La Unión Europea siempre ha apoyado incondicionalmente la causa ucraniana, reconociéndola como una lucha por la defensa de un pueblo soberano frente a las ambiciones agresivas y expansionistas de Vladimir Putin, movido por motivos neocolonialistas y neoimperialistas.
Europa, unida a sus Estados miembros, siempre ha mantenido un principio claro e inquebrantable: hay un agresor al que resistir y un Estado soberano al que defender.
Este principio va más allá del mero apoyo político; implica el compromiso de defender el derecho internacional, que condena inequívocamente cualquier forma de violencia o coacción contra una nación soberana.
La postura de la UE no consiste sólo en apoyar a Ucrania, sino en defender los valores fundamentales de libertad, soberanía e integridad territorial que sustentan el orden internacional.
Esta postura es compartida y defendida firmemente por el ECR, el grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos en el Parlamento Europeo.
El ECR ha sido un firme defensor del derecho de autodeterminación de Ucrania y ha insistido en una postura firme e inequívoca de todos sus miembros.
El apoyo del Grupo a Ucrania está arraigado en un compromiso más amplio de oposición a cualquier forma de agresión que amenace la estabilidad y la seguridad de Europa.
Los miembros del ECR han pedido sistemáticamente una respuesta contundente a la agresión rusa, subrayando que cualquier proceso de paz debe garantizar una solución justa y equitativa que respete la soberanía de Ucrania y los principios del derecho internacional.
Esto significa no sólo repeler al agresor, sino también garantizar que Ucrania emerja del conflicto en una posición de fuerza, capaz de asegurar su futuro e impedir nuevas usurpaciones de su soberanía.
El ECR ha dejado claro que cualquier partido o individuo que desee unirse a sus filas debe alinearse con este apoyo inequívoco a Ucrania, sin dejar lugar a ambigüedades o vacilaciones ante una agresión tan clara.
En resumen, apoyar a Ucrania es hoy una de las principales prerrogativas para formar parte plenamente de Europa y del mundo occidental: cada vez que se muestran dudas sobre esta postura, el único que realmente sale beneficiado es Vladimir Putin, con su campaña mediática de desinformación que no sólo afecta a Rusia dentro de sus fronteras, sino que también se infiltra en nuestras redes sociales y sitios de noticias: No olvidemos la campaña de desinformación desvelada por la empresa finlandesa de software y metodología Check First, en la que hackers y cuentas rusas, evidentemente falsas y anónimas, enviaron fuentes de noticias igualmente falsas a Europa, con el único fin de que las agencias y canales de noticias difundieran estas noticias, aunque sólo fuera suponiendo su veracidad, basándose en el concepto de «toda publicidad es buena publicidad».
Cualquier reticencia por parte de los partidos occidentales a apoyar a Ucrania contribuye, por tanto, a que la propaganda rusa se extienda y a que Vladimir Putin haga de las suyas en Europa.
Los Conservadores Europeos han sido, por tanto, parte integrante de este proyecto de apoyo firme e incuestionable de la UE a Ucrania.
Esta es también la razón por la que el primer documento del nuevo Parlamento, elegido hace unas semanas tras la votación del 9 de junio, se eligió, probablemente también con un fuerte valor simbólico, como tema la invasión rusa de Ucrania.
Según el sitio web del Parlamento, el texto «reafirma el continuo apoyo de los eurodiputados a la independencia, soberanía e integridad territorial de Ucrania dentro de sus fronteras internacionalmente reconocidas». También «pide a la UE que mantenga y amplíe su política de sanciones contra Rusia y Bielorrusia, que supervise y revise su eficacia e impacto, y que aborde sistemáticamente la cuestión de la evasión de las sanciones por parte de empresas con sede en la UE, terceras partes y terceros países».
La resolución no es decisiva, pero su fuerza se refleja también en la mayoría alcanzada en la votación: 495 eurodiputados votaron a favor, 137 en contra y 47 se abstuvieron.
También menciona el «apoyo inquebrantable para proporcionar asistencia política, financiera, económica, humanitaria, militar y diplomática durante el tiempo que sea necesario para garantizar la victoria de Ucrania» y hace referencia al «legítimo derecho de autodefensa».
Entre los últimos actos de la pasada legislatura, por tanto, se encuentra el 14º paquete de sanciones y restricciones impuestas por el Consejo Europeo al gobierno de Moscú: un paquete bastante amplio que afectaba a diversas cuestiones, como el transporte, las exportaciones y la financiación de los partidos.
Un paquete que se amplió, según declaró el Consejo de Jefes de Estado y de Gobierno de los Estados miembros, a otras «116 personas y entidades responsables de acciones que socavan o amenazan la integridad territorial, la soberanía y la independencia de Ucrania».
Tocó el tema del gas ruso en varios puntos, por ejemplo prohibiendo la recarga de GNL ruso en la UE para su transbordo a terceros países, la financiación de la construcción y finalización de proyectos de GNL, el transbordo de buque a buque y de buque a tierra y la recarga.
También aparecieron cláusulas antielusión, como la que exige que «las empresas matrices de la UE hagan todo lo posible para garantizar que sus filiales en terceros países no realicen ninguna actividad que pueda conducir a un resultado que las sanciones pretenden evitar», o la que prohíbe la reexportación de material bélico encontrado en Ucrania, que sería crucial para el desarrollo de la industria bélica de Moscú.
Por último, otras medidas incluyen la prohibición de la financiación rusa de partidos políticos, fundaciones políticas, ONG, grupos de reflexión y medios de comunicación y proveedores de servicios de información dentro de la UE (sin dejar de garantizar la libertad de información, prensa y pensamiento), o nuevas medidas para contrarrestar la llamada flota en la sombra de Putin, que apoya el avance ruso mediante prácticas engañosas hacia los Estados miembros de la UE.
Todo esto, por supuesto, quiere decir que el apoyo de los conservadores y de la UE a la causa ucraniana nunca ha faltado.
Y ahora ha alcanzado niveles muy altos.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, reiteró la postura pro-Kiev de la Unión y anunció la consecución de una importante primicia: «La UE -escribió la alemana en X- ha estado al lado de Ucrania desde el primer día de la guerra de agresión de Rusia. Junto con nuestros Estados miembros, hemos prestado apoyo por valor de unos 108.000 millones de euros».
En otras palabras, Europa ha gastado 108.000 millones de euros en Ucrania: una suma que ha permitido a Kiev resistir el avance de un ejército que, inicialmente y sobre el papel, era numérica y materialmente superior.
De este modo, Ucrania se ha convertido en un baluarte para la seguridad de las fronteras de Europa: su contraofensiva contra las tropas de Vladimir Putin mantiene la guerra lejos de las fronteras de la Unión Europea, y cada día reduce el fuerte deseo del dirigente ruso de reconquistar (como ha anunciado repetidamente) los países de la antigua Unión Soviética, muchos de los cuales son ahora Estados plenamente soberanos, que, como Kiev, se niegan a estar subordinados a un tercer Estado, y algunos de los cuales ya forman parte de la Unión Europea.
Ucrania -añadió von der Leyen- ganará esta lucha por la supervivencia. Y la UE estará al lado de Ucrania y de su pueblo todo el tiempo que haga falta.
Los conservadores del ECR siguen siendo cruciales en este contexto.
No sólo porque son una parte clave de los votos que el Europarlamento emite a favor y en apoyo del gobierno de Volodymyr Zelensky, sino también porque, a medida que se calienta la carrera hacia la Casa Blanca, con Donald Trump actualmente a la cabeza en las encuestas sobre su contrincante Kamala Harris, los miembros del Ecr pueden, de hecho, crear un puente de diálogo muy importante a través del Atlántico, uniendo a los líderes europeos y a los republicanos estadounidenses.
Por otra parte, el ex presidente estadounidense Trump ya se ha pronunciado a favor de una rápida resolución del conflicto, pero sólo si Europa desempeña su papel: sus exhortaciones a la UE para que haga más y dedique más recursos a la causa ucraniana son auténticos llamamientos a la seriedad.
Por tanto, los Conservadores Europeos del ECR seguirán siendo claramente cruciales a este respecto, y su postura históricamente favorable a la alianza atlántica será un punto a favor de Kiev.
Ucrania, la acción de la UE y el papel de los conservadores de ECR en la defensa de Kiev
Guerra en Ucrania - Nuestras democracias en peligro - agosto 12, 2024