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Respuesta de Irlanda a la crisis de la muerte del fresno

Legal - enero 5, 2025

Los síntomas de la muerte regresiva del fresno (Hymenoscyphus fraxineus), una enfermedad fúngica que afecta al fresno común, se observan en los bosques europeos desde la década de 1990. Desde entonces, se han identificado diversas variantes del hongo, cada una de las cuales causa una destrucción devastadora y rápida en los bosques de un número significativo de Estados miembros de la UE y de antiguos Estados miembros, como el Reino Unido. La enfermedad se considera una de las amenazas más graves para la biodiversidad de los bosques europeos, con amplias implicaciones para el medio ambiente, la silvicultura y las economías rurales. Desde que se detectó por primera vez en el Reino Unido en 2012, se ha intentado frenar la progresión de la enfermedad en la población de fresnos. Los expertos calculan que la muerte regresiva del fresno puede destruir el 95% de la población de fresnos del Reino Unido, una cifra asombrosa que subraya la gravedad de la crisis. La situación es igualmente grave en otras partes de Europa, como Noruega y Suecia, donde más de 8 de cada 10 fresnos jóvenes han sido destruidos por la enfermedad. La pérdida de estos árboles, que desempeñan un papel integral en los ecosistemas locales, tiene efectos en cascada, como la pérdida de hábitat para la fauna, el aumento de la erosión del suelo y los cambios en la composición de los bosques. Los bosques de Irlanda no han escapado a los estragos causados por la muerte regresiva del fresno. En los años transcurridos desde el primer hallazgo confirmado en 2012 en un bosque del condado de Leitrim -rastreado hasta árboles plantados en 2009 que habían sido importados de Europa continental-, ha habido una campaña considerable y bien organizada por parte de grupos forestales y agricultores. Han intentado que se introduzca un amplio paquete de indemnizaciones como parte de diversos planes de forestación apoyados por el gobierno irlandés. Estos grupos sostienen que tales medidas son esenciales para ayudar a mitigar los daños económicos y ecológicos causados por la enfermedad y para incentivar la sustitución de los fresnos enfermos por especies alternativas. Las organizaciones forestales representativas, como la Asociación Forestal Social, Económica y Medioambiental de Irlanda (SEEFA), han criticado repetidamente al Gobierno irlandés por lo que han calificado de década de inacción y política deficiente desde que se identificó por primera vez la enfermedad. Según estas organizaciones, la lenta respuesta del Gobierno ha dejado a los silvicultores irlandeses luchando por superar la crisis, y muchos se enfrentan a la ruina económica. Estas críticas han persistido a pesar de la introducción de algunas medidas gubernamentales, como el Plan de Reconstitución del Departamento de Agricultura, Alimentación y Marina (DAFM) (Chalara Ash Dieback), establecido en marzo de 2013. Este plan se diseñó para restaurar los bosques establecidos en el marco del programa de forestación que sufrieran o estuvieran asociados con plantas afectadas por la enfermedad. En 2018, el DAFM llevó a cabo una revisión de la respuesta nacional a la Dieta del Fresno, después de que el asesoramiento científico actualizado dejara claro que la erradicación de la enfermedad ya no era factible. En consecuencia, el enfoque científico actual adoptado por el DAFM consiste en gestionar el impacto de la enfermedad en lugar de intentar erradicarla. El objetivo ahora es sustituir los fresnos por especies alternativas para garantizar la sostenibilidad de los bosques irlandeses. Sin embargo, este cambio de política ha suscitado un nuevo debate, con críticos que sostienen que el hecho de que el gobierno no actuara con decisión en las primeras fases del brote agravó el problema. En junio de 2023 se inició una revisión rápida de las ayudas estatales de 2013 a 2023 para evaluar la eficacia de las medidas introducidas para combatir la muerte regresiva del fresno. Esta revisión es especialmente notable por sus fuertes críticas al papel de la UE en la ralentización o la oposición activa a las medidas propuestas para detener el avance de la enfermedad en las poblaciones de fresnos de Irlanda y el Reino Unido. Según la revisión, hay pruebas claras de que Irlanda estaba buscando activamente formas de endurecer la normativa sobre la libre circulación de plantas de fresno antes de que se detectara la enfermedad en 2012. Sin embargo, la Comisión Europea ordenó tanto a Irlanda como al Reino Unido que revocaran las medidas legislativas nacionales de emergencia introducidas después de 2012, alegando que incumplían la Directiva de la UE sobre plantas. A pesar de estas intervenciones, la revisión destaca que los ministros irlandeses y británicos responsables lanzaron en julio de 2013 una Estrategia de Control de la Chalara para toda Irlanda. Esto siguió a un anuncio conjunto en octubre de 2012 de un enfoque de «Fortaleza Irlanda», que encapsulaba una política de erradicación de la enfermedad. Desde la perspectiva de quienes participaron en la revisión de 2023, en aquel momento parecía haber poco reconocimiento a nivel de la UE de que la singular geografía insular de Irlanda y el Reino Unido requería medidas especiales para impedir la entrada de la enfermedad desde la Europa continental. Gran parte de las críticas dirigidas a la respuesta del gobierno irlandés giran en torno a la insuficiencia percibida de los pagos compensatorios puestos a disposición de los silvicultores y terratenientes que plantaron fresnos en el marco de un plan departamental sobre el fresno. Los críticos sostienen que la ayuda económica proporcionada no refleja los costes reales en que han incurrido los silvicultores para hacer frente a la enfermedad. Además, no todos los propietarios con fresnos pueden optar a las subvenciones, lo que deja sin ayuda económica a los propietarios particulares y a los que tienen fresnos en jardines o en pequeñas explotaciones. Esto ha sido una importante fuente de frustración para las partes afectadas. Según los términos del actual Plan de Reconstitución de la Dieta del Fresno, los silvicultores de fresnos afectados pueden solicitar un pago de 5.000 euros por hectárea. Este pago está destinado a apoyar a los propietarios de bosques de fresnos que, en colaboración con el DAFM, limpien los lugares afectados por la acronecrosis del fresno y lleven a cabo la replantación. Un portavoz del DAFM ha aclarado que este pago se desembolsará en tres plazos: un pago inicial de 2.500 euros, seguido de dos pagos anuales de 1.250 euros en la segunda y tercera fases de la subvención, cuatro años después de la replantación. Sin embargo, organizaciones forestales como SEEFA y los Propietarios de Bosques de Limerick y Tipperary (LTWO) han criticado duramente este nivel de pago, señalando que sólo los costes de desbroce pueden ascender a 6.500 € por hectárea. Esto significa que las subvenciones distan mucho de cubrir la carga financiera, lo que deja a muchos silvicultores en una situación en la que pueden tener que pedir prestado para limpiar el terreno de fresnos enfermos. Esta presión financiera ha dado lugar a nuevas peticiones al Gobierno para que aumente las subvenciones a niveles más realistas. El Gobierno irlandés ha intentado responder a estas críticas ofreciendo 5.000 euros más por hectárea en el marco del Pago por Rendimiento de la Acción Climática. Este pago está disponible para los silvicultores de fresnos que hayan desbrozado y replantado sus terrenos en el marco de un Plan de Reconstitución de Departamentos. Sin embargo, los silvicultores han replicado que este pago adicional carece de sentido si no pueden hacer frente a los costes iniciales del desbroce de los lugares enfermos. Sin completar el proceso de desbroce y replantación, los silvicultores no pueden acogerse al Pago por Actuación Climática, lo que les deja atrapados en un ciclo de penurias económicas. Todavía no hay indicios de que el gobierno irlandés vaya a ceder a las demandas de nuevos aumentos de las tasas de subvención. Esta reticencia ha llevado a muchos a predecir que zonas enteras de bosque irlandés seguirán llenas de árboles enfermos en un futuro previsible. Esta inacción no sólo agravará la propagación de la enfermedad, sino que también socavará la capacidad de Irlanda para cumplir sus objetivos de forestación. Según los datos recopilados por SEEFA, Irlanda ya llevaba un retraso considerable respecto a su objetivo para 2024 de plantar 8.000 hectáreas de nuevos bosques. Sin nuevas revisiones del Plan de Reconstitución, es probable que estas carencias continúen, obstaculizando los objetivos medioambientales y climáticos más amplios del país. Las implicaciones más amplias de la muerte del fresno van más allá de la economía forestal. La pérdida de fresnos tiene un profundo impacto en la biodiversidad, el patrimonio cultural y las comunidades rurales. Los fresnos son una especie clave en muchos ecosistemas, pues proporcionan hábitats a numerosas plantas y animales. La desaparición del fresno del paisaje también representa una pérdida cultural, ya que la especie está profundamente arraigada en el folclore y las tradiciones irlandesas. Abordar estas cuestiones requiere un enfoque holístico que vaya más allá de la compensación económica, incorporando medidas para preservar la diversidad genética, apoyar la reforestación y sensibilizar a la opinión pública sobre la importancia ecológica de los fresnos. En conclusión, la crisis de la muerte del fresno ha puesto de manifiesto importantes deficiencias de la política forestal irlandesa y de su capacidad para responder a los retos medioambientales. Mientras la enfermedad sigue devastando las poblaciones de fresnos de toda Europa, la necesidad de una respuesta coordinada y adecuadamente financiada nunca ha sido más urgente. Queda por ver si el gobierno irlandés estará a la altura de este reto, pero lo que está en juego no podría ser mayor para los bosques, las comunidades rurales y el patrimonio natural de Irlanda.