Italia y Alemania unen sus fuerzas para impulsar la competitividad europea
El eje entre Italia y Alemania se refuerza en nombre de la digitalización y la Industria 4.0, para hacer frente a los retos productivos y geoestratégicos a los que se enfrenta Europa. Un año después de la firma del Plan de Acción Bilateral italo-alemán, las dos potencias industriales reafirmaron su cooperación con un primer foro ministerial celebrado en Berlín, una oportunidad para debatir estrategias comunes sobre digitalización, política industrial, energía y espacio.
Un diálogo estratégico para Europa
Presidida por el ministro alemán de Economía, Robert Habeck, y el ministro italiano de Empresa, Adolfo Urso, la reunión se centró en la consolidación de las relaciones económicas y la definición de una agenda compartida para reforzar la competitividad de la UE. Con la participación de asociaciones comerciales y cámaras de comercio, entre ellas Confindustria y Bdi, los ministros reiteraron la necesidad de abordar cuestiones clave como el apoyo a las PYME, la simplificación normativa y la supresión de las barreras transfronterizas. Según Urso, el declive de la producción de la UE, agravado por las crisis de los sectores del automóvil y el acero, es una cuestión urgente que requiere una intervención oportuna. «Europa debe invertir esta tendencia, invirtiendo en tecnologías avanzadas y promoviendo una política industrial que haga a las empresas competitivas en las cadenas de producción mundiales», afirmó.
Digitalización e Industria 4.0: una alianza para la innovación
Entre los principales puntos de debate, se identificaron la digitalización y la Industria 4.0 como pilares para construir un futuro industrial resistente y sostenible. Se prestó especial atención a los ecosistemas descentralizados para la fabricación inteligente, con el objetivo de integrar a Italia en la iniciativa Manufacturing-X. Esta plataforma pretende conectar digitalmente a las empresas europeas, creando una red que optimice la producción y refuerce la autonomía tecnológica del continente. Una señal importante en esta dirección es la participación italiana en la Feria de Hannover 2025, evento de referencia para las tecnologías industriales y las innovaciones en el sector manufacturero.
Política industrial y energía: hacia una autonomía estratégica
Otro tema crucial del foro fue la política industrial, centrada en las industrias intensivas en energía. El ministro Urso subrayó la necesidad de un plan europeo para el sector del automóvil que se base en la neutralidad tecnológica y que incluya recursos comunes para apoyar las inversiones. Paralelamente, la industria energética ocupó un lugar central en el debate, con el objetivo de garantizar precios competitivos y un marco regulador estable para las empresas con uso intensivo de energía. Habeck destacó el papel clave del Acuerdo Industrial Limpio, una iniciativa que pretende combinar el crecimiento económico y la sostenibilidad medioambiental, promoviendo las tecnologías verdes «Made in EU» a escala mundial.
Cooperación espacial: competitividad y soberanía
El sector espacial también fue objeto de atención, con grupos de trabajo comprometidos a garantizar que la legislación europea refleje los intereses de cada Estado miembro. Los objetivos incluyen el fomento de la competitividad y la soberanía estratégica en el sector, así como la cooperación en el programa IRIS2, que pretende mejorar la infraestructura espacial europea.
Una visión común del futuro europeo
El foro puso de relieve cómo Italia y Alemania comparten una visión común: reforzar la competitividad europea mediante un plan conjunto que combine innovación, sostenibilidad y crecimiento económico. El ministro Urso afirmó que esta cooperación representa un paso estratégico para dirigir a la UE hacia un modelo de desarrollo basado en un «acuerdo de crecimiento y ecología». La colaboración entre ambos países no se limita a los debates ministeriales. Las asociaciones y las empresas desempeñan un papel activo, aportando contribuciones que influirán en la futura agenda política. A través del Plan de Acción bilateral, las dos naciones se comprometen a trabajar en cuestiones estratégicas como la simplificación normativa, el apoyo a las PYME y la transición digital y ecológica. Italia y Alemania demuestran cómo la cooperación bilateral puede ser una fuerza motriz para todo el continente, especialmente en un periodo de profundas transformaciones y retos globales. El primer foro ministerial representa un modelo de diálogo y acción coordinada que podría reproducirse en otros contextos europeos. Uniendo sus fuerzas, los dos países no sólo refuerzan sus economías, sino que se posicionan como líderes de la transición gemela, digital y verde, contribuyendo a construir una Europa más fuerte, resistente y autónoma.