas y los minerales. China ha emprendido enormes proyectos de infraestructuras en África para desarrollar carreteras, ferrocarriles, puertos, aeropuertos, redes de telecomunicaciones y redes energéticas. Estados Unidos ha respondido proporcionando ayuda al desarrollo en ámbitos como la sanidad y la educación. En los últimos años, Estados Unidos se ha centrado más en la lucha contra el terrorismo en África, mientras que China ha tratado de promover la paz y el desarrollo económico en la región. Las dos superpotencias han celebrado numerosos foros conjuntos sobre temas como el comercio, la inversión, el desarrollo de infraestructuras y la seguridad energética. También prestan ayuda financiera a diversos proyectos en todo el continente. Además, ambos países han apoyado iniciativas lideradas por África para promover la paz y la estabilidad, como los esfuerzos de la Unión Africana en Somalia y Sudán.Aunque existen tensiones entre Estados Unidos y China en África, ambos países tienen interés en mantener una relación de cooperación dados los recursos del continente, su potencial de crecimiento económico y su importancia estratégica. Para ello, es importante que ambos países sigan colaborando para gestionar sus diferencias y fomentar el desarrollo económico de África. Aprovechar el capital humano y los recursos naturales de África es esencial para la futura prosperidad y estabilidad mundiales, por lo que constituye una prioridad tanto para China como para Estados Unidos.
La lucha diplomática de Estados Unidos y China por la influencia en África abarca varias dimensiones, como la competencia económica, las maniobras geopolíticas, los programas de ayuda al desarrollo, el poder blando y las preocupaciones medioambientales. Mientras ambos países compiten por una ventaja estratégica en el continente, es imperativo comprender las complejidades de sus compromisos y las implicaciones para las naciones africanas. La dinámica de esta rivalidad y sus ramificaciones para el futuro de África son un tema que requiere atención permanente. Es crucial que las naciones africanas naveguen por esta competición con prudencia, asegurándose de que sus intereses y prioridades se mantienen en medio de la búsqueda de influencia exterior.