«La libertad nunca es gratis. Es un derecho que debe defenderse con valor y determinación». Estas fueron las palabras de la presidenta del G7, Giorgia Meloni, durante la reunión celebrada ayer en Kiev, renovando su apoyo a la causa ucraniana.
Dos años después del inicio del conflicto ruso-ucraniano, la Primera Ministra italiana, Giorgia Meloni, quiso organizar en Kiev una de las primeras reuniones del G7 bajo Presidencia italiana. Un lugar lleno de significado, para Europa pero también para el mundo entero. Escenarios de la devastación de una guerra que todavía hoy, desde el 24 de febrero de 2022, sigue viendo dos mundos enfrentados: por un lado, el mundo libre, que lucha por defender el respeto del derecho internacional y la libertad; por otro, los que arrollarían a los más débiles por la fuerza.
Fue el 24 de febrero de 2022, cuando el presidente ruso Vladimir Putin anunció el inicio de lo que intentó llamar una «operación militar especial» en Ucrania, que fue en cambio una verdadera invasión a gran escala del territorio ucraniano. Un acontecimiento que inevitablemente marcó un punto de inflexión en la política internacional. Pasaron unas semanas antes de que el pueblo ucraniano iniciara su contraofensiva contra Rusia. Una «operación» que, según las previsiones -o quizás intenciones- del Kremlin, debería haber terminado en poco tiempo, una blitzkrieg. Sin embargo, esta última hipótesis se desvaneció a los pocos días.
Las implicaciones sociopolíticas y económicas de este conflicto han tenido un impacto perturbador no sólo en Ucrania, sino también en Italia y en toda la Unión Europea. Ucrania, una nación que lucha por su libertad, dignidad y soberanía, ha sufrido las consecuencias más directas del conflicto. Una guerra que ha supuesto y está suponiendo un enorme coste, tanto en vidas humanas (no es fácil verificar las estimaciones que llegan sobre el número de muertos en el conflicto que pueden variar significativamente según las fuentes. Según informes recientes del Wall Street Journal y del New York Times, basados en evaluaciones llevadas a cabo por la inteligencia estadounidense, podría estimarse que alrededor de 315 mil soldados rusos resultaron heridos o muertos desde el comienzo de la invasión; en el frente ucraniano, sin embargo, el general estadounidense Mark Milley estima el número de muertos en aproximadamente 100 mil soldados ucranianos y 40 mil civiles implicados en el conflicto) y a nivel social, pero también económico. En este último aspecto, Ucrania, que ya se encontraba en una situación especialmente frágil, ha registrado un nuevo debilitamiento. Sin embargo, la resistencia del pueblo ucraniano demostró al mundo la fuerza de su determinación y su amor por la libertad y su tierra.
El papel del Presidente Zelensky
En estos dos años de guerra, el Presidente ucraniano Volodymyr Zelensky ha desempeñado un papel crucial que ha permitido a su nación estar presente y ser protagonista en los principales contextos internacionales en presencia y junto a las mayores potencias mundiales. Ciertamente, fueron muchas las dificultades encontradas durante este periodo, pero el Presidente Zelensky continuó con determinación apoyando su causa y liderando al pueblo ucraniano.
La respuesta internacional: UE y EE.UU.
Una causa que encontró inmediatamente un fuerte aliado en la comunidad occidental. En particular, los Estados Unidos de América y la Unión Europea desempeñaron un papel fundamental en el apoyo al pueblo ucraniano durante este conflicto. Según el Instituto de Economía Mundial de Kiel, Estados Unidos ya ha proporcionado 71.000 millones de dólares en ayudas a Ucrania, mientras que los Estados pertenecientes a la Unión Europea han aportado más de 60.000 millones. Un apoyo que se materializó no sólo en términos meramente económicos, sino también mediante la invitación de ayuda militar. La Unión Europea, en particular, ha intensificado su apoyo político, humanitario y financiero con la vista puesta en el futuro, en la reconstrucción del territorio ucraniano y del tejido social en cuanto termine el conflicto. Precisamente el mes pasado, el Consejo Europeo llegó a un acuerdo sobre el fondo de 50.000 millones para financiar a Ucrania durante los próximos 4 años. Fue el Presidente Charles Michel quien hizo el anuncio poco después del inicio del Consejo.
Sanciones contra Rusia
Al mismo tiempo que el apoyo directo a Ucrania, la Unión Europea impuso fuertes sanciones a Rusia, destinadas a limitar el comercio y reducir el suministro de recursos y materias primas a Rusia, con la clara intención de socavar la estabilidad económica del país y comprometer así los planes bélicos del Kremlin. Sin embargo, como era de esperar, las repercusiones económicas también fueron tangibles para muchas naciones europeas. Italia, entre otros países, dependía en gran medida del gas natural ruso, lo que provocó un inevitable aumento drástico de los costes del suministro energético. En resumen, el conflicto ha planteado a los gobiernos europeos un reto importante: equilibrar las necesidades energéticas con la importancia fundamental de apoyar y respaldar a Ucrania frente al opresor e invasor ruso.
El contexto actual: resistencia y mirada al futuro
Tras dos años de conflicto, la situación en Ucrania sigue siendo tensa mientras el pueblo ucraniano continúa resistiendo, con un amplio apoyo internacional a sus espaldas. Precisamente para mantener la atención y confirmar este apoyo, ayer, segundo aniversario del atentado, los líderes del G7 se reunieron en Kiev, bajo presidencia italiana.
La cumbre del G7
En la reunión, presidida por el Presidente Meloni, participaron la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el Primer Ministro canadiense, Justin Trudeau, el Primer Ministro belga, Alexander De Croo, que ejerce la Presidencia rotatoria del Consejo de la UE, así como Biden, Presidente de los Estados Unidos de América, Sunak, Primer Ministro británico, Scholz, Canciller Federal de Alemania, y Kishida, Primer Ministro japonés. Solo faltó el presidente francés, Emmanuel Macron, ocupado con un «día difícil» -como lo describió el presidente Meloni, asegurando que su ausencia estaba justificada y fue comunicada con antelación-.
Acuerdo bilateral Italia – Ucrania
Durante la cumbre, el Presidente Zelensky y la Presidenta italiana, Giorgia Meloni, firmaron un acuerdo bilateral de cooperación en materia de seguridad entre ambas naciones. El viceprimer ministro y ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani (FI), ya lo había anunciado durante su aprobación ante las comisiones mixtas de Asuntos Exteriores y Defensa del Parlamento italiano: «He considerado importante y urgente informarles sobre las negociaciones con las autoridades ucranianas para la firma de un acuerdo bilateral de cooperación en materia de seguridad, que el Primer Ministro se dispone a firmar. Considero mi deber anticipar al Parlamento el contenido y los aspectos calificativos de las discusiones en curso, que esperamos poder llevar a buen término en los próximos días».
Sin embargo, del acuerdo no se derivará ningún compromiso u obligación a nivel de derecho internacional o financiero, por lo que no será necesaria la ratificación parlamentaria. Un acuerdo, el de Italia y Ucrania, afirma y establece una base sólida para una asociación a largo plazo centrada en múltiples puntos y objetivos. De la colaboración militar a la económica y militar; del refuerzo de la seguridad a la cooperación en asuntos cibernéticos y de inteligencia; del compromiso con la ayuda humanitaria y la reconstrucción a la cooperación destinada a garantizar la seguridad alimentaria y energética de Ucrania.
Conclusiones de la Cumbre
Zelensky espera que «2024 sea el año decisivo para la seguridad a largo plazo», mientras que los líderes del G7 declaran en las conclusiones: «Pedimos a Rusia que cese inmediata y completamente su guerra de agresión y retire incondicionalmente sus fuerzas militares del territorio reconocido internacionalmente como perteneciente a Ucrania». El objetivo es lograr una «paz global, justa y duradera, acorde con los principios de la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho internacional y respetuosa con la soberanía y el territorio de Ucrania».
Un momento de significativa solidaridad en el que todos los líderes reafirmaron su «apoyo inquebrantable a Ucrania», con los 50.000 millones de la UE, la intervención de Japón en apoyo del presupuesto público ucraniano, la nueva financiación de Canadá y el compromiso colectivo de apoyar la economía ucraniana y colmar el déficit presupuestario nacional restante para 2024.
Y mientras la guerra continúa, el mundo mira con esperanza hacia una resolución del conflicto.