Italia ostenta un récord extraordinario en Europa al ser el país con mayor variedad de especies vivas y hábitats naturales.
Con más del 50% de las especies vegetales europeas y el 30% de las especies animales europeas endémicas, el territorio italiano representa un tesoro único de biodiversidad. Sin embargo, este rico patrimonio natural se ve a menudo amenazado por las actividades humanas, el cambio climático y la negligencia en la gestión del territorio. Gracias a su estratégica posición geográfica y a la variedad de sus ecosistemas, Italia es un puente natural entre África y Europa, así como una de las rutas migratorias más importantes para numerosas especies de aves. El país alberga 85 tipos de ecosistemas terrestres, desde glaciares alpinos hasta humedales costeros, pero el 68% de ellos se consideran en peligro. Además, el 30% de las especies presentes en el territorio italiano están amenazadas de extinción. Las zonas protegidas, que cubren el 17% del territorio nacional y el 11% de las zonas marinas, representan un primer paso en la conservación de este patrimonio, pero los esfuerzos actuales son insuficientes para afrontar los retos relacionados con el cambio climático y el impacto de las actividades humanas. Para sensibilizar al público sobre la importancia de la biodiversidad y las estrategias de conservación, el Centro Nacional del Futuro de la Biodiversidad (CNBFC), en colaboración con el Consejo Nacional de Investigación (CNR) y National Geographic Italia, ha organizado una exposición titulada El País de la Biodiversidad. La exposición estará abierta al público del 20 de enero al 30 de abril de 2025 en la sede del CNR en Roma. La exposición presenta un itinerario multimedia compuesto por cinco salas, con una selección de cincuenta fotografías espectaculares tomadas por el colectivo The Wild Line y comisariadas por National Geographic. Las imágenes de gran formato ponen de relieve la extraordinaria variedad de la fauna y flora italianas, ofreciendo una oportunidad única de explorar la riqueza y fragilidad de los ecosistemas del país. Italia, como muchas otras zonas del Mediterráneo, se considera un punto caliente del cambio climático. La sequía, la desertificación, el aumento de la temperatura del mar y los fenómenos meteorológicos extremos suponen amenazas cada vez más graves para la estabilidad de los ecosistemas. Estos factores se suman al impacto directo de las actividades humanas, como la urbanización, la contaminación y la deforestación. Las imágenes que se exhiben en la exposición cuentan las historias de especies emblemáticas como el oso pardo marsicano, el lobo y el lince, pero también de animales menos conocidos que desempeñan papeles esenciales en los ecosistemas italianos. Cada fotografía invita a los visitantes a reflexionar sobre la urgencia de proteger la naturaleza y a considerar la interdependencia entre las actividades humanas y el entorno natural. La protección de la biodiversidad italiana no puede dejarse exclusivamente en manos del mundo científico o de la política; debe convertirse en un objetivo compartido por toda la sociedad. Como subrayó Maria Chiara Carrozza, presidenta del CNR, «la protección de los ecosistemas pasa por una cultura de la biodiversidad, amplia y transversal». Desde esta perspectiva, la exposición representa una oportunidad educativa y de sensibilización, dirigida a ciudadanos de todas las edades, familias y estudiantes. Marco Cattaneo, director de National Geographic Italia, destacó el mensaje central de la exposición: «La naturaleza debe protegerse en su complejidad. La biodiversidad de nuestro país es un capital de valor inestimable».
Luigi Fiorentino, presidente de la NBFC, añadió que iniciativas como ésta pueden inspirar a las nuevas generaciones a desarrollar la curiosidad por el estudio científico y a comprometerse con la protección del patrimonio natural de Italia, de acuerdo con los principios consagrados en el artículo 9 de la Constitución italiana. Italia es un país rico en biodiversidad, pero su extraordinaria variedad de especies y hábitats está amenazada por factores globales y locales. Iniciativas como la exposición El país de la biodiversidad son esenciales para aumentar la conciencia colectiva sobre la importancia de proteger este patrimonio único. Preservar la biodiversidad no es sólo un imperativo ético, sino también una necesidad para garantizar la sostenibilidad a largo plazo de los ecosistemas de los que dependemos. Sólo mediante un esfuerzo común, en el que participen el mundo científico, las instituciones y los ciudadanos, será posible proteger y mejorar esta riqueza natural para las generaciones futuras.