Las líneas 1 y 2 del Nord Stream, el gasoducto que transporta gas desde Rusia directamente a Europa Occidental, sufrieron daños «sin precedentes». Hay continuas explosiones y fugas de gas en el tramo del Mar Báltico entre Dinamarca y Suecia. Tanto los sismólogos daneses como los suecos habían registrado fuertes explosiones cerca de la isla danesa de Bornholm en la noche del domingo al lunes. «Una enorme emisión de energía que interpretamos como muy probablemente procedente de algún tipo de detonación», explicó Peter Schmidt, de la Red Sísmica Nacional de Suecia.
Daño ambiental
El gobierno danés ya ha advertido que el vertido de gas durará al menos una semana. Afortunadamente, los daños ambientales, aunque estén presentes, son limitados. De hecho, el gas dispersado en el mar se evapora en gran medida en la atmósfera y no crea mareas negras, como ocurre, por ejemplo, con las fugas de petróleo. Sin embargo, no se evapora completamente, porque al estar el Nord Stream a gran profundidad, parte del metano se une al agua y crea clatratos. Una especie de hielo de metano.
Se producirá una reducción del oxígeno en la columna de agua. Esto provocará la muerte de la fauna presente. Algunos kilómetros cuadrados de mar, debido a las explosiones y al fuego, serán contaminados. La marina danesa lleva días vigilando la zona y ha prohibido la navegación.
Aprobación de la gestión de la responsabilidad
Mientras tanto, hay un vaivén entre el Kremlin y Ucrania, con la OTAN y Europa observando la situación con preocupación. Los primeros en no descartar que haya sido un sabotaje son los rusos. A través de su portavoz, Dmitry Peskov, pidieron que se inicie una investigación urgente porque estas explosiones representan «un problema que afecta a la seguridad energética de todo el continente».
La respuesta de Kiev fue inmediata. Mykhailo Podolyak, asesor del Presidente Volodymyr Zelensky, acusó a Moscú diciendo: «Se trata de un ataque terrorista planeado por Rusia y un acto de agresión contra la UE». Según Podolyak, un ataque de este tipo realizado con este calendario tiene como objetivo desestabilizar la situación económica en Europa y provocar el pánico previo al invierno». Mientras tanto, los Estados Unidos de América han dicho que están dispuestos a ayudar a los europeos en la investigación. «Las primeras informaciones indican que las explosiones fueron causadas por un atentado», declaró el Secretario de Estado Antony Blinken. A continuación, subrayó la necesidad europea de independizarse enérgicamente del Oso Blanco. Sin embargo, las fugas de gas no tendrán un impacto significativo desde el punto de vista energético. Las explosiones, sin embargo, repercutieron en el precio del gas. En Ámsterdam, de hecho, el precio ha alcanzado hasta 207 euros por megavatio hora (+ 19%).
La posición de la Unión Europea
La Unión Europea, en cambio, no tiene dudas sobre lo ocurrido. El responsable de la política exterior de la UE, Josep Borrell, ha explicado en un comunicado que se trata de acciones de sabotaje y que la Unión Europea está profundamente preocupada por los daños causados a los gasoductos Nord Stream 1 y 2, así como por las pérdidas ocasionadas en las aguas internacionales del Mar Báltico. La seguridad y el medio ambiente, en este momento, son las prioridades a salvaguardar. «Toda la información disponible indica que estas filtraciones son el resultado de un acto deliberado». Por ello, continúa Borrell: «Apoyaremos cualquier investigación encaminada a obtener plena claridad sobre lo sucedido y por qué, y tomaremos nuevas medidas para aumentar nuestra capacidad de resistencia en materia de seguridad energética». Además, la Unión Europea se declara dispuesta a responder de forma «firme y compacta» si se produce una interrupción deliberada de las infraestructuras energéticas europeas. Incluso el Comisario Europeo de Justicia, Didier Reynders, al final de la reunión del colegio de comisarios dijo: «Estamos haciendo todo lo posible para identificar el origen o
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