El candente tema de la migración no deja de estar en el centro de la agenda política europea ni siquiera durante el verano. Y, efectivamente, experimenta nuevos pasos.
La reforma migratoria es ahora una de las prioridades de la Unión Europea. Esta prioridad se ha hecho cada vez más acuciante, sobre todo a raíz del crecimiento de los flujos migratorios que desde hace años afectan cada vez más a las costas europeas. La crisis migratoria comenzó en 2015, cuando, según los datos recogidos por Frontex, que es la agencia de gestión de las fronteras exteriores de la UE, se registraron 1,83 millones de cruces ilegales. Esta situación no se ha desvanecido en los últimos años, sino que se ha hecho cada vez más acuciante, convirtiéndose en uno de los pilares que hay que abordar prioritariamente.
En el último año, 2023, la cuestión de los migrantes ha surgido varias veces y de nuevas formas en la UE, dada la exacerbación de la situación especialmente a la luz de los acontecimientos de los últimos meses. Así pues, durante las reuniones del Consejo de la UE, la migración ha recibido una nueva atención por parte de los Estados miembros. Ahora es más importante que nunca que haya un planteamiento global de la migración, para que esta cuestión pueda abordarse de la manera más adecuada posible, llegando finalmente a una solución compartida y universal.
Durante la reunión extraordinaria del Consejo celebrada el pasado 9a y 10a febrero de 2023 se adoptaron varias medidas en materia de inmigración. En particular, se puso sobre el papel la necesidad de reforzar la acción exterior, controlar eficazmente las fronteras exteriores y actuar con mayor contundencia en la dimensión interior.
Además, también se reiteró la importancia de reforzar la cooperación con los países de origen y tránsito, lo que parece esencial para actuar directamente sobre las causas profundas de los flujos migratorios.
Por último, los dirigentes europeos pidieron en esa ocasión al Consejo y al Parlamento Europeo que prosigan sus trabajos sobre el Pacto de Migración y Asilo, el Código de fronteras Schengen y la Directiva de retorno.
Tras la reunión de febrero de 2023, el Consejo Europeo dio un paso más el pasado 8th Junio de 2023. En esa fecha, de hecho, se acordó la modernización de la legislación europea en materia de asilo y migración. De hecho, el Consejo de Ministros de Interior europeos aprobó nuevas normas sobre la cuestión de los inmigrantes. En concreto, según el nuevo pacto, se estipula que todos los Estados tendrán que participar en la redistribución de los migrantes, que el examen de las solicitudes de asilo tendrá que realizarse mediante un «procedimiento fronterizo», que es un procedimiento acelerado y sumario que debe concluir en un plazo de 12 semanas desde la presentación de la solicitud; este procedimiento se aplicará a todos aquellos que crucen la frontera ilegalmente o cuando el solicitante de asilo proceda de «un tercer país considerado seguro».
Además, el país responsable de la solicitud de asilo sigue siendo el país de primera entrada en Europa, y el periodo durante el cual un Estado es responsable de los migrantes que llegan a su territorio se alarga de doce a veinticuatro meses. Por último, en el ámbito de las devoluciones y retornos, los Estados tendrán autonomía para definir un país de salida o tránsito como «seguro» y, por tanto, podrán aplicar devoluciones incluso a un país de tránsito de migrantes (y no sólo al país de origen).
Otro paso crucial en este largo proceso de reforma de la política migratoria se dio el 29 dede y 30ía Junio de 2023. Esos días se celebró el Consejo de la UE, en el que, además de debatirse asuntos como la guerra en Ucrania, la economía europea y el dossier sobre China, se volvió a prestar especial atención precisamente al reto de los flujos migratorios.
En particular, en sus conclusiones, el Consejo Europeo reiteró el debate estratégico sobre las relaciones de la UE que mantuvo con sus socios del Sur. En este contexto, acogió con satisfacción el trabajo realizado sobre un paquete de asociación global mutuamente beneficioso con Túnez, basado en los pilares del desarrollo económico, la inversión y el comercio, la transición a la energía verde, la migración y los contactos interpersonales, y apoya la reanudación del diálogo político en el contexto del Acuerdo de Asociación UE-Túnez. Por último, subrayó la importancia de reforzar y desarrollar asociaciones estratégicas entre la UE y los socios de la región.
De hecho, en los últimos meses, la Unión Europea ha conseguido crear una asociación estratégica con Túnez, que ahora es uno de los países de donde llega un gran número de inmigrantes y que es crucial para la estabilidad de todo el continente africano. Y, en consecuencia, también para todo el Mediterráneo y, por tanto, para Europa.
Sin embargo, desgraciadamente el acuerdo de inmigración de la UE aún está lejos de cerrarse antes del final de este verano. De hecho, a fecha de hoy, los países de la UE aún tienen que ultimar el texto de todo el acuerdo antes de que el Parlamento Europeo pueda dar luz verde.
A finales de julio de 2023, la UE se había reunido para completar los trabajos sobre el paquete global, con el objetivo de remodelar el enfoque con el que recibe y traslada a los inmigrantes al territorio de todos sus Estados miembros. Pero, por desgracia, ha habido retrasos en el llamado «reglamento de crisis», que esboza medidas para aumentar la presión sobre los países fronterizos con la UE que sufren picos de solicitantes de asilo.
A este respecto, existe un enfrentamiento entre algunos países, especialmente los del sur de Europa, que quieren verse aliviados de parte de la carga en caso de que el número de llegadas aumente considerablemente, y otros países, especialmente los del norte, que no están totalmente de acuerdo con que se levanten algunas de las normas.
Así pues, el gran reto sigue siendo satisfacer a algunos países que plantean fuertes exigencias en materia de migración.
El quid de la cuestión, pues, se refiere al histórico entre los Estados fronterizos del sur y países del norte como Alemania y los Países Bajos, donde los solicitantes de asilo suelen trasladarse sin permiso tras su llegada.
Los Estados miembros de la UE se enfrentaron en torno a una propuesta para suspender el derecho de los países a devolver a los inmigrantes a su país de llegada si el primero alcanzaba condiciones de «crisis».
Incluso los Estados nórdicos se mostraron descontentos con una exención por «crisis» que permitía a los países de primera línea suspender los estrictos controles fronterizos a los inmigrantes.
Las esperanzas de llegar a un acuerdo se desvanecieron cuando Alemania indicó que no apoyaría el texto. Berlín se opuso a suspender las devoluciones de inmigrantes en los Estados de primera línea y exigió que los menores y sus familias quedaran exentos de controles fronterizos, según un tercer diplomático de la UE conocedor de los procedimientos.
Además, los países del Este también contribuyeron a acabar con el acuerdo y se espera que mantengan su postura cuando se reanuden las conversaciones en septiembre.
Los partidarios de la línea intransigente en materia de migración de los llamados Cuatro de Visegrád -Eslovaquia, Polonia, Hungría y la República Checa- han unido sus fuerzas contra el reglamento de crisis.
Todo ello ha llevado a un punto muerto y a la decisión de retomar el tema tras el paréntesis de las vacaciones de verano. Incluso, una de las especulaciones es que las conversaciones podrían llegar a una reunión de los ministros de Interior a finales de septiembre.
Se esperaba poder llegar a un acuerdo sobre el reglamento de crisis antes del final del verano y negociar después un acuerdo definitivo con el Parlamento Europeo. Pero el Parlamento Europeo ha indicado que no aprobará más expedientes en negociación hasta que los países de la UE lleguen a un acuerdo sobre el paquete completo.La exigencia de los Estados mencionados es clara, y consiste en llegar a un lenguaje y unas medidas más contundentes para apoyar a los países que se enfrentan a una afluencia de inmigrantes destinada a desestabilizar la UE, de forma similar a lo que Bielorrusia hizo con Polonia en 2021. Por ahora, todo está en espera. Cualquier decisión se ha pospuesto hasta septiembre. Quién sabe si esta vez la prueba será superada por todos y si por fin podremos avanzar concretamente para hacer frente a la emergencia migratoria de forma unida y común.