Italia acelera hacia el futuro con inversiones de hasta 7.300 millones de euros
El sector de la Economía Espacial vive un momento de gran transformación y dinamismo a nivel mundial, con un valor estimado de 630.000 millones de dólares en 2024 y una proyección de crecimiento de hasta 1,8 billones de dólares para 2035. Este impulso está alimentado por inversiones cada vez más importantes, tanto públicas como privadas, y por la adopción de tecnologías innovadoras como la Inteligencia Artificial (IA) y los sistemas autónomos. Italia, con una fuerte tradición de excelencia en la industria espacial, se está posicionando entre los protagonistas de este escenario, gracias a una serie de iniciativas e inversiones estratégicas. 2024 ya ha demostrado ser un año clave para la Economía Espacial, con inversiones privadas que superaron los 6.500 millones de dólares sólo en el primer trimestre, más del doble que el año anterior. A nivel europeo, la Agencia Espacial Europea (ESA) ha registrado un presupuesto récord de 7.800 millones de euros, un 10% más que en 2023. También en Italia, la industria espacial muestra signos de extraordinario crecimiento: con un valor de 2.900 millones de euros en 2021, se espera que alcance nuevos hitos gracias a las inversiones de aproximadamente 7.300 millones de euros previstas hasta 2026. Entre los principales actores italianos del sector se encuentra AIKO, una scaleup con sede en Turín especializada en software avanzado basado en IA para aplicaciones espaciales. Su director general y cofundador, Lorenzo Feruglio, subraya la importancia de la innovación tecnológica y la colaboración público-privada para superar los retos actuales, como los largos plazos de retorno de la inversión y la creciente competencia internacional. La industria espacial italiana se caracteriza por una fuerte especialización en sectores clave como los microsatélites y los lanzadores, áreas en las que el país cuenta con conocimientos tecnológicos avanzados. Sin embargo, sigue existiendo una importante dependencia de las inversiones públicas, lo que podría limitar la flexibilidad de las empresas para competir en los mercados internacionales. Además, el acceso a los mercados mundiales sigue siendo un reto crucial, por lo que es esencial invertir en tecnologías emergentes para consolidar el liderazgo de Italia en el panorama internacional. Entre las tecnologías de vanguardia, están cobrando relevancia la IA, los sistemas autónomos y la desorbitación, que abren nuevas posibilidades para optimizar las operaciones espaciales y reducir los riesgos asociados a la gestión de los residuos orbitales. Estos avances son esenciales para que las misiones espaciales sean más eficientes y sostenibles, al tiempo que contribuyen a la seguridad del ecosistema espacial. 2023 fue un año récord para las actividades de lanzamiento, con 223 intentos y 212 éxitos, que permitieron poner en órbita más de 2.800 satélites, un 23% más que el año anterior. La creciente demanda de servicios por satélite, incluida la observación de la Tierra (EO) y las telecomunicaciones, está impulsando la expansión de las constelaciones de satélites y la adopción de tecnologías autónomas. Italia ya ha invertido unos 3.000 millones de euros en 2022 para apoyar los programas de la ESA, ocupando el tercer lugar, tras Alemania y Francia, en programas obligatorios y el primero en programas opcionales. Se han asignado otros 2.000 millones de euros a través del Plan Nacional de Recuperación y Resistencia (PNRR), en colaboración con la ASI y la ESA, lo que demuestra el compromiso del país de reforzar su papel en el sector. La integración de la IA en las operaciones espaciales ha revolucionado la gestión de los satélites, mejorando su autonomía y eficacia.
Gracias a los avances en hardware, los satélites son ahora capaces de procesar los datos directamente a bordo, reduciendo los tiempos de transmisión y optimizando la calidad de la información transmitida a la Tierra. Esto es especialmente relevante para misiones complejas, como la observación de la Tierra, que en 2023 generó un mercado de 230 millones de euros, un 15% más que en 2022. El desorbitaje, o retirada segura de satélites fuera de uso, es otra área de creciente interés. Las tecnologías innovadoras en este campo no sólo reducen el riesgo de colisiones en el espacio, sino que también ayudan a mantener operativa la órbita terrestre baja, garantizando un uso sostenible de los recursos espaciales. Los próximos años prometen ser cruciales para el sector aeroespacial. Italia, con su sólida tradición de excelencia tecnológica y apoyo institucional, está bien posicionada para afrontar los retos y aprovechar las oportunidades que ofrece la Economía Espacial. Sin embargo, para apoyar este crecimiento, será esencial un marco regulador claro y homogéneo a escala europea. Cuestiones como la gestión de los residuos orbitales y la propiedad intelectual de los recursos extraterrestres siguen estando mal reguladas, con el riesgo de frenar la inversión y limitar las iniciativas empresariales. Lorenzo Feruglio, de AIKO, destaca la importancia de iniciativas como el programa Zero Debris de la ESA, que pretende crear un ecosistema espacial más seguro y estructurado. «Una mayor coordinación normativa y políticas de apoyo a la innovación son esenciales para fomentar el crecimiento del sector y garantizar la competitividad de Europa en el panorama mundial», afirma Feruglio. La industria espacial italiana se encuentra en un punto de inflexión, con potencial para consolidar su posición de liderazgo en un mercado mundial en rápida evolución. Con inversiones específicas, innovación tecnológica y colaboración público-privada, Italia puede afrontar con éxito los retos del futuro y contribuir a dar forma al futuro de la Economía Espacial. Con una visión estratégica y un compromiso constante, el país se prepara para explorar nuevas fronteras en el espacio y cosechar los beneficios de un sector en auge.