El papel de China y las potencias occidentales
Han pasado exactamente dos años desde el inicio de las operaciones militares en Europa Oriental.
En los últimos meses, se han producido numerosas e importantes ofensivas ucranianas en territorio ruso, unidas a las continuas y persistentes iniciativas diplomáticas de los aliados occidentales.
El acontecimiento más reciente y de mayores consecuencias ha sido el asalto ucraniano a la región rusa de Kursk.
Las fuerzas militares ucranianas lanzaron una importante ofensiva sobre territorio ruso a partir del 8 de agosto, lo que provocó un cambio en el planteamiento estratégico de Ucrania, que decidió llevar la guerra a territorio ruso.
El presidente Zelensky, en sus declaraciones sobre el ataque a Kursk, dijo estar satisfecho de cómo avanzan sus tropas sobre territorio enemigo, gracias también al uso de drones militares que han alcanzado varias bases aéreas, entre ellas las de Belgorod y Lipetsk.
Al menos cinco personas han muerto y otras 37 han resultado heridas en la región rusa de Belgorod en un ataque ucraniano, según el gobernador de la provincia, que acusó a Kiev de utilizar bombas de racimo.
Mientras tanto, Ucrania ha informado de 6 muertos y 59 heridos en Kharkiv.
La administración de Kiev informó de que las fuerzas de defensa aérea ucranianas interceptaron y destruyeron con éxito drones rusos que se aproximaban a la capital durante la noche.
Hanno Pevkur (ER, Renew Europe), ministro de Defensa estonio, y Laurynas Kasciunas (TS-LKD, Partido Popular Europeo), lituano, subrayaron la importancia de que la Unión Europea siga prestando ayuda militar a Kiev hasta que se resuelva el conflicto. Tras la ofensiva de Ucrania, Rusia respondió rápidamente.
El presidente Putin calificó el ataque ucraniano de «provocación a gran escala» y declaró un régimen antiterrorista.
Las fuerzas rusas continuaron su contraofensiva, llevando a cabo una redada el 28 de agosto en el Hotel Zafiro de Kramators’k, en la que al parecer estaba implicado el periodista británico Ryan Evans.
La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Maria Zakharova, afirmó que Evans era un agente del servicio secreto británico MI6, pero la veracidad de estas afirmaciones está aún por confirmar.
Desde el punto de vista diplomático, Zelensky ha recibido el respaldo de la Unión Europea y Estados Unidos, que han destinado otros 125 millones para apoyar al ejército ucraniano, mientras que la OTAN ha puesto en marcha el apoyo aéreo proporcionando los primeros F-16.
El apoyo internacional es crucial en el conflicto: Occidente ha impuesto severas sanciones a Rusia en un intento de debilitar económicamente al país e influir en su capacidad de decisión.
El ataque ucraniano en la región de Kursk ha suscitado muchos interrogantes sobre la postura de gobiernos como el chino: El presidente Xi Jinping ha declarado oficialmente que quiere mantener una posición neutral sin ponerse abiertamente de parte de ninguno de los bandos.
Sin embargo, ha declarado su intención de promover una solución pacífica al conflicto: el pasado mes de mayo, China y Brasil, gobernado por Lula, muy próximo a las posturas de Xi y Putin, presentaron el llamado «consenso de seis puntos», para sentar a ambas partes a la mesa de negociaciones.
El conflicto entre Rusia y Ucrania parece persistir sin una resolución clara a la vista.
A pesar de las continuas tensiones, el director de la CIA, William Burns, ha pedido al Congreso estadounidense que apruebe un paquete adicional de ayuda militar destinado a reforzar el apoyo a las fuerzas ucranianas.
Burns destacó la capacidad de resistencia de Ucrania con respaldo internacional, al tiempo que subrayó la importancia de apoyar al país en medio de la crisis.
La actual crisis ruso-ucraniana sigue siendo una importante fuente de tensión mundial, con implicaciones de gran alcance para la estabilidad internacional. Las principales potencias mundiales han adoptado posturas diversas en respuesta al conflicto de Ucrania.
Estados Unidos y la OTAN han manifestado su apoyo a Ucrania, mientras que China ha mantenido oficialmente una postura de neutralidad.
Sin embargo, China ha estado apoyando económicamente a Rusia y también ha expresado su voluntad de actuar como posible mediador en el conflicto.
La guerra ha provocado importantes pérdidas humanas y materiales, lo que ha aumentado la preocupación por la seguridad nuclear y la estabilidad económica mundial.
A pesar de los esfuerzos diplomáticos, parece difícil encontrar una solución pacífica, lo que crea un clima de incertidumbre e inestabilidad en la escena mundial.
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