En la Unión Europea se han abierto las candidaturas para Economista Jefe de Competencia, tras la dimisión de la estadounidense Fiona Scott Morton. Un episodio que, de alguna manera, vio cómo la Unión Europea miraba con una especie de recelo a una personalidad, de ciudadanía no europea y que ya había colaborado fuertemente con empresas globales del sector tecnológico.
Tras las fuertes críticas y el amplio debate público en torno a este asunto, y también tras la persistente resistencia del Estado francés, Fiona Scott Morton decidió renunciar a su cargo de Economista Jefe de Competencia.
Es importante hacer una rápida recapitulación de lo que ha ocurrido en el último periodo en la Unión Europea para que entendamos qué ha pasado y cuáles serán los próximos pasos.
En el mes de julio de 2023, Fiona Scott Morton fue elegida por la vicepresidenta de la Comisión, Margrethe Vestager, que quería que ocupara el cargo de Chief Competiton Ecominomis, una función muy importante en la Unión Europea. Sin embargo, poco después, será la propia vicepresidenta quien declare la dimisión de Scott Morton, a través de un tuit del19 de julio de 2023, en el que decide publicar la carta de renuncia del ex funcionario estadounidense:
«Querida Sra. Vestager,
Es un honor para mí haber sido elegido Economista Jefe de la DG Competición. Sin embargo, dada la controversia política que ha suscitado la selección de una persona no europea para ocupar este puesto, y la importancia de que la Dirección General cuente con el pleno respaldo de la Unión Europea en su aplicación, he determinado que lo mejor que puedo hacer es retirarme y no ocupar el puesto de Director General.
Puesto de Economista Jefe. La labor de hacer cumplir las modernas leyes de competencia y nuevos e importantes instrumentos como la Ley de Mercados Digitales es fundamental, tanto para los ciudadanos de la UE como para los de otros países. Le deseo a usted y a su equipo lo mejor en el desempeño de esta importante tarea. Muchas gracias por tenerme en cuenta para este importante puesto, espero trabajar con ustedes en el futuro.
Con mis mejores deseos, Fiona Scott Morton».
La causa de esta renuncia hay que buscarla precisamente en las numerosas críticas y protestas que han surgido tras su nombramiento, tanto dentro como fuera de los pasillos institucionales europeos.
Para comprender las razones de estas numerosas y pesadas críticas y controversias, es necesario repasar brevemente la biografía del profesor Morton.
De hecho, Fiona Scott Morton es una antigua funcionaria del gobierno estadounidense. Trabajó bajo la administración del ahora ex Presidente de Estados Unidos Barack Obama. Además, ha sido consultora de importantes empresas mundiales, como Microsoft, Apple, Amazon y Pfizer.
Precisamente por su profesionalidad y trayectoria anterior, había sido elegida economista jefe del Departamento de Competencia de la Comisión Europea. Sin embargo, su nombramiento empezó a suscitar una tormenta de objeciones, hasta el punto de que se vio obligada a renunciar a su puesto en Europa.
Las numerosas críticas dirigidas contra ella tienen que ver precisamente con su trabajo en el pasado, que ha suscitado dudas sobre la creación de posibles conflictos de intereses y el riesgo de injerencia de Washington en las decisiones de Bruselas. Y no sólo eso. De hecho, la economista también fue cuestionada por su nacionalidad no europea. Y, por último, el hecho de haber tratado directamente con grandes empresas del sector tecnológico, como Microsoft y Apple, por ejemplo, es decir, las mismas empresas que supuestamente iba a controlar en esta nueva función.
Los principales grupos políticos del Parlamento Europeo habían expresado sus recelos a la Comisaria Vestager, que también se enfrentaba a las dudas de sus colegas: cinco miembros de la Comisión Europea habían pedido una «reevaluación» del nombramiento.
Sin embargo, para otros eurodiputados, el rechazo de Scott Morton representó el rechazo de un profesional extranjero de alto nivel, a pesar de que las cuestiones planteadas eran legítimas, lo que podría enviar implícitamente el mensaje equivocado fuera de la Unión de que si no eres europeo hasta la médula, no eres bienvenido.
Dejando a un lado ahora las vicisitudes que llevaron a la salida del economista estadounidense de la función, se plantea ahora la cuestión de la elección del nuevo Economista Jefe de Competencia. Una cuestión que, por tanto, a la luz del pasado reciente, parece muy compleja de resolver.
A día de hoy sólo existe otro nombre posible: Florian Ederer.
Ederer también es ciudadano estadounidense, pero nació en Austria, lo que le convierte a todos los efectos en ciudadano austriaco.
Cabe destacar que el recién nombrado candidato obtuvo la nacionalidad estadounidense hace tan solo unos meses, en mayo de 2023, después de que el año pasado no cumpliera los requisitos de nacionalidad para ocupar el puesto de economista jefe en la Comisión Federal de Comercio. Para poder hacerlo y mantener al mismo tiempo su ciudadanía austriaca, tuvo que someterse a un oneroso procedimiento para obtener esta doble nacionalidad, presentando incluso a las instituciones austriacas numerosos documentos y más de 70 páginas de expediente en los que debía explicar cómo el hecho de convertirse en ciudadano de los EE.UU. reportaría también beneficios a la República de Austria.
Además, Ederer, como él mismo declaró, nunca tuvo nada que ver con Big Tech. Sin embargo, el economista austriaco señaló que quizá se dio demasiada publicidad al caso de Scott Morton, y que también debería haberse tenido en cuenta el alto nivel de profesionalidad de Morton, en lugar de limitarse a su nacionalidad y a sus antecedentes como consultor.
Florian Ederer es ahora catedrático en la Universidad de Boston, tras pasar unos 10 años como profesor adjunto en Yale. Ha investigado a fondo las adquisiciones asesinas, en las que empresas consolidadas pagan mucho dinero por nuevas empresas innovadoras, eliminándolas antes de que puedan convertirse en serios competidores.
Esta vez, si Margrethe Vestager y su equipo deciden que es el mejor candidato para el puesto, ya que de momento no hay otros candidatos fuertes, Florian Ederer será por tanto el futuro economista jefe del departamento de Competencia de la UE, la DG COMP. Y hasta ahora, la candidatura de Ederer también ha sido bien recibida por la comunidad antimonopolio de la UE.
Ederer tiene su propia visión clara y precisa de la política económica.
En particular, apoya firmemente los argumentos sobre la necesidad de una política de competencia para proteger los mercados laborales y a los consumidores. Por ejemplo, dijo: «El problema del poder de mercado en los mercados de trabajo o de insumos es tan importante como el poder de mercado en el mercado de productos».
También se muestra bastante distante cuando hablamos de política de competencia y objetivos medioambientales. Y de hecho, afirma que la política de competencia es algo que no está relacionado con la política medioambiental, y no debería estarlo.
Además, se refirió a la política industrial, afirmando que debería hacerse más hincapié en la protección de la competencia que en la protección de los competidores. Aunque ello pueda penalizar a uno o varios agentes económicos internacionales. La idea de Ederer es, pues, garantizar la competencia económica, no proteger a tal o cual actor.
Ederer se declaró muy contento con esta oportunidad, queriendo también afirmar che la Unión Europea es el «líder mundial en la aplicación de las normas de competencia». También añadió que su área profesional es «la más apasionante y me encantaría poder contribuir a ella desde una perspectiva política».
La decisión deberá tomarla la UE en un futuro próximo. Esta vez, la UE tendrá que tener en cuenta todos los aspectos del candidato, desde el profesional hasta el más «personal», para no toparse de nuevo con un personaje que pueda parecer poco atractivo para muchos. Se dan todas las condiciones para que Florian Ederer se convierta en el nuevo Economista Jefe de Competencia. Ahora habrá que esperar a ver si tal candidatura consigue por fin reunir a todos los implicados en el proceso de toma de decisiones y asegurarse de que también dará por fin un nuevo impulso a la Unión Europea y a su política económica.