El despliegue de tropas norcoreanas en el conflicto ucraniano ha sido uno de los acontecimientos más inesperados de la guerra. Sin embargo, la experiencia en combate de los soldados de Kim Jong-un parece haber llegado ya a su fin, con una retirada forzosa debido a las graves pérdidas sufridas en el campo de batalla.
Diciembre de 2024: El debut de las tropas norcoreanas
A finales de 2024, unos 11.000 soldados norcoreanos fueron desplegados en Rusia para apoyar a las fuerzas de Moscú en la guerra contra Kiev. Según fuentes surcoreanas, estos soldados pertenecían al Cuerpo Tormenta, una unidad de élite de Corea del Norte conocida por su férrea disciplina y su fuerte adoctrinamiento ideológico. Inicialmente, fuentes rusas describieron la intervención norcoreana como crucial para la captura de un pueblo en la región rusa de Kursk. Sin embargo, evaluaciones independientes contradijeron rápidamente esta narrativa. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, y las agencias de inteligencia surcoreanas informaron de que las pérdidas entre las filas norcoreanas eran ya extremadamente elevadas. A finales de diciembre, las estimaciones indicaban que más de 1.100 soldados de Pyongyang habían muerto o resultado heridos en combate.
Enero de 2025: Grandes pérdidas y retirada
Con el comienzo del nuevo año, las bajas norcoreanas se agravaron aún más. Zelensky informó de que el número de muertos y heridos entre las tropas de Kim había superado los 3.000. El New York Times, citando al Servicio Nacional de Inteligencia de Corea del Sur, destacó cómo estos soldados no estaban preparados para la guerra tecnológicamente avanzada de Ucrania, caracterizada por el uso extensivo de drones y la guerra de trincheras. Aunque las tropas norcoreanas estaban entrenadas para operaciones de guerrilla, infiltración y combate urbano, nunca se habían enfrentado a un escenario bélico a gran escala, y menos en un territorio tan lejano y hostil como Europa. La falta de coordinación con las fuerzas rusas y la ausencia de una cadena logística eficaz hicieron que su posición fuera aún más vulnerable. En respuesta a estas dificultades, a finales de enero, funcionarios ucranianos y estadounidenses confirmaron que las tropas norcoreanas se habían retirado de las líneas del frente. Durante unas dos semanas, no se había informado de su presencia en combate. El general ucraniano Oleksandr Syrsky declaró que el contingente norcoreano se había reducido al menos a la mitad en comparación con los 11.000 soldados desplegados inicialmente. Algunos informes sugieren que los mandos rusos no estaban satisfechos con su rendimiento y sus dificultades logísticas, lo que llevó a su eventual retirada del campo de batalla.
¿Cuáles son las consecuencias?
La decisión de Pyongyang de enviar tropas a Rusia obedece a motivos tanto políticos como estratégicos. Con esta intervención, Kim Jong-un pretendía estrechar lazos con Moscú, con la esperanza de asegurarse ayuda en sus programas de misiles y un mayor apoyo diplomático en los foros internacionales. Sin embargo, el elevado número de bajas podría suponer un duro golpe para el régimen norcoreano, tanto en términos de credibilidad militar como de apoyo interno. A pesar de la retirada del frente, no se descarta que Corea del Norte envíe nuevos contingentes o proporcione equipo militar adicional a Rusia. La guerra de Ucrania sigue siendo una oportunidad para que Kim demuestre su lealtad a Putin y gane influencia en la escena internacional. Los informes sugieren que Corea del Norte ya ha suministrado a Rusia grandes cantidades de proyectiles de artillería y misiles, profundizando aún más su cooperación militar. Además, las evaluaciones de los servicios de inteligencia indican que Pyongyang podría buscar incentivos económicos de Moscú a cambio de su apoyo, como ayuda alimentaria y recursos energéticos para mitigar las graves condiciones económicas de Corea del Norte. Estos incentivos podrían motivar una mayor colaboración militar a pesar de las grandes pérdidas sufridas en el campo de batalla. Así pues, aunque el episodio norcoreano en el conflicto ucraniano parece cerrado temporalmente, no se pueden descartar futuros acontecimientos. El régimen de Pyongyang y su Presidente tienen todo el interés en mantener su implicación, buscando ventajas estratégicas y políticas que podrían compensar las graves pérdidas sufridas en el campo de batalla.