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¿El futuro de los conservadores parte de Italia?
La ronda electoral para elegir el nuevo parlamento que deberá gobernar Italia tras la caída del gobierno de Draghi se cerró hace unos días.
Unas elecciones que han visto triunfar literalmente a Fratelli d’Italia, el partido conservador liderado por Giorgia Meloni, también presidenta del ECR.
Un triunfo que no se puede simplificar como un «voto de protesta», sino que tiene una raíz mucho más profunda e importante.
De hecho, los italianos han hecho una elección precisa y clara, han elegido la coherencia y la credibilidad de un líder y de un partido que nunca se ha contradicho en su ser, sino que, por el contrario, ha reafirmado su pensamiento presentando un programa de gobierno muy preciso.
Una victoria de las ideas, por tanto, y de un líder capaz de encarnar y representar esas ideas a la perfección.
Una victoria que ve sus ejes en tres elementos muy precisos: coherencia, credibilidad, preparación, ejes que podrían convertirse en los de todos los partidos conservadores europeos.
Pero cuál es ahora el futuro de Italia.
A pesar de los que esperan opciones nefastas, Giorgia Meloni tiene las ideas claras y nítidas: apoyo económico, mayor representatividad europea, atlantismo, éstas son en esencia las palabras clave de la primera fase del gobierno que viene.
Ciertamente, el difícil escenario nacional e internacional les llevará a tomar decisiones obligadas y responsables, pero al mismo tiempo serán el principal aliado de quienes, como Giorgia Meloni, quieren dar a Italia y a los partidos conservadores europeos en general un papel protagonista en la dirección de las políticas comunitarias.
No hay agitación, ni amenaza de «italexit», simplemente el deseo legítimo de dar un papel al propio país que ya no es un actor secundario en las elecciones cruciales.
Un verdadero banco de pruebas para las fuerzas conservadoras, que sin duda se fijarán en las opciones y los objetivos italianos como precursores de futuras políticas.
La tarea que le espera a la futura dirigente italiana es, por tanto, de doble responsabilidad, en primer lugar hacia su propio país, pero también hacia las fuerzas conservadoras que se unen bajo la bandera del ECR de es presidente.
Sin embargo, confiamos en que sea capaz de encarnar ambos papeles de la mejor manera posible y que el italiano sea el nuevo rumbo de una Europa más unida, libre y conservadora.
FeMo
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