Donald Trump ha hecho un nuevo anuncio que anticipa una de las primeras decisiones -si no la primera- que tomará en cuanto tome posesión de su cargo en la Casa Blanca el 20 de enero. Lo hizo una vez más a través de las redes sociales, en este caso utilizando Verdad y no X (antes Twitter) de Elon Musk. En las últimas semanas, otros anuncios de este tipo han centrado la atención en la política estadounidense. En concreto, el magnate ya ha informado y comentado ampliamente algunos de los nombramientos que pretende hacer una vez que vuelva a sentarse en el Despacho Oval. En comparación con su primer mandato, Trump intentará rodearse de personas de absoluta lealtad a su designio, aunque, en algunos casos, no se ganen el favor del público. Además, en lo que respecta a los aranceles, la decisión anticipada por The Donald es y será sin duda discutida, hasta el punto de que sólo con hablar de ella, los mercados internacionales han dado las primeras señales de reacción. LA ORDEN EJECUTIVA
La amenaza lanzada por el magnate se refiere a tres países en particular: China, México y Canadá. Se ha explicado como una forma de contrarrestar el tráfico de drogas y de seres humanos a través del fenómeno (muy presente, sobre todo en la frontera con México) de la inmigración ilegal. El presidente electo anunció que firmaría una orden ejecutiva, ya en su primer día en el cargo, para ampliar un arancel adicional del 10% sobre los productos procedentes de China (ya existe un arancel que pesa un 10% sobre el precio final) y del 25% sobre lo importado de México y Canadá. Esto, dijo el magnate a través de sus cuentas sociales, hasta que se ponga fin al tráfico de drogas (especialmente Fentanilo) y de migrantes ilegales procedentes de estos países. De esta forma, el presidente Trump anunció que quería golpear duramente a los países que actualmente considera más responsables de estos dos peligrosos fenómenos. Naturalmente, esta postura no podía pasar desapercibida. Además del sector financiero ya agitado, como veremos más adelante, los analistas tampoco dejaron de opinar con sus comentarios. De hecho, esta medida podría, en muy poco tiempo, poner en tensión el sistema mundial de suministro, imponiendo también enormes costes a las empresas -y son muchas en Estados Unidos- que dependen de las relaciones comerciales con las economías de los países sujetos a los nuevos aranceles anunciados por Trump. Costes que, parece superfluo decirlo, afectarán a toda la cadena de suministro hasta llegar a los bolsillos de los ciudadanos estadounidenses y más allá. Una situación que a medio plazo podría ser más difícil de sostener, con el electorado republicano del lado de quien ha prometido no volver a exigir esfuerzos económicos a los ciudadanos. Obviamente, este anuncio hizo que varios comentaristas y reporteros se sacudieran en sus sillas, pero la intención del nuevo Presidente puede ser más profunda.
EL TRATADO DE LIBRE COMERCIO Y EL DRAGÓN
Entre las posibilidades planteadas en este contexto, se ve el anuncio y la amenaza de que los nuevos aranceles se aplicarán ya el 20 de enero con un decreto ejecutivo del Presidente, como una forma de revisar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Este anuncio, de hecho, parece contrastar con el USMCA, el tratado de libre comercio entre EEUU y sus dos países vecinos, firmado por el propio Trump en 2020, cuando aún estaba en la Casa Blanca.
El anuncio más preciso y comercialmente impactante realizado hasta la fecha desde el día de las elecciones podría ser, por tanto, un movimiento político del magnate. La fecha incluida en el tratado para iniciar la revisión de su contenido, con el fin de modificarlo, está fijada para julio de 2026. El anuncio de aranceles contra México y Canadá podría ser, por tanto, una forma de presionar para obtener una renegociación más temprana y posiblemente más favorable de los términos para la economía estadounidense. En el frente oriental, por otra parte, la postura de Trump no sólo se basa en la dinámica comercial y económica entre las dos superpotencias, sino que también tiene razones ideológicas. De hecho, gran parte de su campaña -casi siempre cuando se trataba de comercio exterior y política internacional- se centró en la dinámica de contrarrestar el avance de la economía de Pekín. LOS NÚMEROS TRAS EL ANUNCIO
Basta con hacer algunos cálculos para darse cuenta de que, tras un anuncio así, debe haber una estrategia precisa por parte del magnate, y no sólo una postura ideológica o moral contra el fenómeno de la inmigración ilegal y el narcotráfico. Por otra parte, no puede olvidarse que sólo el comercio con los tres países incluidos en el anuncio de Trump representa más de un tercio de lo que Estados Unidos intercambia con el resto del mundo, incluida la Unión Europea. Con motivo del anuncio de Trump, el periódico económico italiano Il Sole 24 Ore relanzó algunos datos interesantes que permiten comprender aún mejor el valor del comercio con los tres países que corren el riesgo de quedar cubiertos por los nuevos aranceles. Basta pensar en el impacto que podrían tener en el comercio con México, dado que más del 83% de los productos exportados desde este país acaban en el mercado estadounidense. Una cifra que para Canadá se sitúa en el 75% de las exportaciones. Naturalmente, tras los mensajes de Trump, el dólar estadounidense se fortaleció frente a las monedas de México, Canadá y China. En particular, el peso alcanzó su nivel más bajo en un año, mientras que para el dólar canadiense el golpe tocó un mínimo alcanzado sólo en mayo de 2020. Por supuesto, las amenazas de Trump, como seguramente él mismo sabe, también repercutieron en los mercados bursátiles internacionales. En Europa se produjo una caída, señal inequívoca de que los anuncios del presidente electo han frenado las transiciones en el viejo continente. Incluso el Alto Representante de la UE, Josep Borrell, al margen de la cumbre del G7 en Fiuggi, tras el anuncio del presidente electo de EEUU, Donald Trump, de nuevos aranceles a China, México y Canadá, subrayó que «no son buenas noticias». Añadió que estas decisiones «no ayudarán a la economía mundial y crearán muchas dificultades». LA CUESTIÓN DEL FENTANILO Y LA INMIGRACIÓN
Sin embargo, hay que tener en cuenta las cuestiones que el presidente Trump planteó como justificación de esta decisión: la inmigración ilegal (principalmente desde las fronteras sur y norte) y el tráfico de drogas (desde México y China), con especial atención al fentanil, una droga sintética que se ha convertido rápidamente en una de las principales sustancias causantes de sobredosis en Estados Unidos. La situación ha irritado mucho a Pekín, especialmente las medidas adoptadas para combatir el narcotráfico tras el acuerdo alcanzado en 2023 entre el presidente estadounidense Joe Biden y el presidente chino Xi Jinping. De hecho, la diplomacia china se ha apresurado a señalar que se han producido avances en la cooperación bilateral para detener el comercio ilícito de sustancias químicas utilizadas para sintetizar drogas.
Algunas iniciativas concretas, evidentemente insuficientes para Trump, ya se habían anunciado el pasado mes de junio: el fiscal jefe de China instó a las fuerzas del orden a centrarse en el tráfico de drogas, mientras que Pekín y Washington hablaron de una investigación conjunta sobre este fenómeno, que en agosto llevaría a China a reforzar los controles sobre tres sustancias químicas esenciales para la producción de fentanilo. En cuanto a la inmigración ilegal, el magnate señaló con el dedo a México y Canadá, hablando de fronteras «ridículas» y afirmando que los aranceles que anunció podrían mantenerse hasta que cesaran estos fenómenos.