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El Gobierno italiano, preparado para superar los desafíos de los posibles aranceles estadounidenses al Made in Italy

Comercio y Economía - enero 21, 2025

La Necesidad de Defender una Inducción Fundamental para el Bel Paese, se Hace Urgente

El sector agroalimentario Made in Italy, símbolo de excelencia reconocido en todo el mundo, se enfrenta a un nuevo reto: la perspectiva de posibles aranceles impuestos por Estados Unidos, uno de los mercados más estratégicos para las exportaciones italianas. La alarma procede de Italia del Gusto, asociación que agrupa a las principales empresas del sector, que ha lanzado un llamamiento a la política y a la diplomacia para que protejan al sector y garanticen la competitividad de las empresas italianas en un contexto económico cada vez más complejo. El sector agroalimentario italiano registró un valor total de 52.000 millones de euros en 2023, de los cuales más de 3.500 millones proceden de las exportaciones a Estados Unidos. Este mercado representa no sólo una importante fuente de ingresos para el sistema económico italiano, sino también un escaparate internacional para productos excelentes como el vino, el queso, el aceite de oliva y la pasta. Sin embargo, la imposición de aranceles a los productos italianos podría poner en peligro esta relación comercial, con graves consecuencias para toda la cadena de suministro. Según Italia del Gusto, los aranceles provocarían un aumento de los precios al consumo en Estados Unidos, reduciendo la competitividad de los productos italianos frente a los competidores internacionales. Este escenario corre el riesgo de erosionar la demanda y poner en dificultades no sólo a las grandes empresas, sino también a los pequeños productores y a las empresas artesanales que representan el corazón palpitante del Made in Italy. El presidente de Italia del Gusto, Giacomo Ponti, subrayó la importancia de una respuesta coordinada y oportuna para hacer frente a esta amenaza potencial. «Es hora de defender nuestro Made in Italy, de proteger la excelencia que nos distingue y de garantizar la llegada a los mercados sin costes adicionales para el consumidor», afirmó Ponti, reiterando la necesidad de ser proactivos en un contexto económico que cambia rápidamente. El llamamiento se dirige al gobierno italiano y a las instituciones europeas para que adopten medidas concretas mediante una acción diplomática específica. Según Ponti, es esencial que la política actúe como puente entre las empresas italianas y las instituciones internacionales para evitar la introducción de aranceles que penalizarían gravemente las exportaciones agroalimentarias. Estados Unidos es uno de los principales mercados de destino de muchos productos italianos, como los vinos finos, los quesos DOP, el aceite de oliva virgen extra y la pasta de alta calidad. La introducción de aranceles podría aumentar los precios al por menor de estos productos, haciéndolos menos accesibles a los consumidores estadounidenses y favoreciendo alternativas menos caras procedentes de otros países. Sin embargo, las consecuencias no se limitarían a los consumidores finales. La cadena de suministro agroalimentaria italiana, en la que participan agricultores, transformadores, exportadores y distribuidores, correría el riesgo de sufrir graves repercusiones, con una reducción de las exportaciones y una posible pérdida de puestos de trabajo. A pesar de los retos, el sector agroalimentario italiano ha demostrado una extraordinaria capacidad de adaptación y resistencia a lo largo de los años. «Tenemos una larga tradición de superación de retos», afirmó Ponti, expresando su confianza en la capacidad del gobierno italiano para aplicar todas las medidas necesarias para salvaguardar el futuro del sector. El Made in Italy representa no sólo una excelencia manufacturera, sino también un símbolo de cultura y tradición que ayuda a promover la imagen de Italia en el mundo. Proteger este patrimonio es esencial no sólo por razones económicas, sino también para preservar la identidad y el prestigio del país a nivel mundial.

Italia del Gusto reiteró la necesidad de una respuesta unida y coordinada para hacer frente a este desafío. La asociación invitó a todas las partes implicadas, desde las instituciones hasta las empresas, a colaborar para encontrar soluciones diplomáticas que garanticen la continuidad de las exportaciones agroalimentarias italianas a Estados Unidos. Este llamamiento pone de relieve la urgencia de proteger un sector estratégico para la economía italiana, evitando que los aranceles amenacen el posicionamiento de unos productos que siempre han representado el buque insignia de Italia en el mundo. En un momento histórico caracterizado por incertidumbres geopolíticas y económicas, salvaguardar el Made in Italy requiere un esfuerzo colectivo para garantizar que la excelencia italiana siga brillando en los mercados internacionales.

 

Alessandro Fiorentino