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Propaganda rusa en Letonia: Medios y Comunicación, y Reacción del Gobierno

El conflicto entre Rusia y Ucrania dura ya tres años. Además de los efectos inmediatamente tangibles, existen otros colaterales que podrían desembocar en una «guerra de la información», una guerra dentro de la guerra.

Las narrativas de los medios de comunicación nuevos y tradicionales están expuestas a la propaganda rusa, en algunos países más que en otros. En este caso concreto, la atención se centra en Letonia, un país cuyos habitantes hablan ruso en un 36%. Antes de profundizar en cómo funciona la comunicación en un país como Letonia, es necesario dar un paso atrás y abrir un paréntesis sobre cómo, desde hace algunos años, se transmite la información.

Desde que la información digital tomó el relevo, uno está constantemente expuesto a noticias falsas y «seleccionadas»: las que, en pocas palabras, sólo dicen parte de la verdad y sólo muestran una cara de la misma moneda. Esto se puso de manifiesto durante la pandemia, cuando la difusión de noticias falsas o «seleccionadas» fue casi incontrolable. Otros dos ejemplos que podrían tomarse en consideración son la complicada situación en Oriente Medio y el conflicto entre Rusia y Ucrania.

Por lo tanto, a los usuarios les resultaba difícil obtener información completa. El enorme alcance de este tipo de noticias se debe también y sobre todo al algoritmo inherente a las redes sociales; si un usuario sólo sigue a cierto tipo de cuentas, es más fácil que el algoritmo le sugiera temas concretos, independientemente de su veracidad.

 

Comunicación en Letonia: cómo lucha el país contra la desinformación

Volvamos a Letonia, donde el principal riesgo podría haber sido un levantamiento nacionalista, teniendo en cuenta el gran número de rusoparlantes y ciudadanos de origen ruso que viven allí. Esto no ocurrió. Desde el principio del conflicto, el gobierno letón dejó clara su postura, condenando enérgicamente el ataque del Kremlin a Ucrania. Esto dio lugar, el pasado enero de 2024, a la expulsión del país de más de un millar de rusos con permiso de residencia temporal, expulsión dictada por la no superación del examen de lengua A2.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que la cuestión lingüística sigue siendo primordial: dado el gran número de ciudadanos rusoparlantes, los medios de comunicación han adaptado su comunicación de modo que ahora es posible reflexionar sobre el análisis de contenido además de sobre la declinación lingüística per se.

Desde febrero de 2022, quienes seguían la televisión estatal rusa o programas informativos de renombre internacional como Russia Today y no residían en Rusia ya no tenían acceso a ese tipo de difusión. Queda la cuestión de Letonia: la coexistencia de dos identidades en un mismo Estado. Un Estado que, cabe recordar, ha aberrado la invasión rusa hasta el punto de prohibir las matrículas de automóviles rusos en febrero de 2024 (prohibición que no se aplicaba a los automóviles en tránsito). La comunicación siempre ha sido oportuna por parte del gobierno, del mismo modo que con frecuencia se ha encontrado con diversas dificultades. Aunque el ejecutivo tenía y tiene las ideas claras, la población no estaba ni está totalmente alineada, casi exclusivamente por sentido de pertenencia y memoria histórica. Elementos que pueden dar mucho margen a oportunidades de comunicación distorsionada.

 

Noticias y medios de comunicación: el poder de lo social y la complejidad del ciberespacio

Meta, la empresa matriz de Facebook e Instagram, publicó datos interesantes sobre el panorama mediático letón, que en 2023 se basaba principalmente en las noticias online. Antes de investigar las cifras encontradas por Meta, se da otra cifra (Kemp, 2022): el 78% de la población residente en Letonia tiene una cuenta social. Volviendo a las redes sociales, entre 2022 y 2023 Facebook en Letonia tuvo casi 875 mil usuarios, una cifra de especial interés porque la desinformación, como ya se ha explicado, proviene del mal uso que se puede hacer con fines políticos y de la posibilidad de difundir noticias falsas o clickbait.

Aclaremos también otro punto: en febrero de 2022, además de la compra de espacios en redes sociales y agencias de noticias por parte del Estado ruso a través de empresas camufladas y terceros, se crearon páginas web siguiendo el mismo procedimiento; una fuente de información que, viendo los números, podría llegar a miles de individuos. En resumen, se ampliaron las posibilidades de hacer avanzar la propaganda. Letonia se adhirió a las restricciones compartidas por Europa y la OTAN, también en materia de comunicación, así como a las sanciones económicas que se impondrán al país dirigido por Putin.

El problema es que el control del ciberespacio es quizá uno de los mayores retos para los gobiernos del mundo, ya que aún no existen leyes y normativas totalmente definidas que puedan adaptarse a todo tipo de situaciones. El Convenio de Budapest y sus protocolos pueden ser un punto de referencia, pero aún queda mucho trabajo por hacer.

En cualquier caso, el Ministerio de Defensa de la República de Letonia establece estrategias rutinarias de ciberseguridad, por lo que se presta mucha atención al tema. Incluso a nivel de comunicación, el gobierno ha tenido que adoptar una línea muy precisa, hablando de reclutamiento -en caso de que fuera necesario para apoyar a Ucrania- y dejando claro al mismo tiempo que Letonia no se implicaría, aunque respalda las medidas contra el Kremlin junto con la OTAN y Europa. Esto ha llevado a la población a tener opiniones discordantes al respecto. Si luego tenemos en cuenta las raíces del país, su pasado con la URSS, la presencia de muchos rusos en el territorio y las consecuencias económicas generadas por el conflicto, la cuestión se complica aún más.

 

Factores que pueden frenar las trampas de la propaganda

Una encuesta realizada por la agencia de estudios de mercado Kantar Latvia en octubre de 2022 descubrió qué factores pueden ser decisivos en lo que respecta a la propaganda rusa y la posibilidad de que arraigue o no en Letonia.

En el estudio participó una muestra de personas de entre 18 y 74 años. Se les hicieron preguntas sobre cómo prefieren informarse o el tipo de enfoque que tienen de las noticias. Se descubrió que los más jóvenes son menos propensos a acoger la propaganda y que los letones étnicos y los encuestados que hablan letón en casa se resisten más a los mensajes rusos. Sin embargo, lo que determina decisivamente el auge o la caída de la propaganda rusa es el comportamiento adoptado por el gobierno letón (uno se fija en las oportunidades disponibles para las minorías étnicas, o en el buen uso del dinero público) y la calidad de vida. En este caso concreto, la referencia es al modus vivendi en tiempos de la URSS, considerado por muchos superior al actual. Estos son los elementos más preponderantes sobre los que el gobierno podría trabajar estratégicamente para que la opinión de la población no se vea influida por una información polarizada.

 

Somos un centro para periodistas rusos independientes». Mensaje de la Primera Ministra Silina

Una iniciativa adoptada recientemente que apunta en esta dirección es la acogida de periodistas rusos independientes. Europa -afirmó la primera ministra letona, Evika Silina, en una entrevista concedida a Newsweek- tiene el deber de reaccionar ante lo que está ocurriendo en Rusia enviando más ayuda a Ucrania y dando a los periodistas rusos independientes la oportunidad de expresarse libremente en el extranjero. Una política que no demonice a los rusos en su totalidad, sino sólo la propaganda llevada a cabo por el Kremlin. De hecho, se habla de crear un «centro de periodistas rusos en el exilio que hablen un idioma distinto al del régimen y puedan transmitir también un mensaje diferente a los ciudadanos de Rusia», explicó además Silina.