El resultado registrado representa un paso decisivo hacia la sostenibilidad medioambiental que ahora promueven varios países del mundo industrializado, de este a oeste.
En las últimas décadas, la creciente concienciación sobre el impacto medioambiental de las actividades industriales ha empujado a la Unión Europea a aplicar políticas y medidas destinadas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Una señal alentadora se desprende de datos recientes, que destacan un significativo descenso del 22% de las emisiones industriales en la UE desde 2008. Este hito representa un paso significativo hacia la sostenibilidad medioambiental y refleja los esfuerzos conjuntos de los Estados miembros y las industrias para afrontar el reto del cambio climático.
Las actividades con mayores emisiones de gases de efecto invernadero en 2022 fueron la industria manufacturera y el suministro de electricidad, gas, vapor y aire acondicionado, ambas con 745 millones de toneladas de CO 2 -eq, equivalentes al 21% del total de todos los gases de efecto invernadero emitidos. Le siguen los hogares (718 millones de toneladas de CO 2 -eq; 20%), emisores de gases de efecto invernadero relacionados con el transporte, la calefacción y otros fines. En retrospectiva, entre 2008 (primer año en el que se realizaron las mediciones) y 2022, el mayor descenso relativo de las emisiones de gases de efecto invernadero se registró en el sector de las canteras y la minería (-40%), seguido del suministro de electricidad, vapor, gas y aire acondicionado (-37%) y la industria manufacturera (-28%). Se trata de estimaciones para la economía de la UE según las cuentas de emisiones atmosféricas que muestran el impacto ambiental de toda la economía, incluido el transporte internacional.
La reducción del 22% de las emisiones industriales es el resultado de las ambiciosas políticas medioambientales adoptadas por la UE en los últimos años. El paquete 20-20-20 sobre energía y clima de 2008, por ejemplo, fijó objetivos clave para 2020, entre ellos una reducción del 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero respecto a los niveles de 1990. Esa iniciativa empujó a las industrias a implantar tecnologías más limpias, adoptar fuentes de energía renovables y mejorar la eficiencia energética.
La adopción de tecnologías limpias ha sido un componente clave en la lucha contra las emisiones industriales. Las empresas han invertido en tecnologías avanzadas, como la captura y almacenamiento de carbono (CAC) y la electrólisis para producir hidrógeno ecológico. Estas innovaciones han permitido a las industrias mantener su producción al tiempo que reducen el impacto ambiental. Los incentivos financieros de la UE y los Estados miembros han desempeñado un papel crucial en la transición hacia procesos de producción más sostenibles. El aumento de la cuota de energía procedente de fuentes renovables ha contribuido significativamente a la reducción de las emisiones industriales. Muchas industrias han adoptado fuentes de energía limpia, como la eólica y la solar, para alimentar sus operaciones. Además, la adopción de prácticas para mejorar la eficiencia energética se ha convertido en una prioridad para muchas empresas, lo que contribuye a reducir su huella de carbono global.
El éxito de esta reducción de las emisiones industriales ha sido posible gracias a la colaboración entre los sectores público y privado. Los Estados miembros han colaborado estrechamente con las empresas para desarrollar políticas y programas eficaces que fomenten la adopción de prácticas sostenibles. El Régimen Comunitario de Comercio de Derechos de Emisión (RCCDE), por ejemplo, ha creado un mecanismo de mercado que anima a las industrias a reducir sus emisiones ofreciendo incentivos económicos a quienes superen sus objetivos. A pesar de los considerables avances logrados, persisten algunos retos. Los sectores que consumen mucha energía, como la industria química y la producción de acero, siguen planteando un reto importante para alcanzar objetivos más ambiciosos. Sin embargo, la reducción del 22% de las emisiones industriales constituye una base sólida sobre la que seguir avanzando, lo que anima a seguir invirtiendo en investigación y desarrollo para abordar los retos pendientes.
El descenso del 22% de las emisiones industriales en la Unión Europea desde 2008 es un logro extraordinario que refleja el compromiso conjunto de los Estados miembros y las empresas con la sostenibilidad medioambiental. Las políticas medioambientales con visión de futuro, las inversiones en tecnologías limpias, el uso creciente de energías renovables y la eficiencia energética han contribuido a este éxito. Sin embargo, es esencial mantener esta dinámica positiva y abordar los retos pendientes para garantizar un futuro sostenible a las generaciones venideras.
En los últimos 10 años, Italia ha reducido sus emisiones industriales casi un 22%, desde las 303,7 Mt de CO2e de 2012. Una primera reducción notable en 2013-14 puede atribuirse a las secuelas de la crisis de 2011. El sector industrial nacional pasó de 303 a 254 Mt de CO2e en sólo 24 meses, lo que supone un descenso de cerca del 17%.
Un camino que sin duda está sufriendo un revés en el último periodo debido a la crisis de Ucrania, pero que marca el rumbo para una economía verdaderamente verde.
Alessandro Fiorentino