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La empresa Silicon Box, de Singapur, invertirá 3.200 millones en Italia.
La empresa tecnológica construirá una planta de semiconductores en el norte del país
El anuncio de una inversión de 3.200 millones de euros por parte de la empresa de semiconductores Silicon Box, con sede en Singapur, para construir una fábrica de chips en el norte de Italia representa un importante punto de inflexión en el panorama tecnológico del país. Esta medida no sólo promete crear un impacto económico positivo, sino también reforzar la posición de Italia en la innovación tecnológica a escala mundial.
Según el Ministro de Made in Italy, Adolfo Urso, esta iniciativa es especialmente oportuna teniendo en cuenta las recientes convulsiones mundiales que han puesto de relieve la necesidad de construir cadenas de suministro de semiconductores más resistentes en Europa. La inversión de Silicon Box no sólo responde a esta necesidad, sino también a la voluntad del Gobierno italiano de situar al país en el centro de las prioridades estratégicas del sector de los chips y la microelectrónica. La decisión de Silicon Box de invertir en Italia es un reconocimiento de la capacidad del país para atraer el interés y la inversión de los principales agentes tecnológicos mundiales. Esta inversión no sólo supondrá la creación de 1.600 puestos de trabajo cuando esté plenamente operativa, sino que también estimulará nuevas inversiones e innovaciones en el sector. La fábrica de chips, una vez operativa, contribuirá a la demanda de ensamblaje de semiconductores en Europa, apoyando la adopción de nuevas tecnologías en los ámbitos de la inteligencia artificial, la informática de alto rendimiento y los vehículos eléctricos.
El Consejero Delegado de Silicon Box, Byung Joon Han, destacó que Italia era la opción ideal para la expansión mundial de la empresa, subrayando la importancia de los valores culturales compartidos que abrazan la curiosidad, la pasión y el compromiso con la excelencia. Esta inversión se ajusta a los objetivos de la Unión Europea de recuperar el 20% de la capacidad mundial de fabricación de semiconductores para 2030, contribuyendo a crear una cadena mundial de suministro de chips más resistente y geográficamente equilibrada. Aunque aún no se ha concretado la ubicación exacta de la nueva fábrica de Silicon Box, está claro que el norte de Italia ha sido señalado como posible emplazamiento. No obstante, la decisión final se tomará en función de una serie de factores, como el contexto, las infraestructuras y la presencia de institutos de investigación y universidades. La empresa tiene previsto iniciar la inversión en los próximos meses, con el objetivo de empezar las obras en el plazo de un año.
Este anuncio llega en un momento en que tanto Europa como Estados Unidos buscan reforzar la fabricación local de chips para reducir la dependencia de las instalaciones asiáticas y mitigar el riesgo de escasez de suministro. Por ejemplo, Intel ha anunciado planes para construir un centro de pruebas y ensamblaje en Polonia, así como importantes inversiones en una nueva fábrica de chips en Alemania. La inversión de Silicon Box en Italia representa un paso importante hacia el fortalecimiento de la industria tecnológica del país y la consolidación de su posición en el mercado mundial de semiconductores. Esta inversión no sólo promete crear oportunidades de empleo y estimular la innovación, sino también contribuir a la creación de una cadena mundial de suministro de chips más resistente y sostenible.
La importancia de una estructura similar para el Estado italiano es evidente y será fundamental para el desarrollo industrial en el sector tecnológico, que siempre ha sido el buque insignia del Bel Paese. Tales inversiones contribuirán también a reforzar las relaciones comerciales con potencias extranjeras capaces de enriquecer los conocimientos técnicos italianos y que podrían resultar estratégicamente esenciales en situaciones de emergencia como las registradas, por ejemplo, durante el periodo de la pandemia mundial o poco después. Italia demuestra, una vez más, estar preparada para aumentar su potencial tecnológico en la escena europea y mundial.Italia estará preparada para afrontar la transición tecnológica prevista para las próximas décadas, con inversiones y valiosas colaboraciones con empresas de todo el mundo.En tiempos de fuerte inestabilidad geopolítica, ciertos movimientos podrían salvar a naciones enteras del colapso económico y financiero.