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Tras las elecciones en Alemania, en Europa es hora de tomar decisiones

Construir una Europa conservadora - marzo 27, 2025

Uno de los principales acontecimientos de febrero para la Unión Europea y sus Estados miembros fue sin duda la ronda electoral en Alemania. Los alemanes acudieron en masa a las urnas, y el porcentaje de votantes con derecho a voto alcanzó el 84%. Unas elecciones que nos mostraron una nación aún dividida entre el Este y el Oeste. De hecho, varios analistas observaron una fuerte discrepancia geográfica en la tendencia de voto: en concreto, Alemania Oriental -reunida con el resto del país tras la caída del muro en 1989- votó mayoritariamente a AFD (Alternative für Deutschland), mientras que la Occidental se alineó con la CDU de Friedrich Merz. De hecho, el antiguo partido de Merkel ganó las elecciones, a pesar de tener que formar -como de costumbre- una coalición para gobernar. No pasa desapercibido que este proceso de construcción de un gobierno también se verá influido por la situación internacional. Especialmente tras la reunión en el Despacho Oval entre Donald Trump y Volodymyr Zelensky.

QUIÉN GANA Y QUIÉN PIERDE
Si la CDU es la ganadora formal de la ronda electoral en Alemania, hay que analizar los datos con más precisión para comprender el escenario en el que se mueve Friedrich Merz en la construcción del nuevo ejecutivo y su búsqueda de aliados de gobierno. La verdadera sorpresa (aunque para varios analistas y think tanks sería una confirmación) se encuentra en el increíble resultado obtenido por la AFD. Según los datos, uno de cada cinco votantes en Alemania optó por el partido de Alice Weidel (con el 19,7% de los votos), lo que convierte a la formación de extrema derecha en el segundo partido del país. Friedrich Merz, de sesenta y nueve años, volvió a la política -se había alejado de ella en 2009- y obtuvo un resultado esperado frente a Olaf Scholz, pero no una conclusión previsible en términos numéricos. De hecho, las urnas dieron a la CDU el 28% de los votos. Los verdaderos perdedores de esta ronda son los socialdemócratas de Scholz, con quienes, sin embargo, el canciller in pectore Merz no puede evitar negociar.

ESCENARIOS DE GOBIERNO
Merz tendrá que reunir ahora todos los pasos necesarios para lograr una mayoría en el Parlamento y poder gobernar. Por supuesto, el camino de las negociaciones es bastante fácil de adivinar, si no está ya marcado en gran medida: sentarse a la mesa con Olaf Scholz es, en efecto, la opción obligada. Encontrar un cuadrado político con los aliados que salieron perdedores de la anterior «coalición del semáforo» no será fácil, sobre todo en temas como la inmigración y el medio ambiente. De hecho, Merz tiene ideas muy diferentes sobre estos temas en comparación con el actual canciller. Sin embargo, es poco probable que estas diferencias hagan fracasar las negociaciones, también porque en cambio será fácil encontrar un compromiso en cuestiones de defensa y apoyo a Ucrania en el conflicto con Rusia.

EUROPA REGRESA A LA TOMA DE DECISIONES
Desde el punto de vista de las instituciones de la UE, sin duda merece la pena señalar que la anticipación de las elecciones alemanas se había hecho sentir. Muchas propuestas clave se retrasaron para esperar el resultado de las urnas y ver si habrían contado con el apoyo de Berlín. Aunque en Bruselas la atención se centra en los Estados y no en las elecciones, es innegable que el apoyo de Olaf Scholz no podía tomarse al pie de la letra, sobre todo en cuestiones clave y delicadas como la defensa común y las políticas de apoyo a Ucrania y de sanción a Rusia. Sobre todo en un escenario internacional tan cambiante como el de las últimas semanas. Tras las elecciones y la perfilada situación política de Berlín, la Unión Europea ha vuelto a planificar citas importantes y contundentes para el futuro de la Unión y de sus Estados miembros. En concreto, ya se ha convocado un Consejo Europeo Extraordinario de Defensa Común para el 6 de marzo, con el fin de alcanzar un entendimiento compartido entre los Estados miembros sobre el apoyo a Ucrania, especialmente tras las nuevas posiciones adoptadas por los aliados de ultramar. Está claro que en el próximo Consejo seguirá siendo Olaf Scholz quien ocupe el escaño reservado a Alemania, pero sin duda se presentará ante los demás dirigentes con una posición ya ampliamente consensuada con la canciller in pectore.