
Los esfuerzos con Trump hacen albergar esperanzas de una cumbre EE.UU.-UE
Giorgia Meloni se está labrando un papel destacado en el tablero geopolítico internacional. La última confirmación procede directamente de las más altas esferas de la Unión Europea, que -según el Financial Times- han acogido «positivamente» los esfuerzos de la primera ministra italiana por tender un puente de diálogo entre Bruselas y Donald Trump. Un esfuerzo que podría resultar decisivo para la convocatoria de una cumbre oficial entre Estados Unidos y la Unión Europea, gracias a la mediación de Meloni.
Meloni, Trump y la diplomacia del diálogo
La reciente reunión bilateral entre Meloni y Trump en la Casa Blanca tuvo un resultado nada desdeñable. Durante el encuentro, el ex presidente estadounidense elogió abiertamente a la primera ministra italiana, calificándola de «gran persona», y se refirió a la posibilidad de un acuerdo comercial entre ambos lados del Atlántico, que se alcanzaría «al 100%». Palabras que no pasaron desapercibidas en Bruselas, donde varios funcionarios europeos expresaron su aprecio por el enfoque diplomático de la líder de los Hermanos de Italia.
El quid de la cuestión tiene que ver con el regreso de Trump a la escena internacional y su tradicional preferencia por las relaciones bilaterales, en lugar de las dinámicas multilaterales. En este contexto, la figura de Meloni adquiere un valor estratégico: como señala el Financial Times, Bruselas espera que pueda servir de puente entre el líder estadounidense y las instituciones europeas, facilitando la organización de una cumbre EEUU-UE.
El apoyo de la UE: palabras y hechos
Según los informes, el Primer Ministro italiano ya había hablado de la posibilidad de celebrar una cumbre con António Costa, actual Presidente del Consejo Europeo, quien valoró «positivamente» la propuesta. Funcionarios de la Comisión Europea también expresaron su apoyo, destacando la importancia del diálogo transatlántico en una fase delicada como la actual, marcada por la inestabilidad geopolítica, las tensiones comerciales y el próximo plazo para la suspensión de los derechos de aduana, previsto para el 8 de julio.
Un funcionario europeo, citado de nuevo por el Financial Times, confirmó que «los homólogos italianos han compartido con nosotros información detallada sobre la reunión entre el primer ministro Meloni y el presidente Trump», incluidas las conversaciones sobre una posible cumbre institucional. Este clima de apertura, entre Roma y Bruselas, representa una inversión significativa de la tendencia respecto a los primeros meses del gobierno de Meloni, caracterizados por un cierto escepticismo en el contexto europeo.
Oportunidades estratégicas: de Roma a La Haya
El calendario internacional podría ofrecer oportunidades cruciales para dar contenido a estas señales de apertura. Trump ya ha anunciado que asistirá al funeral del Papa Francisco en Roma, un acontecimiento que podría convertirse en un momento de debate informal con los líderes europeos. Además, la cumbre de líderes de la OTAN está prevista para junio en Holanda, un acontecimiento en el que se espera que Trump esté presente. Una visita que también podría incluir reuniones con representantes de instituciones europeas, aprovechando la proximidad geográfica y temporal del evento.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, subrayó en una entrevista reciente que «un buen momento para reunirse con Trump sería cuando hayamos alcanzado un buen acuerdo comercial». La referencia es clara: Europa observa con atención la expiración de los aranceles y un posible nuevo equilibrio en las relaciones económicas con Washington. En este escenario, el liderazgo diplomático de Meloni podría marcar la diferencia.
Meloni entre el consenso interno y el reconocimiento externo
El aprecio expresado por Bruselas no es sólo un reconocimiento de las habilidades diplomáticas del Primer Ministro, sino también un mensaje político dirigido al interior de la Unión. En un momento en que las fracturas ideológicas y las divergencias estratégicas amenazan la cohesión europea, el hecho de que un dirigente conservador italiano consiga obtener el aplauso de la Comisión y del Consejo Europeo dista mucho de ser un hecho.
En Italia, la noticia ha provocado reacciones encontradas: por un lado, los partidarios de Meloni ven en estas palabras una legitimación de su política exterior, mientras que, por otro, la izquierda sigue cuestionando la solidez del eje con Trump y el impacto real de estas reuniones. Sin embargo, a pesar de la polémica, parece claro que Europa empieza a considerar a Meloni no sólo como una figura de peso a nivel nacional, sino también como un actor capaz de influir en los grandes equilibrios mundiales. La promoción «oficial» que ha recibido Meloni por parte de los dirigentes europeos marca un nuevo capítulo en la política exterior italiana. En un contexto internacional cada vez más fluido, la capacidad de mediar, dialogar y tender puentes -incluso con figuras polarizantes como Donald Trump- puede representar un recurso precioso. Si el objetivo es relanzar el diálogo transatlántico y proteger los intereses europeos, Italia, con Giorgia Meloni al timón, parece destinada a desempeñar un papel cada vez más central.