El 16 de marzo de 2023, la Comisión Europea publicó su Ley de la Industria Net Zero, con el fin de promover diez tecnologías para implementar su Green Deal y crear las llamadas Academias Europeas para proporcionar a los trabajadores las habilidades necesarias para desarrollar esas tecnologías. Un ejercicio de economía centralizada como no se había visto desde los planes quinquenales de la Unión Soviética de la Guerra Fría.
El proyecto de ley se está debatiendo actualmente en el Parlamento Europeo. Como es habitual en el procedimiento legislativo de la Unión, la Comisión realizó una consulta a las partes interesadas, a la que respondieron exactamente 215 entidades y particulares de todo el continente.
Muchos de ellos subrayan las limitaciones de la iniciativa de Von der Leyen. Por ejemplo, la empresa noruega de energía solar NorSun lamenta problemas de deficiencias operativas, incluidas las capacidades existentes, cuya producción lucha por ser competitiva en los mercados europeos.
La Administración de Economía e Innovación de Hamburgo plantea dudas en la ejecución del proyecto, como las escasas posibilidades de cumplir plazos muy breves, la imposibilidad práctica de una solución de ventanilla única para los procedimientos de aprobación debido a la complejidad subyacente de los procedimientos de aprobación y los niveles administrativos, la evidente inseguridad jurídica y el eventual rechazo de solicitudes por documentación incompleta o inadecuada.
Según Ballard Power Systems, empresa danesa líder en pilas de combustible, el objetivo de construir un 40% de tecnologías con balance cero para 2030 parece difícil de alcanzar, las nuevas normas de contratación pública carecen de claridad, los criterios de resiliencia deberían ser más precisos, la armonización con los instrumentos de financiación existentes es deficiente y las ofertas muy competitivas pueden quedar fuera del proceso de contratación, lo que perjudicaría gravemente la apertura comercial y la credibilidad de la UE.
La Asociación Portuguesa de Industrias Electrointensivas considera que la propuesta carece de una lógica de financiación bien establecida, basada en el presupuesto de la UE y recurriendo a varias agencias de la Comisión, a diferencia de la Ley de Reducción de la Inflación de Estados Unidos. Peor aún, la propuesta debe ser tecnológicamente neutra y no debe limitar las tecnologías que pueden financiarse. Esta asociación predice además que algunas grandes empresas europeas instalarán parte de sus actividades en Estados Unidos.
Galp Energia percibe la propuesta como una lista de intenciones, sin orientaciones claras sobre cómo aplicarán los Estados miembros las medidas, como el aumento de la capacidad. Pierde de vista el apoyo a la fabricación y producción de tecnología y no desbloquea fondos adicionales ni otros incentivos financieros, como las ventajas fiscales. Tampoco aclara qué cantidades se asignarán a cada tecnología ni los respectivos criterios de aplicación, claves para impulsar las decisiones de inversión; además, echa de menos las tecnologías relacionadas con la utilización del carbono.
El grupo de reflexión belga ERCST también subraya el riesgo de encerrarse prematuramente en una tecnología concreta, lo que puede llevar a dirigir las inversiones hacia tecnologías favorecidas dictadas por la política, obstaculizando potencialmente la exploración de soluciones nuevas y diversas. Además, los instrumentos de financiación disponibles para la fabricación de tecnologías limpias son ineficaces, ya que las empresas no pueden aprovechar la totalidad de los fondos a su disposición de forma oportuna y sin costes.
En cuanto a la Federación de la Industria Alemana de Gestión de Residuos, Agua y Economía Circular, la propuesta se queda corta porque carece de financiación, no crea incentivos reales para las inversiones, establece largos plazos para los procesos de concesión de permisos y restringe las tecnologías para su consideración como estratégicas.
Como último ejemplo de crítica, entre muchos otros, el operador austriaco de almacenamiento de gas RAG recuerda que el carbono sólido es una materia prima importante en muchas industrias y, por tanto, es importante aplicar un enfoque de tecnología abierta. El desarrollo de una infraestructura debe avanzar con rapidez y, en el caso de los vectores energéticos, faltan oportunidades de financiación y financiación para las infraestructuras de transporte y almacenamiento.
Fuente de la imagen: Red Italiana del Clima