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La insoportable levedad de los influencers

Ensayos - noviembre 28, 2024

Hay algunas categorías que sin duda han marcado el ritmo en estas últimas elecciones estadounidenses. Como ejemplo podemos fijarnos en los influencers y en aquellos que han hecho del respaldo electoral un elemento destinado a impulsar su popularidad. QUIÉNES SON Y POR QUÉ HABLAMOS DE ELLOS Son estrellas de todos los rangos, que en esta última campaña electoral han sentido la necesidad de dar su opinión sobre temas para los que, muy a menudo, su preparación distaba mucho de ser exhaustiva. Aunque obviamente es importante apoyar la libertad de expresión de cualquier ciudadano, hay que decir que las nuevas tecnologías y las nuevas construcciones sociales que han surgido de ellas han ampliado enormemente la audiencia de algunas personas. Y estas mismas personas, tal vez, deberían considerar con más atención el valor de sus palabras. En este caso, no hablamos de «peso» -y en breve veremos por qué-, sino de valor y preparación en temas hacia los que existe un riesgo de desinformación real. Son muchos los que se han gastado por Kamala Harris mediante reuniones, vídeos, apariciones, publicaciones en las redes sociales, entrevistas y declaraciones diseñadas para acaparar los titulares de los periódicos online durante un cuarto de hora. También ha habido apoyos para el magnate, claro. Pero éstos procedían de personalidades mucho menos influyentes que, en conjunto, no acumulan docenas de Oscar, varios premios ganados o miles de ejemplares de libros y discos vendidos. Un peso específico, en el frente electoral, que difiere mucho entre las personas influyentes que han defendido a los dos candidatos. Basta pensar en una artista del calibre de Taylor Swift que, con su foto y las palabras «señora gato sin hijos», expresó su preferencia ante la multitud oceánica de sus seguidores en las redes sociales. LAS EXPECTATIVAS Y LA REALIDAD DE LOS HECHOS Con este volumen de fuego en los medios de comunicación, la expectativa de los demócratas era ver seguramente un fuerte cambio en la opinión pública hacia ellos. Especialmente entre las minorías, principalmente los hispanos que, en cambio, votaron en masa al candidato del Partido Republicano. Si hubo un cambio, acabó siendo prácticamente irrelevante. También hay que decir que algunos analistas afirmaron, en los días inmediatamente posteriores a las elecciones (aunque estos análisis concretos sólo pueden hacerse en frío), que los demócratas consiguieron el efecto contrario. La continua presencia de estrellas de cine, de la música, personalidades del mundo del espectáculo y figuras de la cultura bombardeando a sus seguidores -porque de eso se trataba- con continuos apoyos a Kamala Harris y ataques a Donald Trump, habría cambiado la percepción que una parte de los ciudadanos estadounidenses tenía de la candidata demócrata. De hija del pueblo, perteneciente a una minoría y posible primera mujer Presidenta de Estados Unidos, pasó a ser percibida como la elegida por las élites, por encima de las expectativas y necesidades del hombre común, del ciudadano medio estadounidense. Esta situación también puede leerse escudriñando los resultados electorales de Harris, en los que gana por goleada en los grandes conglomerados urbanos y recibe una fuerte paliza en la América rural y pueblerina. SON LOS VOTANTES QUIENES CUENTAN Por tanto, lo que hemos podido detectar en esta ronda electoral es que las grandes estrellas con asombrosas cifras de seguidores en las redes sociales se mueven poco o nada.

En este caso, la ligereza de los spin doctors demócratas consistió, una vez más al parecer, en subestimar el valor y la inteligencia de los votantes. Muy pocos ciudadanos se dejan influir por la estrella (aunque global) que les dice más o menos veladamente a quién votar. En cambio, son muchos más los que se fijan en las cuestiones sencillas, que les afectan personalmente en su vida cotidiana y que se fijan en las respuestas que uno u otro partido político ha dado en el pasado y promete dar en el futuro en caso de ser elegido. Basarse en las estrellas es fácil y sugestivo, mientras que trabajar de forma integral en los temas es más complejo y agotador, pero al final vimos lo que valió la pena en estas elecciones.